Ya por la tercer semana, va  uno de los más significativos fenómenos de protesta social de los últimos años en Mozambique. Se trata de una huelga general de los profesionales de la salud a nivel nacional. Es la segunda huelga en el sector de la salud en el transcurso de este año.

La primera huelga, en Enero, terminó con la firma de un memorando de entendimiento entre el Gobierno y la Asociación Médica de Mozambique (AMM), el cual fue, en los siguientes meses, unilateralmente violado en todos sus puntos por diferentes órganos del Gobierno. El incumplimiento de dicho memorando motivó esta segunda huelga, que habiéndose iniciado el 20 de mayo, no parece tener fin a la vista, en particular debido a las distintas maniobras de amenaza y represión que las autoridades utilizaron en respuesta a la ejemplar protesta no violenta de los médicos.

Este fenómeno ha contribuido a exponer los problemas de fondo que están en la raíz de la indignidad y pobreza absoluta en la que viven millones de mozambicanos, al mismo tiempo que se vislumbran las señales de una nueva sensibilidad y una nueva fuerza capaz de modificar la realidad actual, en sintonía con los grandes movimientos sociales que ya “primaveran” por todo el mundo.

Por Mundo Sin Guerras y Sin Violencia – Organismo del Movimiento Humanista.

Maputo, Junio de 2013

Los huelguistas, que incluyen médicos, enfermeros, técnicos, personal de servicio y demás profesionales de la salud, reivindican mejores condiciones de vida para sí, y mejores condiciones de trabajo en los hospitales y unidades sanitarias. El lema de los médicos es que se debe “cuidar de quien cuida” y su principal argumento es la inequidad en la gestión de los fondos del Estado.

Los salarios ofrecidos en otros sectores menos esenciales para la vida de las personas son varias veces superiores a los salarios en la salud. Las ostentosas remuneraciones en los cargos dirigenciales, la dudosa gestión de los vastos recursos naturales que posee el país, y la erogación de grandes sumas de dinero en proyectos no prioritarios, llevan a los médicos a cuestionarse si de hecho la Salud y el Bienestar de la población es algo relevante para los gobernantes del país o si sus intereses y agendas son otros.

Al tiempo que proliferan las clínicas privadas de alto nivel que apenas una elite puede pagar, el servicio público de salud pierde calidad año tras año. Un enfermero general con un salario cercano a los cinco mil meticales (aprox. ciento setenta u$d) difícilmente consigue pagar siquiera el también indigno transporte público, ni qué hablar de sustentar su familia. Un médico gana un poco más, pero aún así la recompensa es injusta e indigna para personas que pasan por una formación académica de casi una década, incluyendo el trabajo obligatorio al servicio del Estado. Esta desconsideración por la clase médica se da en un contexto en el que el país tiene menos de 1500 médicos para servir a 23 millones de mozambicanos, una proporción largamente insuficiente.

Paralelamente a la cuestión de la dignidad del profesional de la salud, está el tema de las condiciones de trabajo en las unidades sanitarias. Los médicos trabajan turnos que llegan a tener 36 horas seguidas en hospitales donde los baños se encuentran en un estado de inmundicia total. En muchos lugares falta material básico para realizar los tratamientos más rutinarios, al punto de haber relatos de enfermeros que en un día atienden 30 pacientes con el mismo par de guantes.

Al mismo tiempo, más allá de ser justa la reivindicación, es ejemplar la metodología de acción utilizada por los profesionales de la salud. Las huelgas son algo relativamente frecuente en otras latitudes, pero en Mozambique, a pesar de la estruendosa injusticia social, la historia reciente apenas presenta dos casos de manifestación popular, y ambos de forma violenta e irracional, culminando en la muerte de personas en confrontación con la policía.

Protesta No Violenta

Con esta huelga, los profesionales de la salud están dando un ejemplo inspirador de protesta no violenta. Luego de cartas y posicionamientos, de intentos de diálogo con el gobierno, de asambleas entre médicos a nivel nacional, y preavisos, es que se llegó finalmente a la situación de huelga.

Recién ahí la reivindicación pasó a merecer la debida atención, tanto por parte del Gobierno como de la población en general. Durante la huelga los médicos hacen marchas pacíficas, se reúnen públicamente para discutir sus problemas y realizan campañas de limpieza y otras acciones en beneficio de la salud pública. Una actitud diametralmente opuesta a la arrogancia con la que el Gobierno ha lidiado con el asunto.

Los profesionales de la salud, en especial en las localidades más alejadas de la vidriera mediática del país, han sido expulsados, encarcelados y hasta agredidos físicamente por las autoridades. Las manifestaciones públicas son vigiladas y reprimidas por desproporcionados contingentes policiales, con canes y hasta camiones blindados. Los mayores canales de comunicación han transmitido información como mínimo incompleta, dando la voz a la campaña de contrainformación del gobierno, que paradójicamente se muestra siempre abierto al diálogo al tiempo que intenta rotular a los huelguistas de jóvenes irresponsables, insensibles y en casos extremos, hasta de asesinos.

Esta contrainformación que sólo no consigue tener éxito en debilitar a los huelguistas debido a la difusión de información por las redes sociales, en particular a través de franjas de una generación en la cual ya habita una nueva sensibilidad y una nueva esperanza de un mundo mejor para todos. Esa sensibilidad hace recordar aquellos grandes movimientos sociales que desde el 2011 vienen desafiando a los poderes establecidos en todo el mundo; movimientos como la Primavera Árabe, los Indignados, los Occupy, entre muchos otros menos conocidos. La huelga de los profesionales de salud mozambicanos presenta las señales de un antecedente de manifestaciones similares, motivada por el mismo Significado Mayor que tiene la lucha por los legítimos Derechos Humanos.

Por ahora, las negociaciones entre la AMM y el Ministerio de Salud no avanzan, las opiniones populares son muchas y diversas, las organizaciones de la sociedad civil están en su mayoría pasivas y los profesionales de la salud, a pesar de  la amenaza y la represión gubernamental, se mantienen firme en su protesta.

Mas informaciones en: www.worldwithoutwars.org

http://www.facebook.com/pages/Mundo-Sem-Guerras-Mo%C3%A7ambique/330399064953