Sharmine Narwani dice: «Si quieres entender lo que está pasando en el Medio Oriente hoy, tienes que volver a observar lo que los militares de EE.UU. estaban haciendo hace 4 años, cuando arrancó la “Primavera Árabe” y los dictadores respaldados por Estados Unidos fueron cayendo como moscas. Chiitas vs. Sunitas e Irán vs. árabes era el guión desarrollado por el Pentágono. Mi artículo de 2011: «El juego del Pentágono para dividir a iraníes y árabes».

Este ejercicio secreto no habría sido notado si no fuera por el momento en que se llevó a cabo, en marzo de 2011. Washington estaba perdiendo aliados incondicionales (Túnez, Ben Ali, Mubarak de Egipto) y había disturbios crecientes en Jordania, Bahrein y Yemen. Entonces, ¿por qué, de todos los posibles, el Pentágono ensayaba el relato «Irán-contra-árabes» durante el apogeo de la crisis?

La introducción del artículo incluye un enlace para conocer la historia completa, sigue leyendo:

Los analistas y expertos han pasado las últimas dos semanas dándole vueltas a la supuesta trama iraní para asesinar a un diplomático saudí en Washington, despistados en parte por la falta total de un motivo o beneficio evidente, que este hecho pueda acarrear a la República Islámica. Irán, que tiene la reputación de poner mucho esfuerzo y recursos en el análisis costo-beneficio en sus cálculos geopolíticos, claramente no logra obtener beneficios materiales o políticos de las acusaciones, hasta el momento. Entonces, ¿qué está pasando?

Más esclarecedor puede ser analizar los porqués de la participación de Irán, que examinar el interés de Washington en tan ínfimo avance en el escenario político. Los cargos criminales fueron seguidos por declaraciones de alto perfil y las sancionadas filtraciones de la Casa Blanca, los departamentos de Estado, Justicia, Hacienda y Defensa, el FBI y la CIA, orquestadas para producir el máximo impacto. El gobierno de los Estados Unidos se abocó entonces a la tarea de convencer a la comunidad global, vía Consejo de Seguridad de la ONU y las «llamadas telefónicas a muchas capitales», de la gravedad de los cargos.

Tal fanfarria fue más allá de ser funcional a la imputación de un simple delito. Lo más probable es que los cargos que se le hacen a Irán, fueran más funcionales a una «diplomacia pública», en su intento de instalar un amplio relato que dé marco a una decisión política. Propiciar la figura del «espantapájaros » iraní, no es inusual en los círculos políticos estadounidenses. Lo que puede ser nuevo, es el énfasis en esta historia a raíz de las secuelas de los levantamientos árabes en todo el Oriente Medio.

Traigan al «Equipo Rojo»

En marzo pasado, mientras las revueltas árabes se extendían por Oriente Medio y el Norte de África, y el Comando Central del Ejército de los Estados Unidos para las operaciones militares en 20 países (entre ellos Irán, Arabia Saudita, Irak, Egipto, Yemen, Bahrein y Jordania), se llevó a cabo un ejercicio llamado «Equipo Rojo» para elaborar un relato político que logre enfrentar a perpetuidad a árabes contra iraníes, según una fuente involucrada en el proyecto.

Un portavoz me comentó el año pasado que el Equipo Rojo del CENTCOM se formó en 2006, para «mirar abajo del agua, ofrecer un pensamiento discordante [y] … aguzar el razonamiento y fortalecer el rigor intelectual» en temas críticos para el beneficio de los funcionarios militares de alto rango.

Éstas son algunas de las premisas y las preguntas incluidas en el ejercicio de CENTCOM árabes vs. iraníes. (Nota: El Equipo Rojo se refiere a los iraníes como «persas»).

  • Premisa: «La dinámica árabe-persa es una división.La historia, la religión, la lengua y la cultura simplemente plantean demasiados obstáculos a superar».
  • Premisa: «Un complejo de inferioridad generalizado de los árabes con respecto a los persas hace que muchos árabes sean temerosos de la expansión persa y su hegemonía en todo el Oriente Medio.En sus cabezas, el Imperio Persa está intacto y es más autosuficiente que la mayoría de los estados árabes».
  • Premisa: «A menos que se trate de un choque de civilizaciones – es decir, una cruzada moderna, Islam vs. Judeocristianos, o una guerra Occidente/Israel vs. Arabia/Persia – aquello no parece ser un escenario en el que los árabes y los persas decidan ir juntos contra los EE.UU./Occidente».
  • Pregunta: «¿Será acertado enmarcar la discusión como árabe-persa, o el suní-chií es un marco más adecuado?»
  • Pregunta: «Asumiendo la hipótesis de un cisma, ¿qué podría unir a los árabes y los persas, aunque sea temporalmente?»

Estos relatos asumen dos cosas: que la división entre los iraníes y los árabes es un hecho y que la unidad de estos dos grupos en la estela de las revueltas árabes, es una amenaza potencial para los intereses estadounidenses. De ahí la pregunta inquietante: ¿Qué podría unirlos, aunque sea temporalmente?

¿Es entonces el objetivo garantizar un estado de hostilidad crónica entre los iraníes y los árabes?

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http://www.salon.com/2011/10/26/pentagon_game_to_divide_iranians_and_arabs/