La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, ha decidido no viajar a Estados Unidos como tenía previsto hacer el próximo 23 de octubre, por no recibir explicaciones satisfactorias ante las denuncias de espionaje de Washington a autoridades brasileñas.
Según ha informado este martes el diario brasileño ‘O Globo’, la presidenta del país sudamericano tenía previsto anunciar su decisión de viajar o no este martes a EE. UU., un día después de que mantuviera una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Barack Obama, ante las denuncias de espionaje; todo parece apuntar a que las explicaciones dadas por el mandatario norteamericano no han convencido a la parte brasileña.

Rousseff recibió el lunes a las 18h30, hora local (21h30 GMT), una llamada de Obama, justo cuando se encontraba reunida con su canciller, Luiz Alberto Figueiredo, para debatir su próxima visita oficial a EE. UU. La conversación entre ambos mandatarios duró aproximadamente unos 20 minutos.

El diario brasileño asegura que el anuncio oficial se producirá este martes para expresar la insatisfacción de Brasil por espiar las llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de móvil de Rousseff, entre otras autoridades sudamericanas.

En este sentido cabe señalar que Rousseff había declarado con anterioridad que el espionaje de Washington a las autoridades brasileñas y a la petrolera estatal brasileña ‘Petrobras’ (uno de los mayores activos del mundo), no se produjo por asuntos de seguridad o lucha contra el terrorismo, sino que responde a sus intereses económicos y estratégicos.

Asimismo, varios asesores de Rousseff, por su parte, se opusieron a tal visita oficial al territorio norteamericano debido a las denuncias existentes en torno al espionaje llevado a cabo por los servicios de inteligencia de EE. UU., actividad revelada por ‘O Globo’, citando los documentos obtenidos por Edward Snowden, exagente de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés).

Igualmente es digno de mención el hecho de que Rousseff había amenazado con suspender su viaje al suelo norteamericano, si no recibía explicaciones satisfactorias sobre el supuesto espionaje de EE. UU. a Brasil.