«Artistas en Cooperativa» es una agrupación de artistas visuales que surge como necesidad colectiva de fortalecer el trabajo individual a partir de la colaboración entre pares y así generar posibilidades de trabajo, acción y participación. Este grupo de artistas eligió el modelo de cooperativismo como una alternativa transformadora. En esta nota, un diálogo en el que cuentan cómo es el desafío de conformar una cooperativa de artistas.

Por Gabriela Canteros para la Agencia Paco Urondo

«Artistas en Cooperativa» está integrado por: Paula Otegui, Noelia Farías, Balbina Lightowler, Mariela Bergato y Florencia Frashina. Juntas comparten la inquietud de encontrar un campo de oportunidades para continuar desarrollando, activando y dando a conocer sus ideas acerca del arte y la contemporaneidad. Ofrecen muestras conjuntas en museos e instituciones culturales de todo el país y el exterior, así como también dictan talleres, charlas y seminarios formativos en los lugares donde realizan sus exposiciones.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo resulta la relación del famoso individualismo del artista con respecto a la conformación de una cooperativa?

Florencia Frashina: El individualismo tiene mala prensa. Para los artistas, el individualismo es una batalla ganada en el siglo XX, dentro del contexto de la historia del arte. En cada artista hay un mundo propio, cada uno se expresa con su libertad individual y desde ese lugar aporta al conjunto con lo que tiene para dar. El ego es otra cosa: «Nadie mejor que uno para pensar como uno». Todos lo tenemos, no es una particularidad solo de los artistas. Si uno mismo no lo domina, entonces el grupo te confronta y por supuesto se discute como en todo grupo de trabajo, lo mismo sucede con la falta de compromiso. El trabajo en cooperativa consiste en la igualdad en las ganancias pero también la igualdad en el esfuerzo. Requiere una real conciencia de equipo.

APU:¿Cuáles fueron sus principales desafíos como colectivo laboral?

F.F.: Sin duda, la repartición de tareas y organización. Todas somos artistas visuales pero también hacemos radio, docencia, exposiciones, comercializamos nuestra obra, nos presentamos a becas, etc., pero es necesario alguien que dirija, alguien que gestione, alguien que maneje prensa, redes sociales, diseño, investigación, actitud comercial, etc. Para eso es necesario salir del taller, del trabajo solitario y ver realmente donde puedo aportar al grupo mas allá de la obra. A veces las tareas rotan pero ya más o menos nos damos cuenta en qué labor es más eficaz cada una.

APU: ¿Creen que su experiencia puede servir como testimonio para la organización de otros artistas que aún no encuentran una forma de autoemplearse?

F.F.: Sí, trabajar en cooperativa es verdaderamente una experiencia transformadora. Todo lo que se comparte se multiplica, requiere de mucha generosidad y confianza. Nos lleva a descubrir aspectos positivos y negativos de nosotros mismos que antes tal vez desconocíamos, nos contiene y nos fortalece. No hay muchos artistas que trabajen de este modo. Sí existen colectivos de artistas pero eso es otra cosa.

APU: ¿Cuál es la mejor enseñanza que han adquirido mediante el trabajo cooperativo?

F.F.:Estamos aprendiendo a escucharnos y comprender que no todas tenemos la mismas opiniones, que el otro puede tener una mejor idea que la tuya o que al resto le parece mas conveniente y hay que aceptar y apoyar, a actuar en bloque… que nuestras posibilidades se potencian a valorarnos como compañeras y como artistas, a festejar los logros de la cooperativa y los de cada integrante en particular. Es una práctica sana.

Artistas en cooperativa está participando durante este fin de semana en el MICA 2015.

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