Por Javier Arias para Alterglobalización

Aunque muchos liberales, de izquierdas y derechas, se sigan empeñando en repetirlo, hace tiempo que la religión dejó de ser el opio del pueblo. El nuevo opio del pueblo entró sin ser visto en nuestros hogares, en nuestros cerebros y en nuestra sangre a través de las jeringuillas de la postmodernidad. El nuevo opio del pueblo se llama hoy “deporte de masas”: el fútbol que adormece nuestras mentes con su cantinela de goles y emociones vacías, las carreras de motos y coches, con sus nubes de gasolina quemada flotando en el ambiente,

El nuevo opio del pueblo tiene forma de programa de TV, de falsos periodistas vociferantes, de culebrones que se llenan de llantos, maldades y amores fingidos destinados a llenar vidas solitarias. El nuevo opio del pueblo tiene ya forma de spot publicitario que, al igual que los políticos profesionales, prometen plenitud y felicidad a cambio de nuestro voto-compra. Pero sobre todo, y por encima de todos ellos, el nuevo opio del pueblo se viste hoy de juego de azar, de rifa, de décimo, de papeleta, de rasca y gana, de sorteo, de apuesta on-line, de quiniela, de cupón, de lotería.

[/media-credit] Ludopatización: El mejor opio del pueblo al servicio del sistema y de la legitimación de la desigualdad

El bombardeo es letal, nos llega  de manera masiva por la radio, por la prensa, las vallas estáticas y  a través de las múltiples pantallas que rodean nuestra existencia. Nos prometen la única felicidad posible a nuestro alcance. Solo gracias a su chute de esperanza paradisíaca podremos sacudirnos nuestra miserable existencia mediocre de trabajadores grises, precarios y explotados. Gracias a ellos podremos soñar sueños que merecen la pena ser soñados porque sin ellos nuestros sueños de hoy no valen nada. Es la alienación llevada a la hipérbole, la ludopatización brutal del ser humano hundido por un sistema que ya no tiene realidades que ofrecer, que se empeña en borrar el futuro para jóvenes y viejos y que solo tiene ya opio, eso sí, en inmensas cantidades, para vendernos.

Frente a este páramo intelectual surgen grupos resistentes de gente valiosa que no está dispuesta a dejarse atrapar y que siguen empeñados en construir desde ya un futuro mejor. Hoy los humanistas nos envían su enlace apoyando la Huelga General EuroMediterránea del 14N:  Es el momento de los pueblos y de los individuos que trabajan diariamente para fabricar un futuro diferente, que anónimamente ayudan a construir  los conjuntos humanos capaces de hacerse cargo de la situación. Una democracia real, una democracia social, económica, ecológica y política.

Ahora es posible crear un nuevo tejido y un nuevo vínculo entre las personas, construir nuevas reglas. Para ello cada uno deberíamos preguntarnos qué nos ofrece ya este sistema, qué futuro queremos entregar a nuestros hij@s, y  qué estamos dispuestos a hacer para conseguirlo. Es esa posibilidad de elegir entre condiciones la que nos define como seres humanos y no como máquinas o instrumentos de las elecciones de otros.

Nunca subestimes la capacidad de pequeños grupos formados por grandes personas para transformar el mundo.

El comunismo estatista fracasa como proyecto político, el capitalismo está naufragando como motor de esperanza. Ya no tienen más mentiras creíbles que ofrecer al nuevo ser humano despierto y consciente, solo la realidad de la explotación. Tras el derrumbe del socialismo autoritario y del socialismo liberal pasokizado, es la hora del socialismo libertario. No son izquierdas, ni derechas, son los de arriba contra todos los demás. El tiempo del Humanismo está llegando