La situación general, incluso después del terremoto, pero sobre todo el bloqueo del paso de productos indispensables junto a la frontera, están llevando al país hacia una crisis humanitaria. Lo anunció ayer al embajador indio en Katmandú, el vice-primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores Kamal Thapa, pidiendo la colaboración del país vecino para permitir la provisión de gas de cocina, combustibles y productos farmacéuticos.

Había sido el mismo embajador indio Ranjit Rae quien pidió el encuentro con Thapa para hablar del bloqueo de las fronteras que el gobierno indio apoya de hecho, por desacuerdos con las políticas del gobierno nepalés hacia la etnia madeshi.

Los madeshi habitan la zona fronteriza con la India y son afines por lengua y cultura con los ciudadanos indios del otro lado de la frontera. Su territorio no fue considerado provincia autónoma por la nueva Constitución, sino dividido entre otras provincias.

Thapa está empeñado en una serie de coloquios con los diplomáticos basados en Katmandú para explicar la situación y pedir ayuda para hacer frente a las dificultades cada vez mayores, atribuibles a la violencia diaria entre los madeshi y las fuerzas del orden, la situación precaria de la población afectada por el terremoto, y por el invierno actual.

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