Estamos en la etapa final de promulgación del nuevo reglamento de la Ley de Caza, que se aprobó en 2012 y ahora sólo espera que la Contraloría General de la República le de el visto bueno administrativo. De otorgarle ese visado la ley con su nueva normativa estaría en condiciones de ser firmada por el Presidente de la República.

Y una vez modificado el cuerpo legal el Estado autorizará la caza de ejemplares de ciertas especies determinadas como peligrosas o dañinas, como ya lo son la cotorra argentina, el castor, el visón, el jabalí, el conejo, la liebre, la laucha y el guarén, entre otras. Las especies que integra en esta categoría el nuevo reglamento de la Ley de Caza son los perros salvajes, los ciervos, los zorros chilla y el zorzal de Juan Fernández.

El nuevo reglamento de la Ley de Caza fue aprobado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad en su sesión del 19 de julio pasado, y permite la caza o captura de individuos de especies dañinas en cualquier época del año, en todo el territorio nacional y sin limitación de número de piezas o ejemplares.

Debido a esto, y coincidiendo con la reciente matanza de perros vagos en Punta Arenas, el movimiento animalista Alza tu Voz y el Partido Humanista llamaron a la ciudadanía a participar el viernes recién pasado de una marcha en contra de este nuevo reglamento de la Ley de Caza, por considerarlo extremo e insuficiente para abordar la problemática del crecimiento desmedido de la población de algunas especies animales en nuestro país. La manifestación se desplazó sin problemas desde Plaza Italia hasta La Moneda, donde los organizadores leyeron una proclama, terminando en Parque Almagro sin mayores incidentes. Allí hubo casetas informativas acerca de la tenencia responsable de mascotas.

Para Salvador Ojeda Vásquez, ex candidato Humanista a alcalde por San Joaquín y uno de los organizadores de la marcha, el nuevo reglamento de la Ley de Caza autoriza el exterminio de una serie de especies a través de la caza indiscriminada, buscando quizá solucionar problemas de sobre población animal en vez de dejarle esa labor al Estado, que es quién debe asumirla. “Es que si acá hay un problema de plaga animal, consideramos que debe ser el Estado el que garantice la seguridad de los ciudadanos y se encargue de la reducción de las poblaciones animales muy numerosas”.

“Además la ley es muy ambigua, porque cualquier persona con un permiso de caza simple podría dedicarse a exterminar castores para vender su piel… Nosotros reclamamos porque consideramos que no es la forma de hacerle frente a este tipo de problemas. También creemos que la caza, por más deportiva que sea, no es otra cosa más que el disfrute de causarle la muerte a otro ser, un disfrute con la agonía y el dolor de otro ente vivo”.

Salvador Ojeda señaló que lo ocurrido en Punta Arenas, donde una gran cantidad de perros vagos fue aniquilada tras declaraciones poco felices hechas por el obispo católico local, sensibilizó a las personas en torno al tema, que mucho tiene que ver con la tenencia responsable de mascotas por parte de los ciudadanos.-