«Silo es bueno y los humanistas también» señaló Manuel Riesco para concluir sus comentarios cargados de humor en la presentación del libro de Pía Figueroa en Santiago de Chile, realizada en el café-literario del Parque Balmaceda este último jueves.

La obra editada por Virtual Ediciones, ha sido presentada ya once veces, en distintos lugares de Italia y recientemente en Sudamérica, recogiendo cuarenta relatos de Pía Figueroa bajo el título «Silo, el Maestro de nuestro tiempo».

«Confieso que en la segunda mitad de los años 60 e inicios de los 70, critiqué con dureza, quizá hasta con saña, al movimiento que se gestaba en torno a la persona de Mario Rodríguez Cobos», señaló Santiago Del Campo. «Esa hostilidad quizá se explique en parte por el contexto ideologizado en que entonces vivíamos… Sin embargo fuimos viendo de qué manera sus ideas se fueron multiplicando y organizando a través de las fronteras, en formas que se alejaban claramente de las sectas. La formación del Partido Humanista a nivel internacional fue un hito importante y de relevancia para nuestro país, donde los humanistas demostraron ser tenaces y decisivos activistas en el fin de la dictadura», continuó.  «Lo que más me ha impactado al leer este libro es la amplitud, la diversidad y universalidad de los temas que a Silo le interesaron y abordó; la coherencia de su pensamiento y, sobre todo, su modestia personal, la finura y hasta el sentido del humor que muestra en escritos y conversaciones. Finalmente, una última consideración», dijo Del Campo, «casi 50 años después, ¿cómo evaluar el éxito o el fracaso de la propuesta siloísta? Me atrevo a insinuar una respuesta: suele ocurrir en la historia que el éxito de un pensamiento no se mide necesariamente en su imposición unilateral sobre las sociedades que lo cobijan, sino por la manera en que sus ideas y convocatorias permean y contribuyen cualitativamente en el «todo final». Me atrevo a decir que Silo ha sido un gran contribuyente».

Por su parte la actriz Malucha Pinto, deleitó a los asistentes con una exposición poética leída impecablemente en la que señaló «Sólo sé que este libro hay que leerlo una, dos, tres veces. Hay que leerlo de muchas maneras: de principio a fin, siguiendo la estructura clásica, de atrás para adelante, jugando con él a la poyetomancia, leerlo a saltos, quedarse en una de sus partes y hacer prácticas personales, leerlo en asambleas, en fin… de todas las maneras que seamos capaces de crear. «Silo, el Maestro de nuestro tiempo» hay que desenvolverlo, desentrañarlo, aventurarse en sus páginas fragantes, en la danza entre la voz de Pía y la voz de este hombre que nos estará mirando en este instante convertido en susurros que abren inquietudes en las tierras del sueño», señaló. Y concluyó diciendo: «Me quedo al final con lo más revolucionario, con la bengala, con el bastón de la posta en la travesía humana y que emerge desde las entrañas de los tiempos actuales. La transformación no es individual ni social, no está afuera ni adentro porque ambos espacios son lo mismo. Quizá esa comunión es la que le ha faltado al anhelo del reino de la luz. Este se sueña, se vivencia y se construye afuera y adentro en un solo paso de baile».

Luego de que el economista Manuel Riesco expusiera sobre el modo en que los procesos históricos avanzan en base a las tensiones que dan origen a movimientos sociales, a cómo ellos encarnan en personas, a las intuiciones que Silo explicitó respecto de la globalización y la crisis financiera actual, a la dimensión que supo advertir tomaría esta crisis, Riesco pasó a divertir a la audiencia con sus relatos anecdóticos de cuándo conoció a Silo en Chile, para terminar citando este trazado con tiza blanca que en los años 60 anunciaba en las murallas «Silo es bueno».

La presentación concluyó con los agradecimientos de la autora, que tomó la palabra para referirse a los desafíos de nuestro tiempo. «Este presente globalizado que margina a tantos, un tiempo oscuro, estrecho, fragmentado, individualista. Tal vez manifestación de un sufrimiento que se arrastra desde el fin de las ideologías, el estancamiento de la filosofía, el desgaste de una moral apegada a tablas y dogmas. Lo que está bien y lo que está mal se ha ido confundiendo y banalizando. Son los tiempos en los que Dios es algo no seguro. En que los desbordes se suceden de un lugar en otro, sin arribar a la justicia que los pueblos reclaman. Una época en la que va anidando el fracaso del futuro», señaló Pía Figueroa. «Silo nos reconduce hacia nosotros mismos, invitándonos a superar las distintas formas de violencia, a reconciliar para ganar en libertad, a tratar a los demás como queremos ser tratados, a descubrir las señales de lo Innombrable, abriendo un nuevo horizonte espiritual. Una espiritualidad que aporta la inspiración con la que se puede levantar la mirada más allá de estos momentos y abrir el futuro».

Figueroa concluyó diciendo: «Ese es el rol del Maestro: una voz adelantada, capaz de comunicar su experiencia y exhortarnos a hacer nuestro aporte al proceso humano, a ser coherentes, colaborando a fin que las condiciones sociales e históricas puedan ser más favorables, que se pueda avanzar en dirección de una Nación Humana Universal que no excluya, no discrimine ni violente a nadie. En que el progreso llegue algún día a ser de todos y para todos».

El libro está a la venta en las librerías santiaguinas Ulises, Que Leo, Karma, Plaza Egaña, así como virtualmente en el sitio www.libreriahumanista.com

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