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El viernes  pasado a las 15 horas, organizaciones y movimientos sociales del campo se reunirán con la presidenta Dilma Rousseff en el Palacio de Planalto, en Brasilia.

En tono de Unidad, organizaciones como la Contag, MST, Via Campesina, Fetraf, entre otros, divulgaron la Carta a los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil, donde  exigen que el Gobierno Federal garantice los derechos de los pueblos del campo a través de la aceleración de la Reforma Agraria, la recuperación de la soberanía nacional sobre las tierras brasileiras, demarcación inmediata de las tierras indígenas y quilombolas y el reconocimiento de los derechos de los afectados por represas y de los territorios pesqueros.

«Las calles piden cambios para mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad. En la agricultura, esperamos que se produzcan cambios profundos. Es hora de que los gobiernos superen posturas conservadoras y avancen en el ritmo que las luchas populares están exigiendo», dice la carta

Para el conjunto de los trabajadores y pueblos del campo, las políticas de prohibición de los agrotóxicos, la revisión de la política de liberación de los transgénicos, además de la retirada del régimen de urgencia del proyecto de Código de Minería, que está en  trámite en el Congreso Nacional, son fundamentales en el momento actual. Para los movimientos sociales del campo, el Gobierno necesita entablar «un amplio debate nacional con los trabajadores brasileños, para producir un nuevo Código de acuerdo con los intereses del pueblo brasileño.»

Concentración de tierras

Para los trabajadores rurales, la concentración de tierras en manos de terratenientes y empresas extranjeras y la privatización de los bienes naturales estratégicos, como el agua, los bosques y minerales conlleva desigualdades sociales cada vez más grandes.

Según datos del IBGE, cerca de 8.300 grandes propietarios de tierra, son dueños de 83 millones de hectáreas, mientras que 4,3 millones de familias de trabajadores y trabajadoras de la agricultura campesina y familiar poseen 70 millones de hectáreas. Sin embargo, son los agricultores familiares y campesinos que son responsables de la producción de 70% de los alimentos abastecidos dado al pueblo brasileño.

«Nueve grupos empresariales dominan y actúan como carteles en los alimentos; controlan las semillas, la industria de venenos, imponen el uso de agrotóxicos en toda la agricultura; deforestan grandes extensiones de bosques y manglares; invaden y persiguen pueblos indígenas, pescadores, quilombolas y  trabajadores del campo «, añade la carta.

Plebiscito

Las organizaciones y movimientos sociales del campo declaran también el apoyo a la convocatoria de un plebiscito popular para la ejecución de una reforma política en Brasil. «Apoyamos todas las demandas populares y la necesaria Reforma Política de nuestro país, con la convocatoria inmediata de un plebiscito popular» finalizan.

Lea la carta completa:

 

Carta a los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil

Nosotros, las organizaciones y los movimientos sociales que vivimos en el campo, trabajamos y producimos alimentos para el pueblo brasileño, fuimos invitados a una reunión con la presidenta Dilma Rousseff. Aceptamos la invitación y esperamos que de este diálogo se abra un nuevo momento para verdaderas soluciones de los problemas que los trabajadores y trabajadores del campo vienen sufriendo hace décadas y que afecta a las ciudades.

A través de esta carta, queremos contar cual será nuestra posición en la reunión con la Presidenta. El pueblo brasileño está en las calles, reclamando y reivindicando solución a los problemas reales de la clase trabajadora, exigiendo la reducción en las tarifas, mejoras en el transporte, luchando por mejoras en la atención de salud (SUS) y la educación pública, gratuita, de calidad, y por la democratización de los medios de comunicación, contra la represión, entre otros. Las luchas exigen cambios estructurales. Las luchas sociales son legítimas y solamente ellas pueden mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo.

Estamos y seguiremos juntos en las luchas populares que están ocurriendo en las ciudades y en el campo. Queremos expresar nuestro apoyo y solidaridad a las luchas y reivindicaciones populares de la juventud, del  pueblo de los barrios y de todos los trabajadores y trabajadoras que trabajan y viven en las ciudades.

En el campo, hay una enorme deuda social y las desigualdades son cada vez mayores. Las tierras se concentraron en manos de los terratenientes y de las empresas extranjeras. Los bienes de la naturaleza, estratégicos, como la tierra, el agua, los bosques, los minerales, están siendo privatizados y entregados al control de grandes empresas.

