El pasado viernes 2 de diciembre, en la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, Argentina, se llevó a cabo en la sede del Movimiento de Derechos Humanos, la presentación del libro de Guillermo Sullings, “Encrucijada y Futuro del Ser Humano”.

Entre los asistentes se encontraba la Concejala Humanista Alba Fernández, quien preside en el municipio la Comisión de Derechos Humanos, habiendo logrado importantes avances en lo que respecta a la legislación sobre esta temática y a la conformación de equipos de trabajo insertos en los conflictos sociales.

En su presentación el autor recordó las luchas históricas que se vienen dando en torno a los derechos humanos, y destacó que si bien aún falta mucho por hacer, los avances logrados hasta aquí en cuestiones que hace siglos podrían resultar una quimera, nos permiten ser optimistas con respecto a que por ese camino evolutivo en lo social, se continuará avanzando hacia nuevas utopías, hacia esa Nación Humana Universal que todos aspiramos.

En otro pasaje afirmó: “Todo en este libro podría resumirse en la lucha por los Derechos Humanos. Porque aún hay que trabajar mucho para lograr el derecho a la paz, la que nunca podrán garantizar las potencias que manejan las Naciones Unidas, principales responsables de las guerras y el armamentismo. Mucho hay que trabajar por los derechos de segunda generación, porque prácticamente en ningún lugar del mundo se garantiza realmente el derecho a un trabajo digno, a la educación y a la salud.”

Y finalmente manifestó: “Y tampoco podemos considerar que el derecho humano de primera generación, referido a la participación ciudadana en la política se ejerza genuinamente en las actuales democracias formales. Estas se han convertido en verdaderas plutocracias, en las que el poder económico maneja a los tres poderes del estado y a los medios de comunicación, con los que manipula a la opinión pública para direccionar el voto hacia los socios políticos de ese poder económico. Por eso será necesario trabajar desde la base social por todos y cada uno de nuestros derechos, pero simultáneamente, al hacerlo, debemos ocuparnos de ir construyendo un tejido social participativo, que sea el germen de una futura Democracia real, que ponga fin a la hipocresía de la política tradicional.”

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