Primero fue general y subjefe de estado mayor del ejército. Tomó el poder por primera vez con un golpe militar y gobernó el país durante poco menos de treinta años (entre 1972 y 1991 y nuevamente entre 1996 y el 2006), pero también tomó la decisión fundamental de abrir la al puerta al multipartidismo. Entre los carios títulos que tuvo, probablemente ninguno se adapte mejor a Mathieu Kérékou, el ex-jefe de estado de Benín que acaba de fallecer a la edad de 82 años, que el apodo con que lo recuerda al prensa de lengua francesa en estas horas: “el Camaleón”.

Kérékou era en muchos sentidos un personaje enigmático, impresión que se vio acentuada por los anteojos oscuros que en los últimos años llevaba siempre. Toda su vida fue imprevisible: como ayudante de campo de Hubert Maga, presidente de Dahomey (luego Benín), ayudó a deponerlo en 1967 con un golpe de estado para luego restituir el poder a los civiles. Volvió a tomar el poder en 1972 con un  golpe de estado para crear la República de Benín en 1974 de inspiración marxista y partido único.

Gobernó dos veces el país. En 1989, ante las protestas populares y las dificultades económicas, pidió perdón públicamente por los excesos de su régimen y aceptó abandonar el marxismo, abriendo las puertas al multipartidismo. Con una iniciativa que luego fue replicada en otros países africanos, lo hizo convocando a una conferencia nacional al final de la cual se habría instalado un gobierno de transición, conducido por el ex-funcionario del Banco Mundial Nicephore Soglo, que luego ganó las elecciones de 1991.

Parecía el fin del Camaleón, pero fue solo el comienzo de otra transformación. De hombre fuerte, pasó a ser presidente democráticamente electo en 1996, al frente de una coalición opositora. En las elecciones del 2001 volvió a ganar “por abandono” de los principales opositores entre la primera y segunda vuelta. En el 2006, al alcanzar el límite de edad y terminar su segundo mandato, abandonó el poder.

Sin embargo, el nombre de Kérékou no desapareció de las crónicas políticas africanas. El ex-general tomó parte en varias mediaciones en el continente, entre ellas la de Costa de Marfil, mientras al interior del país las ambiciones políticas parecen haberse contagiado a su familia: el hijo del Camaleón, Modeste Tihounté Kérékou, era uno de los candidatos en las elecciones legislativas del mes de abril.

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