Personal y  usuarios del Hospital de Bellvitge presentan 21.900 firmas al Parlamento contra los Recortes.

Barcelona, España.-   La Consejería de Salud de la Generalitat cerrará durante los meses de julio y agosto una media del 16% de las 13.072 camas que tienen los hospitales catalanes, hecho que supone un total de 2.091 camas menos, una cifra parecida a la del año anterior.

Lo han revelado este miércoles pasado el director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Josep Maria Padrosa, y el responsable del área de Atención Sanitaria del CatSalut, Àlex Guarga, durante la presentación en rueda de prensa del dispositivo de verano del sistema sanitario de Cataluña.

Los dos han insistido que el cierre de camas «coincide con una tradicional caída de la actividad quirúrgica y de atención primaria en verano», cuando la actividad cae casi un 50%, y han subrayado que se volverán a abrir en octubre.

Recogida de firmas

La Federación de Asociaciones de Vecinos del Hospitalet (Barcelona) junto a varias plataformas mas, han presentado 21.900 firmas al Parlamento contra el «desmantelamiento» del Hospital de Bellvitge y los recortes sanitarios.
El presidente de la FAVL’H, Manuel Piñar, ha explicado a los medios en la Cámara catalana que «la salud es un derecho, no un negocio» y, por lo tanto, los firmantes exigen el cese inmediato de las «malas prácticas» al Hospital Universitario de Bellvitge, donde se está produciendo un «progresivo desmantelamiento».

Los promotores de la recogida de firmas censuran que detrás del cierre de camas y quirófanos y la no contratación de personal se esconde «una voluntad de cambiar el modelo sanitario» en Cataluña, y han abierto negociaciones con los grupos parlamentarios para impulsar una propuesta de resolución contra los recortes del Hospital de Bellvitge.

Las asociaciones denuncian los recortes presupuestarios en el hospital, el cierre de plantas y quirófanos, o la reducción de personal, cosa que se traduce, según su parecer, en el aumento de las listas de espera, derivaciones a centros hospitalarios privados y el «implacable deterioro y eliminación» del sistema público de salud.
Por eso, reclaman a los partidos catalanes y a la Generalitat que se destinen a la sanidad pública los recursos económicos necesarios, que se dejen de «empeorar» los servicios públicos, el cese de los recortes en personal y servicios sanitarios, y que «no se implante ningún tipo de gestión privada, puesto que la salud y el negocio son incompatibles».