…falta poco para que los «Notofagus» tiñan de rojo la ladera de los cerros y se nos vengan las primeras nieves.

El infaltable «amargo» (mate para los que no son patagones), me acompaña esta mañana y me mira desde la mesa recordándome viejas historias.
Me atrevería a decir que nuestro estado es de alerta en paz.
Alerta porque las conversaciones están en marcha, pero todavía falta mucho trabajo con las once medidas de las demandas del Movimiento Social «tu problema es mi problema».

Esta carta es la última carta que enviaré todos los días. ¡No quiero aburrirlos!
Continuaré escribiéndoles para contarles como van las cosas, pero todos necesitamos rearmar nuestras vidas cotidianas aunque cueste, y siento que escribir noticias diarias sería un poco reiterativo.

La movilización continúa, pero hemos entrado en otra etapa:
Hay compromisos claros del gobierno en relación a las 11 demandas, las listas de solicitud de renuncia a la intendenta están caminando, esperamos que sigan hasta que ella se vaya.
El Gobierno ha dicho que retirará la Ley de Seguridad Interior del Estado a nuestros vecinos, muchos FF.EE. han dejado la región.
Hay bastante trabajo todavía y las condiciones actuales son claramente muy distintas a las que había hace unos días, una semana.

Ahora el trabajo es no perder lo ganado en los acuerdos con el gobierno por una parte y la solidaridad, compañerismo, amistad por otra. Todavía hay muchas cosas que hacer, mucho trabajo con nuestros niños y jóvenes, con nuestras mujeres, con nuestra sociedad para terminar de una vez, con esta despreciable diferencia donde los más ricos tienen 22 veces más que los más pobres. Yo soy soñadora y quiero pensar que entre todos, es posible.

Los Voluntarios Observadores de Derechos Humanos de Coyhaique, fuimos ayer a Puerto Aysén invitados por los funcionarios del Servicio de Salud, a trabajar con la comunidad y especialmente con los niños de la Población Pedro Aguirre Cerda. Conversando con los niños, todos saben lo que es una bomba lacrimógena. Los montoncitos de piedras, se acumulan en las calles a cada metro, como soldados inertes prestos para una batalla, como testigos mudos de esta calma.

Estábamos conversando ayer con los jóvenes y alguien los quiso filmar. Todos se corrieron a un lado; *»cualquiera puede ser sapo».*
Una mamá me decía: *»recién mi hijo encontró una lacrimógena en el suelo, la tomó, se metió las manos a los ojos, le picaba todo, lloró».*

Fuimos de nuevo, a ver el guanaco y la micro policial quemadas.
Había una vecina del lugar: *»Aquí estuve mirando, la guerra dicen que fue. Aquí estaban los paquitos, venía el helicóptero que aterrizaba allá atrás, en la pampa de un vecino que los autorizó.
Les traía más municiones. Tenían las manos así de hinchadas. La batalla comenzó a las dos de la mañana, siguió toda la noche, todo el próximo día y terminó la otra noche. Los paquitos comían puro pan, el vecino les dio agua, les trajeron plátanos. Pan, agua y plátanos. La batalla estaba más allá, yo me senté aquí a mirar»* dice, mostrando el final de la calle, en esta batalla de la Población Pedro Aguirre Cerda que duró 27 horas y cuyas imágenes han circulado por las redes sociales.

Estábamos bien organizados, nos cuenta la señora Margarita.
*Mire,* dice mostrando un pito. *Este pito, los pinchazos de celular nos avisaban de que venían. Nos avisaban los cabros que comenzaban a golpear con piedras el puente. Nosotras las mujeres dejábamos las botellas de agua, acarreábamos las piedras mientras ellos estaban en la batalla. Cuando quedó atrapada la micro llena de pacos, nosotras los hicimos bajar, hasta piedras nos llegaron. Porque la gente quería quemar la micro con los pacos adentro, ¿se imagina? Ahí le dije al paco: «Me estái sacando la cresta gueon, ahora arrodíllate, porque te estoy salvando la vida».*

Los caminos de la región y de Aysén se encuentran abiertos, los restos de autos y micros han sido limpiados por la misma gente, es extraño circular por la ruta sin saludar y despedirse de nadie.

Ayer visitamos los puntos: Ranchas de plástico muy bien aisladas, ambas tienen estufas en su interior donde la gente se reúne a tomar mate, compartir comida, conversar, estar en comunidad, algo que en la zona se había perdido y que se ha recuperado en estos 41 días de movilización y que nadie quiere perder. El reunirse se ha constituido en un acto muy importante, una forma de poner en común los problemas y sus soluciones.

En el punto cero hay una televisión, un sillón viejo de auto, un refrigerador, un hombre está pelando papas. En el punto rojo la Presidenta de la Junta de vecinos prepara completos para todos, también hay personas que se reúnen alrededor de la estufa de leña a tomar mate, conversar. Niños, jóvenes, adultos, adultos mayores conviven una cotidianeidad que me hace pensar en esos tiempos de las comunidades trashumantes que habitaban nuestra región.
Lo mismo ocurrió en las barricadas de Coyhaique: *»Los conflictos no aparecen cuando está la barricada, aparecen mucho antes»* dice Iván Fuentes en una entrevista.
Pero si las circunstancias obligaron a la población a hacer estas barricadas, en ellas se construyó un espíritu de reunión y comunidad que se había perdido y que habría que buscar la forma de mantener.
Hubo un sentido compartido que reunió a la gran mayoría de la región. Los actos delictuales que hubo fueron eso: Actos delictuales a los que el Movimiento social nunca llamó.
Los llamados a la paz fueron claros y fuertes. Mucha de la violencia callejera fue producto de la llegada de FF.EE. disparando y violentando a la población, los informes de DDHH son evidentes y claros.

*»Hemos dado el paso que había que dar, esperamos que el gobierno ponga de su parte levantando la LSE»* dice Iván fuentes que se ha convertido en figura para los medios nacionales y las redes sociales.

Nosotros también esperamos que los acuerdos se cumplan, que no queden estas conversaciones en nada, que el gobierno de excelencia demuestre su excelencia con un trabajo serio, sistemático y riguroso no sólo con nuestra región sino con el resto de las regiones. Tiene todavía dos años y la oportunidad para hacer historia.

Para despedirme quisiera decirles que yo no soy ni he sido coordinadora ni vocera de nada y nadie.
Que así como la señora Margarita sirvió mate en el punto rojo, Marjorie integró la mesa de negociación y curó heridos en la garita, Germán peleó como el combatiente que es en las calles de Aysén y Pato observó y recogió heridos en el puente, así como muchos de nosotros estuvimos donde sentíamos que teníamos que estar, yo he querido aportar con la escritura de este movimiento de la dignidad de la patagonia, región de Aysén, y la denuncia de los hechos que conducían a cada vez más violencia.

Fuimos muchos los que luchamos por la paz, la gran mayoría de los ayseninos trabajamos para ella y para las reivindicaciones que gozarán todos.

Quedaron heridos en el camino, ellos nos necesitan para seguir adelante con su vida.
Tenemos muchas victorias, pero quizás la más importante, la más significativa, la más decidora de nuestra calidad de Patagones orgullosos de serlo, ha sido nuestro compromiso y nuestro amor por hacer mejor la vida de todos, en esta tierra que a algunos vio nacer y que a otros albergó como si fuera propia.

Muchas gracias a todas y todos que nos han enviado mensajes y ayuda, a los más de 4.500 que han visitado el blog http://rompiendoelcercoinformativo.blogspot.com/

Todos somos Aysén, todos somos chile,
Tu problema es Mi problema,

Magdalena Rosas Ossa