Por Íñigo Sáenz de Ugarte para Guerra Eterna

Después de muchos años de retraso, la Comisión Europea se ha decidido a tomar la medida de exigir que los productos procedentes de los asentamientos israelíes en Cisjordania se vendan en la UE con una etiqueta que identifique su origen. La orden se aplica también a los Altos del Golán. En la base de la decisión está el hecho de que la UE no reconoce los territorios ocupados en la guerra de 1967 como pertenecientes al Estado israelí. Es también una forma de presión política sobre el Gobierno de Netanyahu para reafirmar la idea de que esas zonas tendrían que ser la base de un futuro Estado palestino, por más que las posibilidades de que eso ocurra en un futuro cercano son prácticamente nulas.

La reacción furibunda en el Gobierno israelí era previsible. El impacto económico no será muy alto, como se ha visto en tres países en donde ya existe esa orden, pero ese no es el tema que preocupa a Netanyahu y sus partidarios. Su política, como quedó clara en la última campaña electoral, es hacer imposible la idea de un Estado palestino. La decisión de la UE, por pequeña que sea, resta legitimidad a esa política. En Israel temen que el rechazo o incluso el boicot termine alcanzando a aquellas empresas israelíes que operan con toda normalidad en Cisjordania. Pero por encima de todo reside la convicción entre la mayoría de los políticos del país de que el territorio palestino, que ellos llaman Judea y Samaria, les pertenece a ellos por derecho divino o por la fuerza de las armas, o por ambas cosas.

¿Y qué es lo que destaca The New York Times al respecto?

Varios políticos israelíes han dicho que esta decisión fomenta el terrorismo. Las declaraciones más intensas que el NYT ha recogido y que supuestamente justifican el titular en Twitter se remontan a los nazis, como era de esperar. El periódico cita la frase del exministro Avigdor Lieberman: “Cada vez que los europeos marcan a los judíos con una señal es una muestra de que el antisemitismo, la locura y la hipocresía se han apoderado del mundo libre y que lo llevarán al desastre”. Michael Oren, historiador, diputado del partido Kulanu y exembajador de Israel en EEUU, comentó la noticia colocando en Facebook esta foto con un breve texto: oren

“De las más de 200 disputas territoriales en el mundo, la Unión Europea ha elegido la disputa territorial de Israel con los palestinos y Siria para (aplicar) un tratamiento especial. La decisión de la UE ignora la negativa de los palestinos a negociar con nosotros y el hecho de que Siria ya no existe. El objetivo es simplemente deslegitimar a los judíos. Y no será la primera vez, como recuerda la imagen que he adjuntado”.

 

Así que si la UE acepta que se vendan en Europa los productos, en su mayoría agrícolas, que provienen de los asentamientos –sobre tierra arrebatada a los palestinos– pero deben hacerlo con un etiquetado que revele su origen, eso es exactamente lo mismo que cuando los nazis pintaban estrellas de David en las tiendas de los judíos para que fueran acosados, marginados y en última instancia eliminados.

 

Y a eso se reduce todo. Los que están en contra de que Israel siga colonizando los territorios palestinos son unos nazis. Los que no aceptan que Israel arrebate la tierra de los palestinos para ampliar sus asentamientos son unos nazis. Los que rechazan que los palestinos vivan enjaulados sin derechos y sometidos a un gobierno militar son unos nazis. Los que se oponen a que los palestinos sean detenidos sin derecho a juicio son unos nazis.

 

El mundo está lleno de nazis o la palabra ha perdido ya todo valor en Israel.

El artículo original se puede leer aquí