Hoy el dirigente nacional del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, nos avisó de la conferencia de prensa realizada para dar a conocer la campaña «Alto al Simce», donde pidieron que se ponga término a esta cuestionada prueba, y llamaron a la comunidad chilena a boicotearla. Los fundamentos para ello son diversos, pero entre los principales se menciona:

– Alto puntaje en Simce no es sinónimo de buena educación. Un alto puntaje da cuenta más bien de un colegio con alta selectividad o que aplica sistemas de adiestramiento intensos para la prueba.

– El Simce agobia a estudiantes y docentes que se ven obligados a dirigir todos sus esfuerzos a subir esos puntajes, con el consiguiente stress y agobio y que no se traduce en mejores aprendizajes necesariamente.

– El Simce quita a los niños el derecho a una educación integral ya que casi todo se orienta a rendir en esas pruebas, sesgando sus opciones educativas.

– El Simce no es un instrumento pedagógico, es un instrumento de mercado para establecer rankings competitivos que profundizan aún más la alta segregación del sistema escolar chileno.

– El Simce es un gran negocio, que gasta más de $22.000 millones al año, que quedan en manos de «proveedores de servicios» y no en los procesos educativos.

Como docentes, reclamaron un profundo cambio en esta errónea manera de enfocar la evaluación educativa, la que debe ser cambiada por sistemas evaluativos integrales, centrados en las propias comunidades y con carácter muestral, no censal.