En treinta minutos más se cierra la campaña electoral en Ecuador. Durante las próximas 48 horas, el pueblo ecuatoriano dentro y fuera del territorio nacional y los extranjeros residentes en el país por más de cinco años volveremos a las urnas para votar por una de las fórmulas a la presidencia y una amplia gama de listas de candidatos/as a la Asamblea Nacional. Entramos así en “tiempo de reflexión”.

Trazos de campaña

Cuarenta y dos días duró la campaña electoral en Ecuador. Una campaña con algunos elementos particulares que merecen ser mencionados. Veamos al menos tres.

Rigurosamente hablando, es la primera vez que la figura de reelección inmediata, incorporada en la Constitución del 2008, se aplica. Es un escenario nuevo para el país. Los argumentos a favor de la alternabilidad han vuelto a aparecer siempre vinculados al temor de que, a través de una reforma constitucional, se instale el mecanismo de reelección por más de un período consecutivo o a la tajante afirmación según la cual la alternabilidad es garantía de democracia. Por una parte, la imagen del presidente Hugo Chávez se levanta como sinónimo de “lo que nos espera” y por otra, parece que no importa si la “alternabilidad” significa echar para atrás todo lo avanzado… eso es democracia. Así, temores y falacias se entrecruzan en entrevistas, columnas de opinión, conversaciones cotidianas.

Los/as candidatos han resuelto en esta oportunidad pararse en las esquinas, acercarse a los transeúntes y a los autos para entregar, con amplia sonrisa, su propaganda electoral. Claro que hay variantes, cómo no!. Desde quien le apostó todo al contacto directo y cara a cara con la gente y especialmente, con las mujeres de sectores populares hasta quien no se tomó la molestia, seguramente por considerarlo innecesario. En cualquier caso, hay un “modo” de hacer campaña que comenzó a arrojar nuevas señales.

El candidato a la reelección partió con una gran ventaja: su gestión está completamente fresca en la memoria de los/as ecuatorianos/as y sus niveles de popularidad superaban no con poco el 50%. Remontar esta condición del contexto no parece una misión posible y, a juzgar por el tono general de toda la campaña, así lo comprendían desde un inicio las demás candidaturas. Por momentos parecía que estábamos no en una “competencia” entre presidenciables sino en una carrera para “medir fuerzas” y perfilar los futuros políticos de algunos candidatos.

Actores en el escenario

Dicho en grueso y sin entrar en la precisión ideológica, que sin duda también es necesaria, el escenario fue ocupado por ocho fórmulas presidenciables…Debo confesar también que hay tres de esas fórmulas que claramente no están hacia la izquierda pero tampoco están en la derecha, que representarían Guillermo Lasso, banquero y Mauricio Rodas, el “outsider joven, sin “antecedentes políticos*… El PRIAN, el PRE y el PSP estarían a la derecha de la derecha, por su clara visión. Entre el populismo, la “espiritualidad” y las falsas promesas, quizás no nos de tiempo de pensar, muy en serio, cuál es, realmente, su propuesta de país.

Por otra parte y más ubicados al centro izquierda en el tablero que referencia el presidente-candidato Rafael Correa, aparecen dos opciones. Interesante que, sumando a Alianza País, contamos en esta oportunidad con tres alternativas provenientes de distintas izquierdas o en todo caso con propuestas de corte progresista.

Por supuesto, otros actores juegan en este escenario. Mencionamos dos: la UNASUR y su equipo de observadores internacionales, fortaleciendo un rol vigilante de la democracia para el organismo regional. El Consejo Nacional Electoral, apostando por un nuevo sistema de conteo de votos y aplicando el nuevo esquema electoral aprobado. Este domingo será la “prueba de fuego”.

 Medios a medias

Entrevistas, comentarios y columnas de opinión mantuvieron la campaña en los límites de lo previsible. Quizás demasiado previsible: todos los candidatos tenían que hablar sobre los temas que los medios convencionales han posicionado en su confrontación con Rafael Correa: la libertad de expresión, los casos Delgado, COFIEC-Duzac y la economía, los indicadores, el crecimiento económico. Los medios convencionales trabajaron en rigor para sí mismos y para la agenda de su interés. También es necesario decir que no les fue mejor a los medios públicos en la construcción de la agenda periodística de campaña.

Temás estratégicos para la transformación, en un país que ha asumido el Buen Vivir como enunciado de vida, no fueron abordados: niñez y adolescencia, derechos humanos, alternativas económica nuevas y diferentes, educación, no tuvieron el mismo interés y peso en la agenda mediática. En síntesis, los medios no construyeron su agenda informativa y de análisis en torno a las propuestas de campaña, que las había, y ameritaban abordajes críticos. La construyeron en torno a la figura del candidato-presidente. En oposición y por oposición a él se autodefinieron y se definieron los candidatos.

Lo que se espera

Voces mayoritarias dan la victoria a Rafael Correa en primera vuelta. Guillermo Lasso, el candidato banquero del movimiento CREO, podría tener el porcentaje más cercano, pero no alcanzaría a segunda vuelta, dicen algunos. Otros afirman que habrá segunda vuelta. Y otros, los menos, sospechan que, otra vez contra todo pronóstico, el ex-presidente Lucio Gutiérrez podría alcanzar una buena votación. Esto, del lado de las encuestadoras y diversas opiniones.

Lo que desde aquí se espera es que la jornada electoral transcurra pacíficamente, que cada vez más votantes reflexionemos a fondo nuestro voto y que, sea cual fuere el resultado, los procesos verdaderamente transformadores que se han iniciado en el país, no se trunquen.