Con la transmisión en directo por parte de FLACSO Radio y de Radio Pichincha Universal, se realizó en el Hemiciclo de FLACSO, en la ciudad de Quito, el lanzamiento del segundo libro que publica Pressenza, reuniendo a treinta y tres autores que escriben en Castellano sus columnas de opinión y entrevistas.

Las presentaciones estuvieron a cargo de la profesora investigadora de FLACSO Ecuador, Palmira Chavero, mientras que la co-directora de Pressenza, Pía Figueroa, celebró la posibilidad de poner en manos de los lectores de la agencia internacional de noticias esta obra que discute lo establecido, buscando abrir nuevos horizontes que hagan posible un cambio civilizatorio en dirección humanista.

La obra fue comentada por la profesora investigadora del Departamento de Estudios Internacionales y Comunicación de FLACSO Ecuador, Isabel Ramos, quien señaló que “los autores analizan las diferentes violencias y sus modos de operar en distintos lugares de nuestra Latinoamérica y el mundo, atreviéndose a pensar en que las situaciones analizadas pueden ser cambiadas, esto es, que no son un destino y que el periodismo puede y debe hacerlas visibles”. Y más adelante señaló: “Las notas de opinión y las entrevistas que contiene este libro son la muestra de que es posible y necesario ejercer el periodismo desde la conflictividad, desde la crisis y las violencias que viven nuestras sociedades. Sobre todo son una muestra de lo que el género de opinión puede aportar al debate público, al reconocimiento positivo de las luchas populares y a la transformación de nuestras sociedades. En este sentido, interpreto el componente esperanzador del título La crisis global: consecuencias y oportunidades”, concluyó la profesora Ramos.

Los comentarios finales estuvieron a cargo del comunicador social Luis Dávila, de Radio Pichincha Universal, quien preguntó: “¿Cómo gente humanista puede encarar la tarea de informar acerca de lo que acaece en este mundo desde una perspectiva no-violenta? ¿Es que los periodistas de Pressenza tuercen los ojos y se dedican a informar sobre cosas insulsas? ¿Desenfocan la lente para mirar solo lo bonito que pasa? Esta paradoja que parece infranqueable entre violencia y paz es la que se revela en la páginas de este libro” y luego se respondió señalando: “Creo que Pressenza sí desenfoca la lente, no para dejar de mirar lo que aterra sino para observar con otro sentido, desde otra ética, desde una diferente estética. ¿Cómo entender que Pressenza informe desde una cultura de paz y no-violencia en un mundo tan violento? En el preámbulo de este libro dice: “No podemos simplemente ser cómplices de la violencia. La denunciamos, la develamos, la resistimos”. Ahí está la respuesta!”.

Y luego Luis Dávila dijo: “El libro contribuye de manera crítica a reflexionar sobre los llamados gobiernos progresistas en América Latina y coincide así con otras posiciones serias que visualizan, en primer lugar, una nueva fase de movimientos sociales que se están expandiendo y que están modificando sus propias realidades; en segundo lugar, una baja en la gobernabilidad de lso gobiernos progresistas que se asentaron en políticas sociales que fueron posibles, en gran medida, por los excedentes que dejaban los altos precios de las exportaciones y que ahora se ven limitados debido a la caída de los precios de los commodities y, en tercer lugar, la capitalización política de las derechas luego del declive de un modelo que promovió la inclusión a través del consumo. Las opiniones vertidas en el libro en este orden de cosas son valientes, y no se detienen ante las burdas y acríticas voces que creen que siempre la mano de la derecha está detrás de las críticas al progresismo».

«Destaco en la obra pensamientos como los de Francisco Ruiz-Tagle, cuando tiene la audacia de plantear que “Dada la actual situación de urgencia, sería hora de volver a tomar en serio las viejas propuestas del anarquismo, las mismas que el Humanismo Universalista hizo suyas desde su nacimiento: desconcentración del poder y democracia real; descentralización y federalismo; cooperativismo – yo preferiría llamarlo economía popular y solidaria -; multiplicidad de respuestas en todos los campos desde una base social activa y organizada. En este nuevo contexto social, el Estado debiera reformularse para ejercer un rol muy distinto al que ha jugado históricamente: su función será la de establecer una coordinación eficiente entre las diversas variantes que vayan surgiendo, para hacerlas converger hacia un objetivo común. Los proyectos hegemónicos, cualquiera sea su signo, ya no son viables (si es que alguna vez lo fueron) y el asunto político más importante para el futuro no será la acumulación del poder sino que, por el contrario, el crear los medios efectivos y confiables para transferirlo hacia el todo social”. Me parece que este criterio confluye con el de personas y movimientos en la actualidad, que al ver cómo se están desarrollando las cosas, plantean que hay que trazarse una estrategia política de largo aliento, afiancada principalmente en la ética, que mire un proyecto desde un tercer eje: la ciudadanía. Pues los modelos que han privilegiado la acción del mercado, primero, han fracasdo, y los que han privilegiado el papel del Estado, últimamente, están llegando a su agotamiento. El libro es una oportunidad entonces para acercarse al Humanismo”, concluyó.

Por: Mayra Huanca

Fotos: William Tipán