Las protestas masivas contra los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) se han apoderado de Alemania, más que de cualquier otro país europeo, un tema que ha acabado con la paciencia de la canciller Angela Merkel.
No pasa un día sin que se revelen nuevos aspectos de los programas de espionaje de la NSA también dirigidos a los ciudadanos comunes.

Las respuestas de Merkel a las preguntas sobre el programa de espionaje no revelan nada nuevo, y ha tenido que reconocer que ella misma ha estado al tanto del asunto a través de los medios de comunicación.

Además, señaló que ha mantenido conversaciones con el presidente estadounidense, Barack Obama, y con altos funcionarios de la Unión Europea (UE) sobre el programa.

La canciller aconsejó a los alemanes que lleven a cabo las medidas necesarias para proteger sus datos personales.

La mayoría de los funcionarios en Alemania creen que las palabras de Obama están diseñadas principalmente para calmar a la sociedad estadounidense, haciendo caso omiso de la creciente preocupación de los países europeos. Por lo tanto, los Gobiernos de Europa tienen que encontrar soluciones para ello.

Mientras Merkel estaba tratando de no centrarse en los programas de espionaje de la NSA en Alemania durante su campaña por la reelección que comenzó hace unos días, constantemente surgen nuevos informes sobre las llamadas telefónicas de los ciudadanos y las transferencias electrónicas.

El pasado 10 de agosto, el jefe del Servicio de Inteligencia Extranjera Alemán (BND, por sus siglas en alemán), Gerhard Schindler, declaró ante el Parlamento que la BND había estado permitiendo durante años que las autoridades estadounidenses accedieran a los números de teléfonos de sospechosos en Oriente Medio, según informes relacionados.

Los funcionarios estadounidenses habían utilizado la información para localizar el blanco de los ataques de sus aviones no tripulados.

El Partido Social Demócrata, mayor rival de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU, por sus siglas en alemán), ha incrementado sus presiones sobre el Gobierno, pidiendo a la canciller que comparezca ante el Parlamento, con el fin de responder las preguntas acerca de los servicios de inteligencia del país.

El periódico alemán ‘Der Spiegel’ informó anteriormente que el país es objetivo del programa de vigilancia de Estados Unidos, mediante un software llamado XKeyscore, que funciona a partir de una planta en la ciudad de Hesse, centro del país.

Los servicios de espionaje estadounidenses informan haber hecho uso de sistemas de escucha gigantes en el sur de Alemania para espiar a Rusia. Los dispositivos de escucha son controlados por el BND y la NSA.

Funcionarios del Gobierno alemán han dicho que la canciller alemana no ejerce ningún control sobre estas actividades y la presencia de la NSA en el sur de Alemania podría desencadenar fuertes reacciones.

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