Por Iñigo Sáenz de Ugarte

Pocas veces un alto cargo de Arabia Saudí ha quedado tan en evidencia como en esta entrevista de Mehdi Hassan con el embajador saudí en la ONU, emitida dentro de un reportaje de Al Jazeera. La pregunta es muy sencilla: ¿por qué pide elecciones en Siria, pero no en su propio país? El diplomático afirma que sólo tendría que visitar Arabia Saudí y descubriría que la gente está “feliz y satisfecha”.

No, responde Hassan. Es ilegal pedir un cambio político en su país, y por tanto es difícil que respondan libremente. Las elecciones son la mejor forma de conocer la voluntad de la gente, dice.

Ya completamente pillado, el embajador alega que “sólo porque deba haber elecciones en Siria no significa que deba haberlas en otros sitios”.

Después, sostiene que en Arabia Saudí la “aceptación mutua” del Gobierno y los gobernados es mucho mayor que en la mayor parte del mundo. No es extraño, porque si los gobernados rechazan al Gobierno, es probable que acaben en prisión.

El programa completo contiene otras respuestas del embajador que resisten muy mal la comparación con la realidad. A la pregunta de por qué Arabia Saudí lleva un año bombardeando Yemen, la respuesta es esta: “No estamos allí para bombardear Yemen, sino para restaurar la ley y el orden, restaurar el Gobierno legítimo de Yemen y ejercer nuestro propio derecho de autodefensa contra las amenazas a nuestra propia seguridad”.

Sólo hace unos días el comisionado de Derechos Humanos de la ONU denunció que la “coalición” dirigida por los saudíes es “responsable del doble de víctimas civiles que todas las demás fuerzas” implicadas en esa guerra. Zeid Ra’ad Al Hussein recordó que los saudíes y sus aliados han atacado “mercados, hospitales, clínicas, colegios, fábricas, bodas y centenares de viviendas”. Se supone que todos estos edificios estaban inmersos en una conspiración contra la “la ley y el orden”.

Cuando Hassan le enumera las denuncias de Amnistía Internacional sobre ataques a objetivos civiles concretos en Yemen, incluidas las cifras de mujeres y civiles muertos, el diplomático dice: “No nos metamos en un juego de números”.

Evidentemente, la embajada saudí esperaba otro tipo de entrevista.

La entrevista completa puede verse aquí.

 

 

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