Frente a la escasa actuación en materia de asilo de los países con más renta, los países pobres dan cobijo a más del 50% de las personas refugiadas y solicitantes de asilo.

Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido, que representan en conjunto más de la mitad de la economía global, acogen a menos del 9% de la población refugiada a nivel mundial, mientras otros países como Jordania, Turquía, Pakistán, Líbano, Sudáfrica y los Territorios Ocupados Palestinos dan cobijo a más del 50% de las personas refugiadas y solicitantes de asilo, a pesar de que juntos representan menos de un 2% de la economía mundial.

Según el análisis de Oxfam, los seis países más ricos del mundo acogieron el año pasado a un total de 2,1 millones de refugiados y solicitantes de asilo, apenas el 8,8% de la población refugiada a nivel global. La ONG internacional también destaca que aunque Alemania ha acogido recientemente a muchos más refugiados que otras naciones ricas, la diferencia con los países de menos renta, aquellos que dan cobijo a la mayor parte de la población refugiada, sigue siendo muy significativa.

«Es vergonzoso que tantos gobiernos estén dando la espalda a millones de personas que están sufriendo al verse obligadas a huir de sus hogares, que se encuentran en una situación de grave vulnerabilidad y que, a menudo, ponen sus vidas en riesgo. Los países más pobres están asumiendo la mayor parte de una responsabilidad que debería ser compartida. Mientras, muchos de los países más ricos no están haciendo prácticamente nada», ha criticado el director de Oxfam Intermón, José María Vera.

Una respuesta insuficiente a la crisis migratoria internacional

Según los últimos datos proporcionados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), más de 65 millones de personas se encontraban desplazadas en todo el mundo a finales de 2015, la cifra más elevada desde que esta organización internacional tiene registros. Un tercio de estas personas son refugiadas y solicitantes de asilo, mientras que la mayoría se encuentra desplazada dentro de sus propios países.

El conflicto de Siria es una de las principales causas de este desplazamiento masivo, pero también hay personas que huyen de la violencia en Sudán del Sur, Burundi, Irak, Yemen y otros países.

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Para el director de Oxfam Intermón, «la crisis migratoria internacional que estamos viviendo no tiene precedentes y constituye un complejo desafío que requiere de una respuesta global coordinada. Los países más ricos deben formar parte de la solución y acoger y proteger a la parte de las personas refugiadas que les corresponde».

«Muchas personas se han embarcado en peligrosos viajes en busca de seguridad y protección y acaban viviendo en una situación degradante, sufriendo abusos, hostilidades y discriminación», asegura Vera, «mientras solo unos pocos gobiernos actúan –aunque de manera insuficiente– para ayudarlos o protegerlos», añade.

El acuerdo UE – Turquía

Oxfam también denuncia que el reciente acuerdo entre la Unión Europea y Turquía en materia de refugiados ha dejado a miles de hombres, mujeres, niños y niñas atrapados en Grecia en un «limbo legal», a menudo en unas condiciones deplorables.

Prácticamente todas las ONG han coincidido en criticar este acuerdo, que supone la expulsión al país dirigido por Erdogan de todos los refugiados que lleguen a Grecia.

En una entrevista a RT con motivo de la situación de los derechos humanos en Turquía tras el fallido golpe de Estado del pasado viernes, Carlos Escaño, portavoz de Amnistía Internacional, calificó este acuerdo de «ilegal e inadmisible» y denunció que es «un golpe histórico al derecho al asilo basado en la idea ficticia de que Turquía es un país seguro».

«De forma reiterada, Turquía ha estado devolviendo a solicitantes de asilo a lugares como Siria, Afganistán o Irak. Lo que reclamamos a la Unión Europea es que debe poner en marcha un programa de reasentamiento para los refugiados que se encuentran actualmente en suelo turco», concluyó.

María Jesús Vigo Pastur

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