Por Xavier Batllés.

Ya lo hemos comenzado a saborear en astronáutica y en los mapas GPS entre otras cosas, pero en esta ocasión el protagonista era la gente, un notable Nosotros, y no personajes o localizaciones.

Me refiero a lo siguiente. Eso que hemos comenzado a saborear y que, para mi, es también lo más importante de la Diada de hoy en mi ciudad, Barcelona, es la triple perspectiva de lo inmediato, lo relacionante y lo procesal. Tres planos y una sola vivencia. ¿Cómo es eso?

Hayamos estado o no en el evento de la V, guardamos una percepción sensorial de cómo lo hemos vivido en lo inmediato. Una buena amiga asistente me lo describe como hasta tedioso, a pleno sol, cansino y por momentos machacón por los estereotipos emocionales patrios. Pero esa misma persona, siente y describe otra cosa, como yo y tantos otros, al ver las imágenes aéreas, al contemplar en conjunto lo mismo que estaba viviendo en lo personal y hasta donde daban sus sentidos… Algo animador, sumador de fuerzas y diferencias, genuinamente emotivo y movilizador.

Es el contraste entre la imagen de conjunto y la imagen que va sólo un poquitín más allá de la nariz. Eso me parece una gran contribución de la intencionalidad y los recursos organizativos empleados en el día de hoy.Ese contraste es captable en la vida cotidiana, aunque tan a menudo nos sintamos sumergidos en ella.

No hace falta decir que otros van a «leer» también lo conjunto con muy distintas interpretaciones hacia lo molesto, o incluso viendo en ello motivo para desatar su violencia… Y van a justificarlo por lo que creen «captar» en distintos planos…

Retomando, ¿y porqué me parece tan importante lo que destaco? Pues porque creo que hemos entrado en zona de necesidad de aprender a movernos y relacionarnos con una triple perspectiva, la de la sensación del entorno inmediato, la de la relación entre los elementos homogéneos de un mismo plano, y la del proceso acumulativo conjunto que hay en todo lo que vivimos, observamos o intuimos.

Mientras no sea así, estamos condenados a repetir los mismos errores que fueron fruto de lo compulsivo, de las molestias de lo inmediato, de resentimientos y miedos. Todo ello resultó demasiado fácil de manipular, por cierto, era demasiado previsible.
De esas pequeñeces venimos, de ese estado tan parecido al de los animalitos cuando están enjaulados, con sus “preocupaciones” por los barrotes que los limitan. ¿Seguro que los “barrotes” en nuestro caso son solamente externos? Pruebe de destituir al “legislador”, al “prestigioso” y al “vendido” que llevamos dentro, a ver qué pasa…

Nada mejor que ganar en esa triple perspectiva si lo que se quiere es avanzar en el auto-gobierno y la independencia. Auto-gobierno e independencia, si claro, cómo no, pero del pensar y del sentir primero. Auto-determinación, si claro, cómo no, pero aquella que apunta en proceso a la de los individuos humanos y apela a sus conciencias, sin manipulaciones, ni dogmas, ni mandamientos, ni imposiciones, ni chantajes…
Barcelona, 11-09-14