La renuncia al cargo de presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral del ex Comandante en Jefe del Ejército de Chile, Juan Emilio Cheyre, tras conocerse antecedentes de su participación en el caso Lejderman (luego del asesinato a sus padres, entregó al niño a un convento) ha dejado tranquilos a muy pocos, fundamentalmente porque parece más un gesto cosmético que a acción que busque realmente arrojar luces sobre las violaciones de Derechos Humanos ocurridas durante la dictadura.

Para el presidente del Partido Humanista, Danilo Monteverde, mientras no se sepa qué ocurrió, quienes violaron los derechos de los disidentes de entonces, y mientras no se haga justicia, aquella reconciliación nacional de la que todos hablan seguirá estando lejos.

“Los humanistas siempre hemos creído que la reconciliación primero es un acto personal, un acto personal con la vida, más que con el otro si lo vemos en términos filosóficos, por así decirlo. La reconciliación es uno que se reconcilia con la vida, con el futuro, con volver a tener esperanzas, y esa reconciliación a nosotros nos importa mucho, que la gente que sufrió durante la dictadura, que fueron miles, pueda recuperar su fe en la vida, el futuro y el país. Eso nos da mucha esperanza, cuando las personas se reconcilian a ese nivel. Pero no con quienes fueron sus verdugos”.

“Nosotros -agrega Monteverde- tenemos cuatro principios: Verdad, Justicia, Memoria Activa, o sea una sociedad y un Estado que activamente promueve el ejercicio de la Memoria Colectiva, que es justo lo contrario a lo que ha ocurrido en Chile en los últimos 23 años, en que se ha promovido la Amnesia Colectiva. Y la Reparación, pues no puede no haber reparación. Con esos cuatro principios los Humanistas creemos que puede haber una vuelta de tuerca para pasar a otra etapa en lo que es el crecimiento espiritual del país, pero sin dar vuelta la hoja y dejando las cosas sin resolver atrás. Por eso no nos parece este discurso falso e hipócrita de la reconciliación nacional sobre la base de nada, simplemente declaraciones de buenas intensiones, de Seguridad Nacional, ¿en función de qué?… Ese es un discurso cínico, falso y pseudo nacionalista que no aporta en nada y que no sabe entender a las víctimas.

Dentro de esos parámetros, y tal como está hoy la sociedad chilena, ¿basta entonces con lo que hizo Cheyre, renunciar a la presidencia del Consejo Directivo del Servicio Electoral?

No, no basta. El era el presidente del directorio de un organismo muy prestigiado durante años, tanto en el país como en el extranjero. No hay que olvidar que mientras lo presidió Juan Ignacio García tuvo mucho prestigio, y con razón, pues fue un organismo muy ordenado y muy correcto. Pero con un director que tenga el currículum de Juan Emilio Cheyre es muy complicado que las diversas fuerzas políticas del país puedan confiar en el organismo, presidido por alguien así. No se puede desconocer que es bueno que haya renunciado a su cargo en el directorio del Servel, pero no es bueno que siga siendo parte de ese directorio ya mal conformado, porque desde su origen está constituido binominalmente y no refleja todo el espectro político, entonces, sigue mal la cosa. Y por eso nosotros decimos que aquí tiene que haber un cambio fuerte, en el sentido que el directorio de ese servicio del Estado no debe reflejar al sistema binominal, por eso estimamos que allí tiene que haber representantes de todo el arco político nacional y, por cierto, no puede ocupar allí un cargo de relevancia pública alguien sobre quien haya una duda respecto del tema de los Derechos Humanos. Ahí debe haber solo gente con una historia transparente y de confianza para todos los chilenos.

Por su parte, la secretaria general del Partido Humanista, Michely Bravo, precisa que no es suficiente lo hecho por Cheyre, pues parece solo un saludo a la bandera. “Nosotros, y yo personalmente, estimamos que tiene que renunciar a todas sus funciones, incluso a cualquier cargo que él pudiera tener hoy día y que sea público. Me parece que los cuestionamientos, los antecedentes y la información que se tiene es suficiente para pedirle que él renuncie a todo cargo público y explique, de las razones, vaya a declarar y haga todo lo que tenga que hacer para que esta situación se aclare en el corto plazo. Y si tiene alguna responsabilidad, que sea juzgado como corresponde a una persona que ha estado involucrada, sobre todo, en casos de violación de Derechos Humanos.

¿Te parece creíble que no haya sabido nada de lo que ocurrió?

Por un lado me parece que no es una buena respuesta la que está dando. Y por otro lado, siento que es preciso que responda a todos los antecedentes y pruebas de su participación en los hechos que se le atribuyen, que están aportando las personas que trabajan en Derechos Humanos”.