Sin lugar a dudas que la nueva reelección de Hugo Chávez en la presidencia de Venezuela a nadie deja indiferente y, que a lo menos, la región latinoamericana estará expuesta a los efectos del chavismo más que en épocas anteriores. Teniendo eso como base, el investigador de Comunicación Política Fernando García Naddaf delineó el significado que tiene para América Latina y Chile la votación presidencial del domingo siete de octubre en Venezuela y, también, su resultado.

¿Qué significa para Chile el que Hugo Chávez esté por seis años más en el poder en Venezuela?

Yo efectivamente creo que la victoria de Chávez va a tener efectos para todo el continente y, evidentemente, también para Chile. La relación de nuestro país con Venezuela ha estado marcada desde el gobierno de Lagos, en que hubo una torpeza de los encargados de las relaciones exteriores en ese momento, cuando ratificaron muy rápido al movimiento golpista que intentó derrocar a Chávez. Y una vez que este recuperó el poder ese hecho hizo que tomara una distancia gigantesca con los gobiernos de la Concertación. Y ese distanciamiento se hace más fuerte con el gobierno de Piñera, lo que conlleva a que la tensión existente entre Caracas y Santiago sea totalmente extrapolada, que se represente como dos grandes polos dentro de la representación simbólica o política de América Latina hoy día. Y esa toma de posición se representa en dos organismos. Uno, la zona de influencia que Chávez ejerce dentro del MERCOSUR, donde Chile es tan sólo un país asociado, y esta nueva alianza estratégica que hacen los países del otro lado, por así decirlo, Colombia, México y el nuestro en lo que se ha llamado el Arco Pacífico. Ambos tienen posiciones de liderazgo contrapuestas.

“Con esta victoria lo que hará Chávez será legitimar su posición como una forma de desarrollo alternativa, y vamos a ver que él seguramente tratará de aumentar su presión no sólo en los ámbitos regionales o multilaterales, sino que también a nivel bilateral con el apoyo a movimientos políticos u organizaciones sociales en América Latina, que es el vecindario más cercano a su discurso. Entonces vamos a tener influencia de Chávez en esta parte del continente y en Chile también”.

¿En la zona latinoamericana esa influencia de Chávez tendrá algo positivo?

Sin dudas. Yo creo que tanto Chávez como otros gobiernos de un corte relativamente cercano a él, como lo es el caso de Evo Morales en Bolivia, el de los Kirchner en Argentina o el de Rafael Correa en el Ecuador, lo que hacen es plantear alternativas a un modelo bastante unidimensional mantenido por los sectores más dominantes de la región, en Estados Unidos y en Europa. Son visiones distintas, por lo tanto legítimamente explorables. Son perspectivas democráticas diferentes. Hay que recordar que, en primer lugar, Chávez se plantea como socialista y humanista. Segundo, su modelo de democracia, el modelo bolivariano, tiene mucho arraigo en América Latina porque el discurso latino americanista evoca la figura de Bolivar, y es muy cercano a los movimientos de izquierda. Y, por otro lado, es un sistema democrático que más que apoyarse en el Congreso -que para Chávez es sólo una zona de influencia de la burguesía- es la creación de bases populares a nivel de comunas, lo que genera autogestión o autodeterminación.

¿Y alguna influencia positiva para Chile?

¡De todas maneras!… Tenemos una victoria que es muy fuerte en términos simbólicos. Es que ¿hoy quién va a poder decir que Chávez no es demócrata?. Esta es una elección que fue muy observada, estuvo todo el mundo mirándola. Por eso en ese triunfo hay una legitimación de un modelo distinto de democracia que justamente inspira a los modelos alternativos, a esos que se alejan de la mirada unidimensional y neoliberal que aún predomina en las clase política acá en Chile.

“Y muchas cosas del modelo chavista van a empezar a permear nuestra sociedad y a ser recogidas por movimientos sociales locales. Temas como la Asamblea Constituyente, el Latinoamericanismo, la Unión Comunal y la Autogestión, y entre medio está esa vertiente humanista dentro de la cual él propio Chávez se autodefine”.