Por Carlos Santos

¿Con qué se puede comprometer la cultura? ¿Acaso existe algún tipo de compromiso más allá del ansia de expresión del artista? El artista dice: “Expreso lo que siento.” O dice: “no quise agregar nada y conté exactamente lo que pasó”. ¿Es eso posible? ¿Son las distintas expresiones culturales una mera catarsis individual sin mayores consecuencias y por ese solo hecho son válidas, trasmisibles, auténticas y valiosas?

¿Cuando un autor recurre mucho a la violencia o al sexo, lo hace por las mismas razones antes comentadas? ¿O porque sabe que vende? “Yo muestro lo que es esta sociedad” dicen algunos como si eso fuera algo interesante y deseable y además como si no lo conociéramos y lo necesitamos a él para que nos lo muestre…

Otros, como Tarantino, dicen “yo solo hago películas”, que entretienen, luego va a marchas en contra de la brutalidad policial y rehúsa cualquier reflexión en torno a la violencia en sus películas.

Nunca me gustó Tarantino y no tengo que dar explicaciones por ello, del mismo modo que él tiene el derecho de no querer dar esas explicaciones.

Pero si me preguntan para qué puede servir el cine, por ejemplo, diría que sirve para entretener, reflexionar y comunicar cosas valiosas para la vida, cosas que ayuden a vivir mejor, a tener una sociedad más justa y noviolenta. Es solo mi aspiración. Y también un propósito que me ayuda a realizar.

Cuando el otro día vi una nota sobre los distintos motivos para ver la última película de Tarantino lo leí con atención para saber ¡qué me había perdido al dejar de ver tan importante film! (había intentado verla pero desistí…), en la nota solo pude leer algunos tecnicismos y formalidades sin importancia.

El cine, la expresión cultural por excelencia que caracteriza nuestra época, debe asumir un rol transformador en el mejor de los casos, debe ayudarnos a vivir mejor para trasmitir lo mejor de nuestra cultura. Los medios audiovisuales, en general, son muy influyentes, es importante que nos digan algo respecto de esta sociedad donde la violencia y la exclusión crecen día a día.

¿Con qué se puede hoy comprometer la cultura, el cine? Con aquello que ayude a superar la intolerancia, la discriminación y la violencia en todas sus formas.

No quiero decir que no se hagan otro tipo de películas y menos que eso quiero decir que existan prohibiciones en ese sentido, simplemente digo que me gusta el cine que me da la mano y me lleva a pasear a un lugar mejor, a un lugar soñado y querido y no que me revuelca en el lodo y me dice queriendo o sin quererlo, ¡no hay futuro! ¡Resígnate! ¡Esto no tiene arreglo! ¡El mundo es una mierda y es violento!

Yo elijo el vaso medio lleno: “La vida es bella”.

Carlos Santos es docente, miembro del Movimiento Humanista, Director del Instituto de Sistemas para espectáculos, Cineasta y Realizador teatral. Ha realizado documentales sobre la temática de la ecología, los pueblos originarios y la no-violencia. Su documental “Pachakuti 2012, el cambio” ha sido seleccionado y recibido distinciones en festivales y ha sido proyectado en varios países del mundo.