Más de 50 millones de indios adhirieron hoy a una huelga general para protestar contra la política económica y la apertura del comercio minoritario a los inversores extranjeros.

Según los planes anunciados la semana pasada por el primer ministro, Manmohan Singh, en el futuro el 51% de los supermercados y cadenas comerciales podrán pertenecer a empresas extranjeras, lo que hace temer la pérdida de miles de empleos.

En los estados de Uttar Pradesh y Bihar, en el norte del país, casi todos los negocios y edificios oficiales permanecieron cerrados, apoyando la huelga general convocada por varios partidos de la oposición, consignó la agencia de noticias DPA.

Los manifestantes consiguieron además cortar el tránsito bloqueando carreteras y redes ferroviarias.

La convocatoria a la huelga tuvo menor repercusión en la capital, Nueva Delhi, y en Bombai, centro financiero del país, donde las escuelas y la administración pública continuaron funcionando. Tampoco se registraron problemas en el transporte público.

«La huelga fue un éxito total», señaló Nitin Gadkari, presidente del principal partido opositor Bharatiya Janata Party.

«Viendo la inusual respuesta de la gente, el Gobierno debería dar marcha atrás en sus decisiones», agregó Gadkari en una rueda de prensa en Nueva Delhi.

«Las decisiones eran necesarias para volver a impulsar la economía», justificó por su parte el ministro federal de Información, Ambika Soni. «Los agricultores y consumidores se beneficiarán», añadió.

Varios partidos que apoyan el gobierno de minoría del primer ministro Singh (del Congreso Nacional Indio), se unieron a las protestas, como el partido regional Samajwadi, de la provincia Uttar Pradesh.

Ante las especulaciones de que la continuidad del Gobierno podría estar amenazada, el ministro de Justicia, Salman Khursheed, aseguró que su partido «tiene suficiente apoyo dentro y fuera del Parlamento».