**La NoViolencia y la NoDiscriminación como campos informativos: un aporte simbólico al Buen Vivir**

**1. Caracterización del lugar de enunciación de este aporte**

La reflexión que intento desarrollar en este documento parte de un cruce de
experiencias colectivas en las que, libremente, tengo el privilegio de participar: experiencias de educación y comunicación popular, por una parte y por otra, la experiencia de participación voluntaria y militante en Pressenza.

PRESSENZA es una agencia internacional de prensa especializada en noticias
sobre la Paz, la No-violencia, el Humanismo y la No-discriminación, que nace
al calor de la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, inspirada en el
pensamiento y los principios del Nuevo Humanismo.(1)

Pressenza informa sobre los principales avances hacia el desarme nuclear y
convencional, el retiro de tropas desde territorios ocupados, la no-violencia, así como del avance de los pueblos en sus conquistas sociales, culturales y políticas. Difunde estudios y análisis que contribuyan a la paz mundial y a la superación de la violencia y la discriminación en todas sus formas. Cubre las manifestaciones que promueven la No Violencia en el campo social, económico, cultural, religioso, interétnico, sexual,psicológico, etc.

El trabajo de la agencia en más de 20 países en el mundo es desarrollado
de manera voluntaria y a él se suman profesionales de la comunicación, la fotografía, el video o simplemente militantes de la no-violencia, la paz, la no-discriminación. El principio de nuestro trabajo es el de la reciprocidad y todos los servicios que ofrecemos desde Pressenza son gratuitos y de uso libre y universal.

He elegido esta experiencia concreta como lugar de enunciación de estos
aportes porque creo que todas las características mencionadas son centrales
en la concreción de sociedades del buen vivir, esa búsqueda contemporánea en
la que nos encontramos en América Latina y Caribe.

Sin embargo, debo decir que no me referiré a todas las anteriores
características de manera amplia. Me referiré estrictamente a la relacionada a la no-violencia y la no-discriminación, bajo la hipótesis de que se trata de dos campos informativos que constituyen un aporte simbólico al Buen Vivir.

Para ello, intentaré un recorrido lo más directo y sintético posible que nos
conduzca, circularmente, al inicio mismo de este documento, es decir, su
título. Es un intento que podría fracasar y aún así, o justamente por ello, ser válido.

**2. Algunas premisas en torno al Paradigma del Buen Vivir ** (2)

El Buen Vivir es, en rigor, otro paradigma. Consecuentemente,
otro modo de ver, comprender, aprehender el mundo (otro lugar
epistemológico); colectivamente (otro lugar ético-político); otro modo de situarse, ubicarse, “colocarse” en el mundo (otro lugar social). Es, al mismo tiempo, una memoria de pasado y de futuro. El paradigma de Buen
Vivir, que ha ganado presencia pública en los últimos años, al calor de procesos como el de Bolivia o el de Ecuador, guarda la memoria de
nuestras culturas originarias y sus más profundos modos de pensar,
de pensarse, de crear y organizar su vida colectiva. En este sentido, la
memoria que guarda dentro de sí es milenaria. Pero es también memoria
de futuro, porque guarda dentro de sí las mejores aspiraciones de un
futuro definitivamente más humano.

El paradigma de Buen Vivir surge en un momento histórico de cambio
de época. Es evidente que no nos encontramos apenas en una época
de cambios sino, efectivamente, en un momento de giro histórico para
la humanidad, en el que verdades, prácticas, jerarquías y relaciones
antes inamovibles se ponen en cuestión. Un cambio de época significa,
necesariamente, la multiplicación de la incertidumbre como signo de
los tiempos y por tanto, la oportunidad multiplicada para la búsqueda,
la innovación y la transformación concreta de los espacios de vida. En
este sentido no es casual el surgimiento del paradigma del buen vivir,
no solamente como un metarelato que podría inspirar el futuro, sino
como una posibilidad concreta de recuperar prácticas ancestrales y
valorar prácticas presentes que rompen con el paradigma del progreso/
desarrollo y abren la puerta a otras posibilidades.

El desafío de “hacer carne” el paradigma del Buen Vivir, en un momento
histórico de cambio de época nos obliga, necesariamente, a ir hacia las
personas y no solamente hacia las cosas, es decir, “cambiar las personas
que cambian las cosas”, simultáneamente. Quienes realmente sostienen
las transformaciones son las personas, es indispensable “mover”
los modos de ver, de comprender, de hacer, incluso y quizás
especialmente, los modos de ser, para que el esfuerzo de
transformación, en este caso paradigmático, sea relevante y
sostenible:

*“El Nuevo Humanismo nunca ha concebido a la interioridad y
la exterioridad como universos separados, básicamente porque
esa separación no existe y es un error metodológico (propio
de momentos históricos anteriores), establecer límites tan
tajantes. Nuestros planteamientos evidencian la existencia de un
mundo interno en interacción incesante con el mundo externo,
conformando una estructura indivisible que se va influyendo y
transformando recíprocamente”* (3)

**3. El discurso mediático convencional: miedo, violencia y discriminación**

Una mirada a la historia reciente de nuestro continente, signada por el
paradigma del “desarrollo”, nos permitirá descubrir con relativa facilidad
de qué modo educación y comunicación, los dos “aparatos” de construcción
simbólica con mayor capacidad de llegada y de arraigo en las mentes, los
cuerpos y las acciones de las sociedades, han ido adquiriendo una prioridad
superior y totalmente funcional a los propósitos de dicho paradigma.

