Por Jordi Jiménez

En nuestras sociedades exitistas, es decir, éstas que persiguen el éxito de las propias ideas y la degradación de las ajenas, siempre ganan todos cuando se celebran unas elecciones. Como es un fenómeno del que ya se ha hecho mofa y todo tipo de chistes, se empieza a poner de moda una actitud de recato en el triunfalismo generalizado y se oyen voces, aunque con boca pequeña, que reconocen cierto fracaso en los resultados. Eso sí, nunca mencionan la palabra maldita, pero hay que estar en la moda, no vaya a ser que se pierda el tren de los tiempos y se queden aún más descolgados en las encuestas de opinión.

Frente a estas viejas costumbres, siempre están los que sacamos los números del cajón y los ordenamos de cierta manera para que se vean las cosas… como a nosotros nos parece. Lo digo ya de entrada para que nadie crea que los números muestran una realidad objetiva tal cual es, ya que es dudoso que exista tal cosa. Como tantos otros objetos, los números son siempre pasto de las intenciones humanas que utilizan todo lo que tienen a su alcance para abrirse paso.

Por tanto, con números o sin ellos, tenemos que aceptar que estas elecciones no han tenido un carácter plebiscitario sino un carácter cuántico. La política catalana es un universo de infinitas posibilidades, tanto en su práctica como en los resultados electorales, en el que todos ven lo que quieren o necesitan ver en función de sus intereses o creencias. ¿Usted quiere ver cómo gana el independentismo? No se preocupe, los datos se lo muestran claramente. ¿Usted prefiere ver cómo sel alzó el NO con la victoria? No se preocupe, los números se lo muestran claramente. ¿Le gustaría comprobar cómo va avanzando la nueva política sobre los viejos esquemas tradicionales? No se preocupe, los datos se lo muestran claramente. El futuro político se ha hecho presente y en éste la democracia ha entrado en una nueva dimensión: todos podemos “colapsar”, fijar, la realidad política de la manera que queramos ya que se mueve en un espacio de múltiples probabilidades en el cual podemos ver aquello que creemos real. ¿No queríamos democracia “real”? ¿Qué mayor democracia que esa que se adapta a nuestra realidad? Somos un modelo de democracia avanzada.

Acalarado el carácter indeterminado de todo cuanto se presente a partir de ahora, incluidos los números, pasemos a re-incidir en análisis de resultados electorales en Catalunya, de los que encontraremos a cientos en estos días, cada cual de su madre y de su padre, como no podría ser menos en el universo de la política cuántica.

Desde las elecciones de 2010, y anteriores, la participacion ha ido creciendo notablemente, añadiendo entre 400.000 y 500.000 votantes en cada ocasión.

Participación 2010 2012 2105
Nº absoluto 3.152.630 3.668.310 4.107.394
Proporción (%) 58,78 67,76 77,48

 

Puesto que en estas elecciones de 2015 se ha insistido en que había que leer los resultados como un apoyo al SÍ o al NO a la independencia, hemos agrupado los cuadros en partidos claramente a favor de tal propuesta y en partidos que no la apoyaban.

Como se ve, el aumento de la participación ha producido un aumento en el número absoluto de votos en las dos opciones frente a la independencia. 

 

Nº absoluto 2010 2012 2105
CIU 1.202.830 1.116.256 1.617.875
ERC 219.173 498.124
CUP 39.834 126.435 335.785
SOLIDARITAT IND 102.921 46.838
BLOQUE SI 1.564.758 1.787.653 1.953.660

 

 

* En 2010 la CUP no se presentó, sino un partido llamado Reagrupament per la Independencia, pero con un programa de contenido muy similar en cuanto a la cuestión soberanista.

 

Nº absoluto 2010 2012 2105
PSC 575.233 524.707 520.985
PP 387.066 471.681 347.775
ICV* 230.824 359.705 365.666
C’s 106.154 275.007 733.290
Otros (UPyD, Pacma, Unió*…) 135.704 113.614 146.660
BLOQUE NO 1.434.981 1.744.714 2.114.376

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* En 2015 los datos de ICV son los de la lista Catalunya Sí Que Es Pot en la que está Podemos. En Otros también se cuentan los votos a Unió, escindida de CiU.

Hay que aclarar que el bloque contrario a la independencia es mucho más heterogéneo: los que quieren que todo siga igual, los que piden un referéndum acordado y apoyan el derecho a decidir, los federalistas, etc. Lo único en común en este bloque es el rechazo a la independencia de Catalunya tal como está planteada ahora.

Pero debido al gran aumento de participación en estos años los números absolutos nos muestran un único punto de vista, es decir, no nos dejan escoger diferentes realidades. Vamos a ver este proceso tomando las proporciones respecto al total de votantes de cada partido y bloque a ver si así aumentamos las posibles realidades.

