Rusia pidió este jueves la declaración de un cese de fuego para frenar las operaciones israelíes contra la Franja de Gaza a las que Irán definió como «terrorismo organizado».

El canciller ruso, Serguei Lavrov, pidió este jueves en Ryad, Arabia Saudita, un inmediato cese de fuego en Gaza, y la organización libanesa Hezbollah requirió a los países árabes, en un comunicado, que presionen a Estados Unidos e Israel para detener lo que calificó como una «monstruosa agresión contra los palestinos».

Por su parte, el presidente libanés, Michel Souleiman, declaró que la política israelí se basa «en la matanza y la destrucción», e Irán definió la operación israelí contra la Franja de Gaza como «terrorismo organizado», informaron las agencias EFE y SANA.

Además de plantear la necesidad de un inmediato cese de fuego, el fin de los bombardeos y de toda forma de violencia en la Franja, el canciller ruso Serguei Lavrov coincidió con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, cuando expresó la gran preocupación de su país frente al desarrollo de los acontecimientos.

Lavrov lamentó que el cuarteto que conforman Estados Unidos, Rusia, la ONU y la Unión Europea no sólo no haya podido asumir una posición clara que permita retomar las negociaciones directas entre palestinos e israelíes sino que ni siquiera haya podido reunirse, como estaba previsto.

Adjudicó a ese fracaso, que definió como una «oportunidad perdida», el alto precio que «estamos, me corrijo, las víctimas están pagando».

Por su parte, el jeque Hassan Nasrallah, jefe de la organización chiita libanesa Hezbollah, afirmó en una grabación retransmitida por la TV de su país que los países árabes y musulmanes debían «cortar las relaciones con Israel, anular los acuerdos firmados, retirar a sus representantes en Tel Aviv y apoyar con alimentos y armas al pueblo de Gaza», entre otras «posturas firmes».

Destacó además que los árabes son capaces de influir en el cese de la ofensiva israelí presionando a Estados Unidos, «que puede detenerla inmediatamente con una simple llamada telefónica», y sugirió adicionalmente una reducción de la producción de petróleo árabe o el aumento del precio del combustible.

Nasrallah, finalmente, acusó a Israel de querer causar «el máximo daño a las facciones palestinas» y de lanzar una guerra «cada vez que tiene algún interés político o de seguridad».

La actual ofensiva israelí, que se inició con la muerte de Yabari, se produce a dos meses de que en enero se celebren elecciones generales en ese país.

Todas estas declaraciones se producen en un día donde se expresaron, en defensa de la política israelí o en contra de la misma, Estados Unidos, Francia, Egipto, Turquía, el Consejo de Seguridad de la ONU, el Reino Unido, China, Alemania, los países del Golfo Pérsico y el gobierno de Siria así como los rebeldes que tratan de derrocarlo.