Así, la educación asume el discurso de la productividad, de los sujetos
como “insumos” para un mercado y por tanto, de su capacitación para
funcionalizarse en ese mercado, en los lugares que les son asignados. El
concepto de calidad educativa se asocia a contenidos calificables, a puntajes y “competencias” (léase bien) para la vida (la vida competitiva, tendríamos que entender).

Por su parte, la comunicación esa práctica humana múltiple y diversa en sus
modos, sus estrategias, sus formas, pretende reducirse al uso de medios, de
los llamados “grandes medios”, los medios “masivos”, de los que son dueños
unos pocos y que son, en sí mismos, empresas funcionales a la lógica y el
discurso del capital.

La agenda de las empresas mediáticas, aparentemente variada, es en rigor,
totalmente limitada. No importa cuál sea el tema que aborden, está cruzado
siempre por alguno de estos monodiscursos: el miedo, la violencia o la
discriminación.

El miedo a perder todo (empleo, vivienda, educación, salud), incluso
cuando no se tienen (así de cínico), como sucede de modo indignante con
altos porcentajes de población en nuestro continente, todavía el de mayor
concentración de riqueza en pocas manos. Más aún, el miedo a perder la vida
(siempre de la mano con el discurso de la seguridad, siempre represiva y
siempre “proporcionada” por el Estado y sus fuerzas del orden). Y todavía más, el miedo a perder la vida a manos de un “extranjero”, (aunque las cifras duras muestren que delitos contra la vida y la propiedad son cometidos por población nativa). Todos estos miedos, alimentados día a día en el trabajo informativo de los dueños de la verdad:

*“Pensemos por ejemplo en la percepción de la inseguridad creciente,
independientemente de lo “objetiva” que esta percepción pueda resultar –que no
es la discusión en este momento-, lo que se desprende de este análisis es que
el “miedo a la inseguridad”, busca objetos (fuerzas, instituciones, actores) a los
cuáles “atribuir” la responsabilidad de esa
inseguridad. Así, por ejemplo, los “pobres”, los “migrantes”, los “terroristas”, los
“jóvenes populares”, el “Estado débil”, “la corrupción policíaca”, “el
narcotráfico”, operarían como focos de atracción de la pasión y, de manera
mucho más importante, su fuerza de representación, tendería a borrar, a diluir
cualquier agencia reflexiva”* (4)

Un ejemplo muy actual y fácil de percibir en los grandes medios, es el
tratamiento al tema de la población colombiana en el país, su vinculación
inmediata con delitos, inseguridad, la metáfora de la “colombianización”, que hoy igual que hace años, significa el riesgo a “contaminarse” y por tanto el miedo a “ser contaminado” por las cosas terribles que suceden en Colombia y que a su vez, los monopolios de la información en Colombia , cumpliendo su propio encargo, amplian y multiplican bajo el mismo esquema: miedo, violencia y discriminación. Como este podemos encontrar múltiples ejemplos, en todo el continente y también, por supuesto, en otros continentes.

*“Yo no tengo una percepción determinista, no creo que la exposición
a los medios produzca más o menos cosas, pero sí creo realmente
que los medios en este momento se han convertido en dispositivos
fundamentales de producción de visibilidad de ciertos aspectos sociales
que son claves y estos aspectos pasan por hacer visible el deterioro, el
caos, los problemas”* (5)

La cuestión, para el caso, es que esta retórica mediática del miedo, la
violencia, la discriminación, se entender la realidad… se cuela en las conversaciones cotidianas, esas en las que tejemos los significados profundos de nuestras vidas… y este no es un poder menor… “cuela” en los modos de ver, de percibir, de entender la realidad… se cuela en las conversaciones cotidianas, esas en las que tejemos los significados profundos de nuestras vidas… y este no es un poder menor…

Esto para no mencionar que esas mismas retórica mediáticas engendran y
legitiman políticas públicas, programas de acción… otro poder no menor.

