La posibilidad de la educación en función de cultivar la espiritualidad de las grandes masas que conforman el entramado social de cualquier país, se convirtió en uno de los primeros intentos de la revolución cubana. Para esto se llevaron a cabo múltiples actividades que fueron desde la creación de importantes instituciones (como el ICAIC, Casa de las Américas, y toda la infraestructura de os medios de comunicación en manos del Estado y no de las empresas privadas), hasta el respectivo proceso de institucionalización con la enseñanza artística, que condujo a la construcción del sistema de escuelas de arte en el país.

El arte cubano, como producto espiritual de una sociedad que se ha construido sobre la base de las relaciones políticas del país no se encuentra ajeno a los productos que de una u otra forma se han importado así como de las coyunturas en medio de la cual tiene lugar uno u otro producto. De ahí la fuerte herencia del mundo soviético que tuvimos, tanto en la forma como en el contenido, hasta la década del ochenta del pasado siglo. Lo cual nunca ha dejado fuera las influencias de nuestro folclor, mediado por la cultura española, la africano, la china, la francesa, la estadounidense, que hacen de Cuba ese gran ‘ajiaco cultural’ del que en algún momento hablase Fernando Ortiz.

La enseñanza artística en Cuba posterior a 1959, acercó tanto al hijo del intelectual como al del obrero o del campesino a acceder a la posibilidad de estudiar y prepararse en función de convertirse en artista, o de divulgar de forma educativa la producción artística nacional, así como de su respectiva conservación. Esta característica de una educación gratuita y al alcance de todos, ha hecho del acervo cultural del país  un espectro rico en la diversidad de formas de representar, así como en el rescate o desarrollo de ritmos tanto del producto nacional, como las versiones criollas del legado mundial.

Como parte de la política cultural en función de la preparación de un número cada vez mayor de profesionales de las artes este sistema de escuelas de arte se ha ido ampliando y diversificando, existiendo versiones en cada provincia del país, además de los centros de referencia nacional como las Escuelas Nacionales de Arte, la Universidad de las Artes, la Escuela cubana de Ballet, la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, que son mundialmente conocidos por la calidad de la enseñanza en estos espacios.

Estudiante de tercer año de la Escuela Nacional de Arte en la especialidad de saxofón es Ernesto Raúl O´reilly Silverio, procedente de la ciudad de Santa Clara, hijo de padre músico de orquesta popular y madre profesora de enseñanza secundaria. Este talentoso joven debido a la preparación que ha recibido, así como a la respectiva relación que tiene Cuba con otros países en función del intercambio cultural, a los 10 años de edad participó en una preparación de varias semanas en la ciudad de Madrid, España, lo cual le permitió presentarse en espacios donde demosrtó la calidad de su interpretación, recibiendo como estímulo uninstrumento nuevo, suceso que le ha sucedido en varias presentaciones que ha realizado. Puesto que la posibilidad de la compra de los mismos es bien compleja, aunque de igual manera se trata de que existan los suficientes para la preparación de los estudiantes.

En estos momentos forma parte de la Jazz Band de la Escuela Nacional de Arte, y se encuentra propuesto a dirigir el conjunto de los saxo de una futura banda nacional juvenil que está en proyectos crearse.

Explica que el nivel de preparación de los músicos es reconocido en el contexto internacional, destacado sobre todo por lo niveles de preparación que se alcanzan en pocos años, cuestión que luego se ve dificultada por la imposibilidad de intercambiar en importantes espacios internacionales, debido a políticas asociadas con el país. Dentro del espacio nacional a interpretado de conjunto con importantes músicos tales como César López y Alain Pérez.

Como parte de la nueva reorientación política de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, acompañado, por supuesto de la calidad demostrada, en el pasado curso escolar participó en un intercambio profesional en la ciudad de New York. Esto le permitió el poder presenciar conciertos de importantes figuras del jazz mundial, como es el caso del alemán Chris Potter. Por otro lado realizaron conciertos en el Lincoln Center, espacio donde compartieron su talento con los estudiantes de ese centro, de aquí derivó la propuesta de una preparación en un Campamento de Verano en la misma ciudad el próximo año, así como la respectiva grabación de un CD con los conciertos realizados.

Mientras tanto, le da armonía a las tardes de la ciudad, los días que lo tenemos en casa preparándose, demostrando a su vez como es posible ofrecer cultura para todos.