Por Carlos Santos

Las modas son dictadas, en general, por las encuestas fidedignas del gusto de los consumidores, por el barómetro social de los gustos, por las famosas “tendencias”.

A veces parece que un líder de algún tipo “impone” una moda y en realidad, simplemente se atreve a hacer algo que ya está en muchos, pero que no se atreven a hacerlo…
Efectivamente, el que se atreve es sólo ese que hizo lo que sintió en el momento preciso.

Las modas muestran las tendencias que ya viven en mucha gente y que la gente dedicada a los avisos publicitarios y los discursos de los políticos saben medir muy bien.

Las modas, que se suelen ver como signos de frivolidad, pueden también verse como anticipos o como muestras de algo que existe, como una realidad interna de muchos individuos.

Algo nuevo anda en el aire y mientras algunos se animan a contarlo con acciones, otros están agazapados esperando pesquisar los nuevos aires… y viendo como puede medrar para su negocio.

Los artistas son, a veces, los encargados de tocar las trompetas que anuncian lo que viene, con esa sensibilidad, en la música, en la pintura, en el arte en general… Claro que no lo hacen con el mismo espíritu que campea en las agencias de encuestas, marketing etc… Estos son muy estudiosos tratando de entender lo que viene, no sólo es esa sensación epitelial del artista.

Sin un mínimo conocimiento sería imposible entender que la oruga deviene en mariposa. ¿Cómo podríamos entrever la sensibilidad de los tiempos que vienen?, ¿mirando sólo la moda? ¿Con que agudeza deberíamos pescar estos signos?

La moda espiritual

Hoy asistimos a un gran despliegue del marketing que apela a contenidos de tipo espiritual.

Desde que la Coca Cola empezó a hablar de las buenas acciones, del sentirse bien y la libertad y la felicidad, gran parte de las grandes marcas tienen alusiones espirituales acompañando las bondades de sus productos.

¿Es que en la imaginería social dejó de ser tabú lo espiritual?

Es que el fracaso del racionalismo está permitiendo atisbar la luz del alma que puede empezar a brillar, nuevamente, con un nuevo fulgor. Aunque todavía no sepa cuál es el modo ni la forma de esa nueva espiritualidad.

¿No será, claramente, este un ejemplo de que nos acercamos a un nuevo horizonte espiritual?1

Los intérpretes de la moda dicen: “lo que funciona es lo espiritual” y no comprenden muy bien por qué, ni les interesa. Pero saben que funciona, así que es negocio y ahí se lanzan muy pragmáticamente a obtener su beneficio.

Claro que todo eso no invalida las genuinas búsquedas de conexión verdadera con lo espiritual. Porque si eso está en mucha gente quiere decir que, seguramente, existe una creciente búsqueda genuina.

Entonces, lo válido es avanzar en cierto registro de experiencia, eso intangible que cada uno debe ir sabiendo mirar en su interior.

Mientras tanto, sucede que esta “ola” va recorriendo la sociedad y mientras algunos surfean en ella casi sin tocarla, pero obteniendo sus beneficios, otros se encargan de sentirse inmersos en ella. Y también existen los que, genuinamente, tratan de impulsarla.

Quienes hemos trabajado muchos años intentando ver e impulsando ese algo nuevo que hace mucho necesita la humanidad, estamos más tranquilos, sabemos que algo se está moviendo en el interior de mucha gente, que desde muy variadas perspectivas tratan de sumarse a la “ola”, inclusive confusamente, pero van en esa dirección. Hay un cambio en la visión de lo sagrado, empieza a observarse un reconocimiento y un sincero respeto a la manifestación de lo espiritual aunque muchas “religiones” le hagan tan mala propaganda al espíritu.

Los que hace mucho tiempo estamos atentos a esa “ola”, hoy nos damos cuenta que ella tiene un impulso que viene desde muy atrás y que será suficiente poder acompasar su ritmo y sumarnos a su energía vivificante, a sus brillos diversos, a su poder envolvente y benéfico. Estar allí es estar más allá, seguir esos ciclos nos conecta con el maravilloso pulso de lo eterno.

 

1 Silo (1938-2010), Mario Rodríguez, fundador del movimiento humanista, hizo alusión en varias exposiciones públicas al concepto de “Nuevo horizonte espiritual”.