Cerca de 8.300 grandes propietarios de tierra, son dueños de 83 millones de hectáreas, mientras que 4,3 millones de familias de trabajadores y trabajadoras de la agricultura campesina y familiar poseen 70 millones de hectáreas. Sin embargo, son los agricultores familiares y campesinos que son responsables de la producción de 70% de los alimentos abastecidos dado al pueblo brasileño.

El veneno agrícola utilizado por  el agronegócio llega a nuestra mesa causando muchos problemas de salud. Los precios de los alimentos son aumentados por la especulación de las empresas. La agricultura brasileña está dominada por las grandes empresas transnacionales.

Nueve grupos empresariales dominan y actúan como carteles en los alimentos; controlan las semillas, la industria de venenos, imponen el uso de agrotóxicos en toda la agricultura; deforestan grandes extensiones de bosques y manglares; invaden y persiguen pueblos indígenas, pescadores, quilombolas y  trabajadores del campo; imponen trabajo esclavo; criminalizan y persiguen a las organizaciones; y aumentan los precios de los alimentos para las poblaciones de las ciudades. Este es el modelo de agricultura llamado agronegócio,  que no paga impuestos a la exportación, recibe grandes cantidades de dinero público y ha sido privilegiado con las políticas de estado y de  Gobiernos.

QUEREMOS CAMBIOS!

Las calles piden cambios para mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad. En la agricultura, esperamos que se produzcan cambios profundos. Es hora de que los gobiernos superen posturas conservadoras y avancen en el ritmo que las luchas populares están exigiendo

Lo que queremos del gobierno Dilma:

1. Recuperar la soberanía nacional sobre las tierras brasileñas. Proponemos que el gobierno anule las áreas ya compradas y que expropie todas las tierras controladas por empresas extranjeras.

2. Acelerar la reforma agraria y que sean asentadas inmediatamente miles de familias que están acampadas en los bordes de las carreteras.

3. Políticas públicas de apoyo, incentivo  y crédito para la producción de alimentos baratos, sanos, sin venenos con el fortalecimiento del campesinado. Y la adopción de programas estructurales para la juventud y para las mujeres del campo.

4. Garantizar los derechos de los pueblos del campo, con el reconocimiento y demarcación inmediata de las tierras indígenas, quilombolas y los derechos de las personas afectadas por  represas, territorios pesqueros y otros.

5. La prohibición inmediata de los agrotóxicos ya prohibidos en otros países del mundo, la prohibición de las pulverizaciones aérea y las políticas de reducción del uso de agrotóxicos en el campo. Y la revisión en profundidad de la política de liberación transgénicos y control social.

6. Que el Gobierno asuma una política de control de la deforestación de los bosques en todo el país y apoye la recuperación de áreas degradadas y de reforestación por la agricultura familiar y campesina.

7. La cancelación de la privatización de los recursos naturales como agua, energía, minerales, bosques, ríos y mares. Proponemos  la retirada del régimen de urgencia en el congreso nacional, del proyecto de Código de Minería, y que el gobierno / congreso haga un amplio debate nacional con los trabajadores brasileños, para producir un nuevo Código de acuerdo a los intereses del pueblo brasileño.

8. La implementación inmediata de programas para erradicar el analfabetismo y garantizar escuelas en todas las comunidades rurales.

9. Suspensión de todas las subastas de privatización de áreas de perímetros irrigados en el noreste y su asignación inmediata para que el INCRA pueda realizar asentamientos para agricultura familiar y campesina, y la adopción de políticas estructurales para la democratización del agua y para ayudar a las familias a enfrentar la sequía.

10. Fin de la ley Kandir, que exime de impuestos a las grandes empresas exportadoras de materias primas agrícolas, energéticas y minerales.

Además, apoyamos todas las reivindicaciones populares y la necesaria Reforma Política de nuestro país, con la convocatoria inmediata de un plebiscito popular.

Por último, queremos, a través de esta carta, contar con el apoyo de todos ustedes, trabajadores y trabajadoras de las ciudades. Seguiremos juntos, movilizándonos y luchando

Cuenten con nosotros!

Brasil, julio de 2013.

 

CONTAG. Vía Campesina Brasil ( MST, MAB, MPA, MMC, MPP, CIMI, CONAQ, FEAB, ABEEF, PJR, ENEBIO, ADERE, MAM) APIB, SINPAF, FETRAF, MCP, ABRA, ANA.

De la Página del MST

Traducción Beatriz Casado

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