Mientras en Doha se desarrollaba la 18va Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU, el sur de Filipinas fue azotado el martes por un tizón devastador, que dejó más de 500 muertos, cientos de desaparecidos y por lo menos 250.000 personas sin hogar.

«Nunca hemos tenido un tifón como el Bopha. Ha causado estragos en una parte del país que no había vivido una tormenta como esta en el último medio siglo. Y este tipo de tragedias terribles no son exclusivas de Filipinas, porque en el mundo entero y en especial en los países en desarrollo, que luchan para combatir la pobreza y lograr el desarrollo social y humano, se está haciendo frente a estas mismas realidades», dijo Yeb Saño, miembro de la Comisión sobre Cambio Climático de Filipinas, que quebró en llanto el jueves cuando hacía un llamamiento a los negociadores a hacer mayores esfuerzos. «Por favor, que el 2012 sea recordado como el año en que el mundo encontró el valor y la voluntad para asumir la responsabilidad de trabajar por el futuro que queremos. Yo pregunto a todas las personas aquí presentes: ’Si no lo hacemos nosotros, ¿entonces quién lo hará? Si no es ahora, ¿cuándo? Si no es aquí, ¿dónde?»