El presidente de la República federal de Alemania Gauck ha sido sorprendentemente claro al hablar de una política de asilo con mayor acogida en el Simposio sobre la protección del refugiado celebrado en Berlín el 30 de junio. Gauck se ocupó de diferentes aspectos relacionados con la situación de los refugiados y exigió una política común de los países europeos que fuera menos negativa y que ofreciera más posibilidades.

En primer lugar, habló de su experiencia personal de hace dos meses, cuando conoció a una familia de refugiados siria en un campamento que se encontraba en la frontera turca. Gauck mencionó que Alemania, en comparación con otros países sale airoso en la acogida de refugiados sirios.. Pero comparado con las cifra que los países vecinos de Siria acogerían y en vista de la catástrofe humanitaria que ha provocado la guerra y también considerando el número de refugiados que se ahogan en el mar mediterráneo por no encontrar otro modo de acogida regular y que por tanto intentan el camino »ilegal», Gauck preguntó: »¿Hacemos realmente todo lo que podemos?». Y se respondió a si mismo: »Nosotros, es decir, Alemania y también Europa, hacemos mucho, pero no tanto como nos parece a nosotros mismos.». Pues los países pobres son los que más soportan la carga de los refugiados.

Pero la política no solo se mide en ofertas humanitarias, sino también en prácticas políticas. Gauck mencionó una declaración del político alemán Burkhard Hirsch del año 2002: »La historia del derecho de asilo es también una historia del rechazo a la inmigración».

También recordó los tiempos en los que Europa era »el continente de los refugiados y los expulsados». Es necesario preservar el valor de Europa: »Derechos humanos y democracia, solidaridad y sinceridad, no pusilanimidad y rechazo».

A pesar del interés legítimo de proteger las fronteras, Europa debe preguntarse en qué medida pondría en peligro los derechos y la vida de los que realmente buscan protección.

50.000 refugiados y migrantes habrían muerto ya en la región del mediterráneo en la primera mitad de este año, lo cual sería una consecuencia del creciente conflicto, pero también del aislamiento de los países surorientales de la Unión Europea.

»No puedo acostumbrarme a esto», dice Gauck y se remite a una frase de la constitución alemana: »Los perseguidos políticos reciben asilo político» y también de la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados.

Por ello, Gauck lo tiene claro: »una política europea común de refugiados deberá garantizar que cada refugiado pueda hacer uso de sus derechos, y a no ser rechazados sin oír las razones de su huida, y también a recibir protección en casos de persecución. Altamar no está por encima de la ley, así que allí también son vigentes los derechos humanos».

El presidente de la República federal de Alemana exige una política europea común de refugiados que unifique las normativas y distribuya las cargas y también considera que los refugiados necesitarían una perspectiva de futuro duradera en el exilio. Por esto, aboga por métodos más rápidos, flexibilidad del requisito de residencia o de la prohibición de trabajar para los solicitantes de asilo. También habló del cambio demográfico, del descenso de la población y de la inminente falta de personal cualificado, lo que podría convertir la inmigración a Alemania en un motor de su desarrollo.

Traducido del alemán por Míriam Sánchez Alcón