El gobernador de la prefectura japonesa de Okinawa, Takeshi Onaga, ha revocado oficialmente el permiso de construcción una nueva base militar estadounidense en Henoko.

De acuerdo con la agencia local Kyodo, Onaga ha mostrado su rechazo en un documento enviado este martes al Departamento de Defensa de Okinawa (sur de Japón).

Washington planea trasladar su base aérea del Cuerpo de Marines de Futenma, de Ginowan, ubicada en la isla de Okinawa, a Henoko, una pequeña zona costera en Nago (norte de Okinawa).

Sin embargo, Onaga, al igual que los lugareños, se ha opuesto desde que asumió su cargo el año pasado al acuerdo entre Japón y Estados Unidos para trasladar la base aérea de Futenma —conocida como la estación aérea más peligrosa del mundo—.

Por su parte, el Gobierno nipón defiende la necesidad de trasladar las instalaciones a la bahía de Henoko —una zona menos poblada— con el fin de reducir su impacto sobre la población local.

El permiso de reubicación fue otorgado por el anterior gobierno okinawense que buscaba levantar la nueva Futenma en la bahía de Henoko.

La decisión de Onaga ha tenido lugar después de que su gobierno y el Gabinete nipón hayan conseguido acercar posturas respecto al asunto de Futenma tras un mes de consultas.

No obstante, según las fuentes, existe la posibilidad de que Tokio recurra la decisión, con lo que las dos partes podrían implicarse en una batalla judicial prolongada.

En Okinawa —isla del sur de Japón que compone tan solo un 1 % del territorio del país—, se encuentra más del 70 % de las bases estadounidenses de Japón. Aun así, los llamados de Onaga han sido rechazados tanto por Tokyo como por Washington.

El pasado 24 de septiembre Onaga criticó que los derechos humanos están siendo descuidados en Okinawa debido a las actividades de la base militar estadounidense, hecho que también ha provocado enfrentamientos intermitentes por las preocupaciones ambientales y la oposición a la presencia militar estadounidense en Japón.

Los habitantes denuncian también que la presencia de los militares norteamericanos ha aumentado los casos de criminalidad, entre ellos delitos sexuales. De hecho, varios infantes de la Marina estadounidense todavía no han sido llevados ante la justicia por dichos crímenes.

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