No es por el vino que se quedan sin pensiones los chilenos, precisamente.Si no, más bien, porque el lucro privado se ha impuesto y ha dejado a los contribuyentes a expensas de empresas que hacen negocios con los aportes que se realizan para las pensiones para cuando se jubilen las personas.

En Argentina tuvimos una experiencia nefasta con las Administradoras de Fondos de Pensiones, que recaudaban los aportes jubilatorios de millones de trabajadores y que los utilizaban para inyectar capitales frescos en las empresas que estaban asociadas a las jubiladoras privadas.

SIn la nacionalización de esos fondos, la Argentina hubiera dejado en la cuneta a millones de jubilados y no se hubiera podido otorgar una jubilación mínima a, prácticamente, el 100% de todas las personas en edad de jubilarse.

Pero esta lucha que se lleva en Chile es enfrentarse a conglomerados de empresas que tienen en sus manos uno de los negocios más enormes que pueda existir. Y del que depende la supervivencia de generaciones. Quizás les parezca exagerado lo que estoy diciendo. Para sacarnos la duda, tenemos del otro lado del Skype a Octavio González, quien además de ser presidente del Partido Humanista chileno, lucha desde hace años contra este monstruo del neoliberalismo que impuso Pinochet y que son las AFP.

En 2009 el economista estadounidense Paul Krugman visitó Chile y fue categórico en su crítica a este sistema de ahorro privado, dijo que gracias a dios estados unidos no había implementado este sistema, porque sino hubiera sufrido una enorme crisis. ¿Cómo es que se sostiene, todavía?

La percepción de las mayorías ha cambiado en este sentido, como también lo había demostrado con las ideas de la educación privada.