Nichi Vendola es gobernador de la Región de Puglia, Italia. Líder del SEL (Izquierda, Ecología y Libertad, «Sinistra, Ecologia e Libertà» por sus siglas en italiano) y candidato a las elecciones primarias por el centro–izquierda.

1.      Como candidato a conducir Italia, en el caso de ganar las primarias y luego las elecciones, cuáles son sus prioridades?

Las primeras medidas que aprobaría son: El derecho de ciudadanía para los nacidos en Italia, la abolición de la ley 30 sobre el mercado del trabajo, revocación de la ley Bossi-Fini sobre la inmigración, permiso de estadía para los emigrantes, abolición de la ley 40 sobre la procreación asistida, ley sobre el ingreso mínimo garantizado a todos, ley sobre los derechos civiles, respecto de las parejas de hecho y el matrimonio entre personas del mismo sexo, reducción a los impuestos sobre el trabajo y las empresas, aprobación de un plan extraordinario para otorgar seguridad a los territorios.

2.      En su reciente carta abierta, el Movimiento Noviolento solicta a los partidos de centro-izquierda agregar a los 10 puntos della Carta de Intenciones para una Italia del Bien Común, a la que usted adhirió, la reducción de los gastos militares, la abolición de la compra de los F35 y el retiro de las tropas italianas de Afganistán. ¿Qué les responde?

Adhiero a todas estas propuestas. Basta pensar que con un solo bombardero F35 se podrían construir 387 jardines infantiles beneficiando a  11.610 familias y alrededor de 3.500 nuevos puestos de trabajo o ayudar con servicios de asistencia a 14.742 familias con discapacitados y ancianos que no son autosuficientes.

Necesitamos reducir drásticamente los gastos de las partidas de defensa y reconvertir la industria bélica.Propondremos programas y proyectos para la conversión de la industria bélica en apoyo a la conversión ecológica de la economía, promoviendo una ocupación plena y de buena calidad.

3.      Parece que en Italia mucha gente está perdiendo la esperanza y la fuerza interna, motor que en el pasado impulsó los  grandes cambios. ¿Qué se puede hacer para despertarlo?

Muchas conquistas civiles, desde la ley sobre el aborto a la del divorcio, desde el Estatuto de los trabajadores a la ley Basaglia, fueron resultado de un extraordinaria movilización de tantas mujeres y tantos hombres que transformaron a Italia en un país vanguardista en cuanto a los derechos civiles, que luego se convirtieron en un elemento fundacional de la idea de ciudadanía. Después llegó la larga estación del conservadurismo opaco e hipócrita, aquel que cada día intenta hacernos regresar, que nos impide conquistar nuevos y necesarios derechos y nos precipita en el entumecimiento del fulgor y en la desilusión. Nos ahoga en la convicción de que no podemos hacer nada para modificar positivamente nuestra vida, la de nuestras comunidades y de quienes vienen después de nosotros. Sin lugar a dudas hace falta un despertar de la conciencia, un despertar cívico e democrático. Tenemos que recomenzar desde la democracia en todos sus niveles, pidiéndole a los ciudadanos que tengan confianza y pasión, que participen, que se constituyan en potencia, como ha sucedido tantas veces en la historia.

4.      La crisis que enfrenta la humanidad no es sólo económica, sino estructural y de multi-dimensiones. ¿Cuáles son según usted los mecanismos, los valores y las instituciones que se encuentran en la raíz de esta crisis?

Las políticas neoliberales han permeado y contaminado todos los ámbitos de la sociedad. La dignidad y la vida han sufrido un continuo proceso de degradación en nombre de las ganancias. El país siente el dolor social, el cansancio de vivir, la necesidad desesperada de trabajo de las generaciones jóvenes enjauladas en los circuitos macabros de la precariedad. Para tomar el futuro como una promesa es necesario volver a invertir cuantitativamente y cualitativamente en formación, educación, cultura, investigación, recuperando la capacidad de escuchar las competencias y las pasiones de quienes viven en las escuelas y universidades. En el orígen de esta crisis que, efectivamente, no es sólo económica está la  fragmentación de la sociedad, la soledad, la muerte del welfare, el enrarecimiento de los lugares de producción del imaginario, del sentido común y de la subjetividad.

5.     ¿Y cuáles son los valores que deberían guiar la construcción de un nuevo modelo social y humano?

Solidaridad, dignidad humana, justicia social, libertad.

6.      ¿Qué es para usted la no-violencia?

La “misión” internacional de nuestro país debe fundarse sobre la opción no-violenta. No hay alternativas.

Queremos ser protagonistas de nuevos instrumentos para lograr el objetivo de la paz entre los pueblos: desde el apoyo activo a la prevención de los conflictos a las mediaciones político-diplomáticas, hasta la interposición no-violenta de los cuerpos civiles de paz.

7.     Más allá de todas las diferencias, ¿cuál es para usted la esencia de cada ser humano?
El respeto y el reconocimiento del otro. Porque la identidad no es un candado cerrado para protegernos de los demás sino la puerta abierta de la justicia, de los derechos, de la convivencia de las diferencias.

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