Entrevista de Marco Álvarez al Profesor Jaime Troncoso, candidato a concejal por Antofagasta, lista G.

Este antofagastino lleva bastante tiempo preocupándose por los problemas de la gente. Sin ir más lejos, en su condición del dirigente del Magisterio hace casi dos lustros que lucha y se manifiesta en contra de las arbitrariedades que debe soportar su gremio. Por eso, como buen profesor de Educación General Básica con mención en Orientación Cristiana y Educación Física, quiere llegar al municipio de su ciudad para ver que las cosas se hagan bien, como debe ser.

¿Cuál es tu plataforma de campaña?

En primer lugar, soy dirigente del Colegio de Profesores desde hace unos diez años, y en estos momentos estoy asumiendo la vicepresidencia del comunal Antofagasta, y en muchas oportunidades he estado como presidente subrogante. Y lo que me mueve para estar en esto, desde siempre, es la defensa de los trabajadores, y el tema de humanizar esta sociedad. Por eso mi plataforma es una cuestión general, no sólo en el ámbito docente. Ocurre que hoy las leyes y los proyectos de ley atentan contra los trabajadores. Tenemos el tema de los contratistas, en el caso de los profesores está la ley 20.501, el proyecto de ley que ahora está en el congreso y que faculta a los directores de escuelas y liceos, y a los alcaldes, a despedir a todos los profesores que según ellos, ¡según ellos!, no les sirven.

Con tanta gente que hay en Antofagasta por el asunto de la minería, ¿cuál es la situación real que vive la zona?

De partida en Antofagasta la vida es muy cara, pues se considera que todos los ciudadanos trabajan en la minería del cobre, lo que no es así. Eso significa que el costo de la vida es muy alto, especialmente en lo que es arriendo. Por eso es que nosotros siempre estamos viendo, analizando y cuestionando este sistema que nos oprime.

¿Y qué propuestas hay?

De partida hay que entender que como concejal uno no tiene poder resolutivo, pero si se puede fiscalizar… Por ejemplo, acá en Antofagasta se dio una situación muy particular cuando la alcaldesa de turno tomó la determinación de formar un barrio, a pesar que todos los concejales no estaban de acuerdo. Y ahí es donde creo se está fallando, porque no basta con que los concejales culpen al alcalde de turno ante alguna mala decisión. Si bien los representantes de la ciudadanía -que son los concejales- no tienen el poder resolutivo, si tienen la posibilidad de organizar a la gente, a las juntas de vecinos, a los clubes deportivos, a los centros de madre, a la comunidad, y exigir que las resoluciones municipales sean más justas para todos. Y ahí es que falta que los concejales se pongan las pilas y no se queden en eso de echarle la culpa al alcalde, como muchos se han llevado haciéndolo en los últimos cuatro años.

¿En Antofagasta hay mucho concejal “vitalicio”?

Creo que lamentablemente se da eso, pero es responsabilidad de la comunidad también. Yo entiendo que hoy el tema político, mejor dicho de los políticos, han desfigurado completamente lo que significa la política en si, y por eso hay un descontento en la gente. Pero muchas veces la culpa es de los mismo pobladores, que cuando se necesita que voten no lo hacen.

¿Y cuál es tu llamado para que la comunidad vaya a votar?

Mira, estoy plenamente de acuerdo con lo que se dice hoy que los políticos han hecho y deshecho, y que eso es una verdadera vergüenza. Pero mi postura no es quedarnos sólo con la crítica, no sólo con la condena a estos señores, sino que creo que es necesario tomar y buscar personas que nos representen en forma real y llevarlas a ocupar cargos públicos. Y yo asumo esta responsabilidad con mucha humildad, porque no soy de ese montón de concejales y políticos maleados. Mi propuesta parte de la gente, de la comunidad, del poblador, de los estudiantes, de los jóvenes, del profesorado. Entonces, hago un llamado a no desvanecer, sino que a unirnos y a creer que hay personas que pueden encabezar un cambio real encaminado a una sociedad más justa para todos. Ahora el votar puede hacer la diferencia, porque si no nos hacemos cómplices, porque hay dos formas de hacer para que esta gente permanezca: votar por ellos y no votar.-