 

En proporción (%) 2010        2012           2105           
CIU 38,43 30,71 39,54
ERC 7 13,7
CUP* 1,27 3,48 8,21
SOLIDARITAT IND 3,29 1,29
BLOQUE SI (%) 49,99 49,18 47,75

 

* En 2010 la CUP no se presentó, sino un partido llamado Reagrupament per la Independencia, pero con un programa de contenido muy similar en cuanto a la cuestión soberanista.

 

 

En proporción (%)                      2010          2012          2105        
PSC 18,38 14,43 12,73
PP 12,37 12,98 8,5
ICV* 7,37 9,9 8,94
C’s 3,39 7,57 17,92
Otros (UPyD, Pacma, Unió*…) 4,33 3,9 3,59
BLOQUE NO 45,84 48,78 51,68

 

* En 2015 los datos de ICV son los de la lista Catalunya Sí Que Es Pot en la que está Podemos. En Otros también se cuentan los votos a Unió, escindida de CiU.

Hay que aclarar que en el 2010 y 2012 CiU no presentaba oficialmente una propuesta de independencia, pero sí apoyó visiblemente las manifestaciones del 11 de septiembre que en esos años ya reclamaban un estado propio para Catalunya, por lo que podemos sumarlos al bloque del SÍ.

Ahora sí. Mirando el conjunto de los dos bloques, parece que al aumento de participación en estos 5 años corresponde un aumento de votantes en el bloque del SÍ menor que en el bloque de NO, y por ello la proporción del primero baja con respecto al total (del casi 50% al 47,7%) y la del segundo sube con respecto al total (del 45,8% al 51,6%). Las personas no partidarias de la independencia se han movilizado en mayor número a medida que aumentaba la campaña y la presión por la independencia. El Principio de Arquímedes lo explica muy bien.

Si miramos la compositiva de cada bloque vemos que, en el bloque del SÍ baja la proporción CiU+ERC (en 2010 y 2012 iban por separado pero ahora los sumamos) del 45,4% al 44,4% y al 39,5% actual (la lista “Junts pel Sí” es la suma de estos dos), mientras que la CUP (independentistas y anticapitalistas) sube exponencialmente su apoyo del 1,27% al 8,21% (en 2010 se presentaban como Reagrupament) aunque sigue siendo minoritario.

En el bloque del NO baja el apoyo al PSC (socialistas) y al PP (derecha conservadora) que en 2012 subió muy ligeramente pero ahora ha bajado estrepitosamente. Estos dos representan a los partidos tradicionales que tienen sede central en Madrid. Mientras, sube espectacularmente el apoyo a Ciutadans (partido nuevo de centro-derecha nítidamente unionista) y oscila con subidas y bajadas la izquierda clásica (ICV) que este año se presentó junto con Podemos pero con una postura difusa en cuanto a las opciones de independencia. Se ha reducido mucho el número de candidaturas presentadas y en el grupo de Otros hay muchos menos votantes, lo que indica la polarización de estas elecciones.

El apoyo a la independencia en números absoutos sube: cada vez más gente apoya ese proyecto (de 1,5 millones en 2010 a 1,9 millones). Pero, mientras las opción CDC+ERC sube de 1,4 millones a 1,6 millones, la opción CUP pasa de 39.000 votos a 335.000. Casi se multiplica por 10.

Por el otro lado, crecen también los que niegan la independencia (de 1,4 millones en 2010 a 2,1 millones en 2015). Ciutadans y PP (los más unionistas) pasan de 493.000 votos a 1.080.000, el doble, mientras que el grupo más federalista y moderado (PSC+ICV+Unió) pasa de 806.000 a

1.033.000. En ambos casos vemos que los mayores aumentos están en el lado más “radical” de cada una de las opciones, otro indicador de la polarización de la situación.

Desde otro punto de vista, baja el apoyo a los partidos tradicionales y sube el número de votantes a nuevas formaciones, más jóvenes y con otro estilo (al margen de su posición ideológica en el eje izquierda-derecha). En el primer bloque tenemos a CiU, ERC, PSC, ICV y PP. Sumados tenían una proporción del 83,5% de los votos en 2010. En las elecciones de este domingo han pasado a tener un 60,7%, (pierden 23 puntos en 5 años) teniendo en cuenta que la lista de Podemos en Catalunya presentaba un proyecto de renovación y de nueva política aunque ICV se incluyó dentro de ella. Casi el 40% de los votantes están apoyando a partidos nuevos o a proyectos de renovación política. Ciutadans es un partido de muy reciente creación y, aunque su programa sean consevador, es el que se lleva el mayor aumento de apoyos este año.

Si el lector necesita más ejemplos de las múltiples posibilidades que nos ofrecen los resultados de las catalanas siempre puede desmenuzarlos por provincias, comarcas o municipios y tomar de ellos aquel que mejor encaje con sus preferencias. Seguramente encontrará todo tipo de combinaciones de color y alguna encajará en su estilo. También puede mirar el número de parlamentarios por partido, lo cual añade un punto más de complejidad. Y si le parece demasiado tedioso revisar tanto dato y colapsar usted mismo la realidad, puede acudir a los medios de masas que gustosamente harán ese trabajo por usted y le darán la visión que prefiera convenientemente determinada y explicada según “sus” intereses corporativos.

