Por Pablo Fernández
 
Llegué a la carnicería para comprar la cena, estaba sin clientes, era aun temprano aunque Cacho, el carnicero y su empleado limpiaban el piso, seguramente adelantando trabajo para después. Saludé y ante la pregunta ¿cómo andas? Di una respuesta de ocasión imaginando alguna preocupación de mi interlocutor respecto a las pocas ventas, dije en broma: “estoy esperando que ingresen los capitales…”

De inmediato Cacho, pareció poner los ojos en blanco y como abducido por alguna “red neuronal”, ante una palabra estímulo, o como una «célula dormida», comenzó a repetir argumentos de los periodistas de la cadena TN (24 horas de noticias), pasaba el tiempo y parecía que iba cambiando de programas, por momento era la editorial de Bonelli o Nelson, también matizaba con noticias cortas del tipo noticiero. Yo esperaba que liberen a mi carnicero para terminar con la compra, mientras, el tiempo pasaba…

Cada tanto, desviaba mi mirada de los ojos de Cacho hacia la maquina picadora de carne, como llevando la tonicidad corporal hacia lo que iba a permitir que me preparara el pedido, pero él seguía “perdido” en vaya a saber qué entramado inalámbrico…

Puede resultar exagerado lo que cuento, pero no es la primera vez que me sucede y con distintas personas; resulta que comienzan a monologar apasionadamente y a confirmar hechos, juzgar sin juicios, calificar sin pruebas, etc. No es posible meter una opinión o relativizar alguna de sus afirmaciones, exactamente como si uno intentara conversar con una persona que está en un programa de televisión…

Finalmente concluye profetizando: lo que necesitamos en este país es la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) cosa que parece estar pasando… luego de ésto suavemente vuelve en sí y se dirige a prepararme la carne. La “conexión satélital” había terminado…

Completamos el intercambio -mercadería por dinero- lo saludé como siempre, ya era nuevamente él. Me alejé del lugar. Una vez que me recuperé del adelgazamiento de mi billetera, comencé a pensar. Cacho está ahí, en el mismo lugar hace 40 años, siempre tuvo muy buena mercadería y una especial habilidad para cortar más de lo que uno le pide, un kilo siempre es un poco más y claro, cuesta un poco más… Me resultó intrigante cómo alguien del llano puede relacionar su actividad con la estructuración de La República. Tal vez tenga conciencia democrática…

No estoy aquí ni acusando ni defendiendo a una facción, sólo estoy ensoñando con hablar y escuchar a mi interlocutor y no estar ante una «estación repetidora».

 

Nota original publicada en:  pablofnz.blogspot.com.ar

 

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