El presidente boliviano respondió así al Departamento de Estado, quien aseguró que se reserva la posibilidad de emprender acciones por la expulsión de la agencia Usaid.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, defendió su decisión de expulsar del país a la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), luego de que el gobierno de Barack Obama anunciara que «se reserva» la posibilidad de tomar alguna medida en reacción.

El mandatario resaltó que la expulsión fue realizada «con mucho orgullo» por «la dignidad de los bolivianos» y relativizó las amenazas desde el Departamento de Estado de Estados Unidos. «No hay por qué tener miedo al imperialismo norteamericano», dijo, según consignó la agencia EFE.

Morales hizo estas declaraciones en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, luego del acto por el séptimo aniversario de la nacionalización de los hidrocarburos que decretó en 2006.

Morales replicó así a declaraciones del portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Patrick Ventrell, quien lamentó la expulsión de la USAID y no descartó que su país pueda tomar alguna medida en reacción a ello, al señalar que el Gobierno de Barack Obama «se reserva» esa posibilidad.

Espías

El mandatario boliviano decidió ayer expulsar a la cooperación estadounidense alegando una «intromisión política» y acusándola de conspirar contra su Gobierno y manipular a dirigentes sindicales.

Ventrell rechazó las acusaciones y aseguró que los programas de la USAID, implementados desde 1964 y centrados en su mayoría en las áreas de educación, medio ambiente y salud, «ayudaban a mejorar las vidas de bolivianos de a pie», por lo que «los más heridos por la decisión serán los bolivianos».

«Estamos decepcionados» con la decisión de Bolivia, anotó por su parte en un encuentro con periodistas el principal asesor para Latinoamérica de Obama, Ricardo Zúñiga, quien destacó la «larga y positiva historia» de USAID en el país sudamericano.

Para Zúñiga, la expulsión «no es consistente» con las afirmaciones del gobierno boliviano sobre su interés en trabajar con Estados Unidos.

El gobierno boliviano dijo varias veces que las ONG supuestamente financiadas por la USAID son «espías» de Estados Unidos y las acusó de intentar frenar proyectos viales y de explotación de recursos naturales en Bolivia, usando para ese fin a los pueblos indígenas, algo que Estados Unidos siempre negó.