No sabemos qué dirección tomarán ahora los acontecimientos con estos márgenes tan estrechos en cuanto a apoyo social a una y otra opción, pero nos tememos que prevalecerá el interés familiar (de partido) al interés general de los que vivimos aquí en Catalunya.

Ya hemos mencionado que, como el eje soberanista no es el único a tener en cuenta, los partidos de izquierda ya están hablando de hacer un frente contra las políticas conservadoras de Convergència (ahora sin Unió) que en España ha apoyado al PP. Estos dos ejes políticos (nación e ideología) sumado al de la nueva-vieja política (generacional) nos deja un panorama que podríamos llamar tridimensional en el que cualquiera de ellos puede combinarse de maneras altamente creativas con el resto y producir fenómenos políticos nunca vistos hasta ahora. Es lo que tiene el mundo subatómico.

Esperemos que sea para bien.

Manual de uso de las partículas

Para quien no tenga el gusto de conocer el mundo cuántico de la política catalana, he aquí un breve manual de uso, a modo de diccionario de siglas, que trata de clarificar las posiciones (aproximadas o probabilísticas) de cada partícula subatómica con respecto al conjunto de la política catalana en los tres ejes dimensionales, o sea, el nacional, el ideológico y el generacional.

Junts pel Sí (JxS): Independentista, conservador, tradicional.

Si a alguien le suena a oxímoron tal combinación de adjetivos en una sola lista electoral, recuerde que ya hemos advertido que .Cat es un mundo de infinitas posibilidades.

Dentro de esa lista se asocian la neoliberal Convergència y la burguesa Esquerra Republicana junto con asociaciones de la sociedad civil de diferentes geometrías ideológicas y generacionales unidas únicamente por el logro de la soberanía nacional aunque sólo sea en el imaginario colectivo. Su indicadores externos son el traje y la corbata bien apretada, que siempre desaparecen en campaña electoral.

Candidatura de Unitat Popular (CUP): Independentista, anticapitalista, asamblearia.

En nuestro universo la independencia bien puede ser un proyecto de base social, de gente joven, que busca la justicia social y la igualdad, la lucha de clases, el derecho a decidir todo y la reivindicación de un proceso constituyente de participación popular. En una foto de esta campaña se ve a uno de los miembros de la CUP con una camiseta negra que pone “Rojo Separatista”. Pues eso. Sus señas de identidad son las camisetas negras y las mochilas.

Catalunya Sí Que es Pot (CSQP): Derecho a decidir, nueva izquierda, intergeneracional.

Tal vez la combinación más difusa y difícil de colapsar. Se une el emergente Podemos, juvenil y renovador, con la “vieja” Iniciativa-Verds que, renovar… no es que esté por renovar. Nueva y vieja izquierda, jóvenes y veteranos, catalanistas y no tan catalanistas que quieren un referéndum pactado para que podamos decidir pero no se definen en cuanto a la independencia. Vamos, todo un universo de posibilidades. Su seña de identidad es la vestimenta casual estilo Alcampo.

Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC): Supuestamente federalista, no-se-sabe, tradicional.

Una opción un tanto extraña. Llevan décadas hablando de la España federal pero nunca movieron un sólo músculo en esa dirección. Llevan décadas diciendo que son la izquierda democrática pero, salvo en raras ocasiones, siempre se han comportado como liberales, conservadores y capitalistas. Llevan décadas diciendo que son el cambio pero nunca han cambiado nada. No sé. Ni siquiera tienen señas de identidad. En qué se diferencian de cualquier otro político profesional?

Partit Popular de Catalunya (PP): España!, derecha de la caverna, pre-tradicional.

Esta opción es sumamente fácil de entender. España es una. Su fiesta son los toros. La gente como dios manda no hace manifas en las calles, ni fotografía detenciones (sobre todo de los nuestros), ni critica al gobierno. Expresiones habituales: viva el vino!, los platos son platos! (los pobres no dan para más), y hay que limpiar las calles! (no dijeron de qué pero ya se entendió). Su rasgo de identidad es un sobre, de esos anónimos… ya sabes…

Ciutadans (C’s): Unionistas, centro-derecha-izquierda-etc, jóvenes y hermosos.

Esta es una opción que ha preferido definirse radicalmente en contra del separatismo diabólico y a favor de los corazones unidos de todos juntos por la eternidad, mientras que en el plano ideológico ha sido acusada de facha por los izquierdistas y de filo-socialista por los conservadores. Sus líderes son una auténtica monada, como Barbie y Ken. Parecen salidos de un casting de pasarela. Abogan por acabar con la corrupción de la vieja política y les votan todo tipo de personas, desde jóvenes “tec” a ancianitos de L’Hospitalet. Su seña de identidad es el maquillaje y la ropa cool.