Mañana está convocada en toda España una huelga general como respuesta a la Ley de Reforma Laboral, aprobada por el gobierno de Rajoy y pendiente de recibir el visto bueno en el Congreso de los Diputados, donde tiene mayoría absoluta el Partido Popular, lo que supone que esta Ley no encontrará resistencia alguna para salir adelante.

Esta Reforma Laboral supondrá la pérdida de los derechos de todos los trabajadores conseguidos durante décadas por varias generaciones. Según va siendo vox populi, lo que se busca es imponer el modelo alemán.

Pese a diferencias iniciales, finalmente todos los sindicatos se han sumado a esta convocatoria y numerosas organizaciones sociales -incluídos partidos políticos parlamentarios y extraparlamentarios- se han unido a este paro.

Por otro lado, se ha convocado desde organizaciones de consumidores y usuarios a hacer huelga de consumo, «por coherencia, -según dicen desde FACUA-, consideramos una contradicción acudir a un establecimiento a comprar un producto o contratar un servicio y hacer que otros trabajen en la Huelga General de este jueves».

Un colectivo a tener en cuenta en esta convocatoria es el Movimiento 15M, quienes han lanzando una propuesta: «hacer una huelga integral, inclusiva -como se dice desde el Movimiento 15M-, «el próximo día 29 de marzo queremos construir una huelga distinta. Una huelga abierta y que pueda ser participada por cualquiera. Una huelga colectiva, alegre, incluyente. Una huelga que sirva también a quien no tiene empleo, a quien tiene un empleo»

Con el slogan «parar la huelga», explican que la huelga la harán no sólo contra esta Ley sino contra todas las medidas que los gobiernos españoles han ido firmando «al dictado de los mercados». Y se ha convocado a tomar las calles, a comidas vecinales, a participar de piquetes informativos, de tal forma que la actividad de la huelga se traslade a los barrios sin olvidarse de actividades lúdicas y encuentros en la que fue símbolo de este movimiento, la Puerta del Sol.

Según qué seguimiento tenga esta huelga, puede ser un «toque fuerte» al gobierno popular por su política de recortes, algo que se ha empezado a notar en los últimos resultados electorales de Andalucía.