la anulación de una condena por “difamación agravada” dictada [en primera instancia](http://es.rsf.org/peru-la-despenalizacion-de-los-delitos-05-01-2012,41629.html).

El 7 de noviembre de 2011 el periodista fue condenado a una pena de tres años de prisión condicional, que podrían convertirse en prisión efectiva si no pagaba los 30.000 soles (11.000 dólares) que pedía el demandante, el alcalde de la provincia de Alto Amazonas, Juan Daniel Mesía Camus. El periodista había informado sobre presuntos actos de corrupción del funcionario, quien habría otorgado de manera discrecional la ejecución de obras públicas a empresas que hicieron aportes financieros a su campaña electoral.

“Se trata de una victoria incontestable de la libertad de informar. Celebramos la tenacidad de Teobaldo Meléndez Fachín frente a las numerosas presiones que padeció. La esperanza de una despenalización de los delitos de prensa, ¿se concretará finalmente tras un juicio favorable en este caso? Hicimos un llamado [al presidente Ollanta Humala](http://es.rsf.org/peru-con-su-investidura-los-periodistas-28-07-2011,40708.html) para que promulgara lo más rápido posible la reforma del Código Penal que elimina toda pena de prisión efectiva en caso de ‘difamación’, la cual fue adoptada por el Congreso en julio de 2011”, declaró Reporteros sin Fronteras. La organización recuerda que otro periodista, Paul Garay Ramírez, estuvo detenido seis meses por ese motivo [en 2011](http://es.rsf.org/peru-llamado-a-los-candidatos-26-04-2011,40104.html).

Tomando en cuenta las importantes irregularidades en el proceso emprendido contra Teobaldo Meléndez Fachín, la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de la provincia de San Martín declaró nula, el 19 de marzo de 2012, la sentencia pronunciada anteriormente contra él. La jurisdicción consideró insuficientes las pruebas del carácter difamatorio presentadas por los hechos imputados. La Corte también consideró sin fundamento el aspecto “agravante” del cargo presentado.

Feliz y aliviado, Teobaldo Meléndez Fachín no pierde su lucidez. En su opinión, la corrupción, aún elevada, explica la agresividad y el encarnizamiento judicial de la clase política contra periodistas que le pueden incomodar en todo momento. Y, lógicamente, también el retraso del proceso de despenalización de los delitos de prensa.