El Equipo de Coordinación Nacional del Partido Humanista de Uruguay en un comunicado hecho público se posiciona frente a la situación actual, la represión y la lucha de los oprimidos.

 

Estamos en un mundo que desarrolla un sistema de opresión social que va aumentando, puliendo y refinando la violencia en todas sus formas.

En algunos lugares trata de sostenerse por medio de la violencia sicológica, apoyándose
fundamentalmente en el accionar manipulador de los grandes medios masivos de comunicación.

En otros además del método antes mencionado, alienta los conflictos armados, invade territorios, fomenta bandas de mercenarios.

Europa, USA, China, Japón, de diferentes maneras afrontan recesiones, estancamientos u otras
variantes de los ciclos capitalistas.

Nuestra región, ha entrado en una etapa de fuerte influencia negativa de la situación mundial, marcada en lo económico, por la baja del precio de las materias primas.

En toda situación macroeconómica de recesión y no crecimiento, el poder real pretenderá que sean las grandes mayorías de oprimidos las que paguen las consecuencias de la misma, lo que ellos llaman
comúnmente ajustes. El tema de fondo que no es crecer o no crecer, sino distribuir o no distribuir la riqueza y el poder, sigue fuera de la agenda de los partidos que gobiernan y de los medios de
comunicación masiva.

Los ajustes sobre las poblaciones, implican generalmente la baja abrupta en las condiciones materiales de vida, desde cómo nos alimentamos, hasta como acceder a servicios médicos, educativos, transporte, energía, etc.

Las baja abrupta en la calidad de vida de las poblaciones, llevan al descontento, al aumento y la intensidad de la protesta social. La protesta social para que no se extienda cuantitativa y
cualitativamente y elabore articulaciones que partiendo de protestar por los abusos, termine cuestionando los usos, debe desde el poder ser criminalizada.

En nuestro país la criminalización de la protesta ha comenzado abiertamente. Pretende repetir más sutilmente, pasos ya conocidos en décadas pasadas.

Es necesario dar respuestas superadoras de las luchas del pasado, donde los opresores salieron ampliamente victoriosos.

Los humanistas afirmamos que en esta etapa de la humanidad, la no violencia activa surge con nitidez, como la herramienta de lucha más adecuada para enfrentar la opresión.

La no violencia pone blanco sobre negro, deja bien en claro quién es el opresor, el cobarde, quienes son los verdaderos delincuentes y estafadores.

Vamos a intentar con nuestras fuerzas y militancia, que se comprenda que el surgimiento de una nueva sociedad y un ser humano realmente nuevo, requiere modificar la metodología de acción del pasado.

Nos asiste ante la opresión el legítimo derecho a rebelarnos. Imaginemos la sociedad que queremos alcanzar, sus valores, el trato entre las personas, el fin de las diferentes formas de violencia.

Apoyados en esas aspiraciones entendemos que la forma de luchar debe llenar las calles de alegría, de fuerza, de afecto hacia todos los oprimidos y de vacío hacia el odio y la miseria de los opresores.

La lucha no violenta lleva al opresor al terreno que no está acostumbrado, su odio espera despertar lo mismo en nosotros, sus bajezas y sus cobardías esperan nuestra reacción, su violencia física espera la reacción ante tanto abuso.

Proponemos dejarlos en evidencia, sacarle las mascaras, no darles la excusa para desviar la atención de las mayorías, sino utilizar una manera que genere simpatía y empatía con las grandes mayorías. Que deje sin efecto el trabajo sucio de los grandes medios de comunicación.

Que inspire a las poblaciones al protagonismo, porque comienza a comprenderse el maravilloso mundo que nos estamos perdiendo construir, al estar replegados en la inacción y la pasividad y al dejar en manos de una minoría de representantes de la democracia formal, el verdadero poder del pueblo que necesita para concretarse, la construcción de la democracia real, de la democracia directa, donde el poder este realmente en la gente y no en los dirigentes o representantes.

La Revolución Tecnológica actual, nos pone en condiciones de superar los temas que generan dolor en el ser humano. Necesitamos acompañar como pueblos esa revolución en la técnica con una revolución verdaderamente humana. Una revolución social, cultural y síquica.

Como nuestra predica propone desde hace más de cuatro décadas, no habrá futuro sino es de todos y para todos.

Invitamos a nuestros hermanos de lucha, a emprender el camino de la protesta creativa y el acento en las propuestas alternativas en todos los campos, que abra el futuro y contagie las ganas de accionar por una sociedad verdaderamente humana, donde el ser humano, donde las personas seamos el valor central.

Por todo lo anterior, comenzamos una campaña que hemos llamado: “La democracia real, el derecho a la rebelión y la lucha no violenta”.

En una primera etapa que va del 01 de diciembre hasta el 29 de febrero de 2016; nos hemos puesto el objetivo de involucrar al conglomerado de militantes , adherentes, simpatizantes y votantes del PH en la difusión de la misma, vamos a comenzar a formar un equipo de acción directa no violenta que pueda formar y activar en esa metodología de acción y al mismo tiempo tomaremos contacto con organizaciones políticas, sociales, culturales , agrupaciones de base y otros colectivos ; con el interés de intercambiar sobre nuestra propuesta y escuchar la opinión de otras organizaciones.

Nuestro futuro y el de las nuevas generaciones depende de lo que hagamos hoy.