Las retóricas del miedo, la violencia, la discriminación, no solamente que
contribuyen a que le temamos al otro, a los otros, a que nos “protejamos” ,
a que nos armemos, de ser necesario… son totalmente funcionales a las
prácticas de represión, seguridad, más armas , más fuerzas del “orden”,
menos libertades…

Una sociedad asustada… nada más lejos de una sociedad del buen vivir, y nada
más cerca de una sociedad sometida

**4. Un aporte a la construcción simbólica desde el futuro**

Simultánea y felizmente, quizás porque en este momento histórico, las
verdades están siendo cuestionadas y las premisas que alguna vez fueron
inamovibles comienzan a derrumbarse, conviven prácticas de información
como las que fueron descritas brevemente y otras prácticas informativas, sustentadas en la urgente necesidad de disputar espacio simbólico al relato
único. Prácticas que, desde diversos lugares y con alcances tan masivos como
los de los “grandes medios”, o tal vez más, ponen a circular los contrarrelatos o los relatos “otros”, con la certeza de que esto que llamamos realidad no cabe ya de ningún modo en un relato único, por muy “gran relato” que éste sea, sino que exige la convivencia, diálogo, debate e incluso tensión entre relatos múltiples.

Una experiencia concreta en este sentido es, justamente, Pressenza.

PRESSENZA aspira a ser un aporte en la creación de conciencia difundiendo
noticias y escenarios ligados a la Paz y la No Violencia, el Humanismo y la No Discriminación. Considera que una renovada atmósfera de valoración de la
diversidad y el complemento, generada desde la ubicación del Ser Humano
como preocupación y valor central, es esencial para las transformaciones
necesarias en momentos de crisis y conflictos en todas las latitudes. (6)

Así pues, Pressenza ha elegido No-Violencia y No-Discriminación como dos de
sus campos informativos centrales. Reitero el “status” de campo informativo,
es decir, espacios vivos y dinámicos de generación de información relevante,
significativa, no coyuntural ni anecdótica, sino sostenida efectivamente en el tiempo por múltiples iniciativas de conjuntos humanos en todos los rincones del planeta: la no-violencia y la no-discriminación EXISTEN… y tanto existen, que es posible informar sobre ellas, todos los días y sistemáticamente.

Desde la perspectiva humanista que sustenta el quehacer de Pressenza:

*“La No violencia es un estilo de vida, una búsqueda de lo sagrado, la
manifestación de lo verdaderamente humano. No es simplemente un
acto político, es sobre todo un acto moral, es la búsqueda de un nuevo
ser humano, es la presencia del futuro, es el encuentro con un ser que
todavía no es. La No Violencia es la fuerza que transformará al mundo
porque me transformo a mí mismo para no convertirme en aquello con lo que lucho”* (7)

De ese modo de proceder colectivo y de ese estilo de vida creciente, Pressenza hace información.

Por otra parte, y como contrarrelato vivo del choque cultural empujado
desde el discurso único, discriminatorio y xenófobo, Pressenza levanta desde
todos los rincones donde sus voluntarios producen información, las múltiples
iniciativas de encuentro de las diversidades, de todas las diversidades: la
cultura, de la de género, la generacional, bajo la premisa de que es a través del reconocimiento absoluto de la riqueza de las diversidades y el sin sentido de un mundo homogéneo y unidimensional, que acercamos el futuro que los humanos y el planeta nos merecemos.

**5. Volver al origen**

Estamos asistiendo a un momento histórico sin precedentes, un momento en
el que tal vez por primera vez en más de 500 años de subordinación, silencio
y colonialidad, emerge la posibilidad de otro horizonte de sentido histórico (8). El Buen Vivir, Vivir Bien, la Vida misma, tienen hoy una oportunidad histórica de constituirse en el fin ético de una nueva civilización, una civilización humana en el más amplio, profundo y estricto sentido del concepto. Tal vez estemos asistiendo al fin de la prehistoria (9) humana.

Un nuevo horizonte de sentido histórico exige ser dotado de múltiples
experiencias, prácticas y contenidos, de una fuerte carga simbólica que
corresponda, ética y estéticamente a ese nuevo horizonte.

Una agenda informativa sostenida en prácticas no-violentas y no-discriminadora, moviliza otros modos de percibir, de ver, de comprender,
de explicar… si este tipo de agenda y otras agendas que den cuenta de los
otros relatos ya existentes se “cuelan” también en nuestras conversaciones
cotidianas, esas en las que tejemos los sentidos profundos de nuestras vidas… van a tener el mismo poder simbólico, solo que la construcción irá en otro sentido… y quizás también tengan el poder de definir políticas públicas y programas de acción, por qué no?

El campo de la comunicación tiene que ser recuperado, desconcentrado y
multiplicado para dar lugar a ese futuro que existe ya entre nosotros y del
cual Pressenza es apenas una de sus expresiones, una expresión que día a día
vuelve sobre las posibilidades reales de una convivencia humana, es decir, no-
violenta y no-discriminadora, una convivencia en la que tod@s seamos no solo
absolutamente posibles, sino fundamentalmente felices y trascendentes.

(1) Texto oficial de presentación de Pressenza – Agencia de Noticias Internacional.
(2) Lizarazo, Nelsy. Documento/Propuesta para un Módulo de Capacitación sobre Buen Vivir, inspirado en el Documento
Marco del proceso ALER 2020, “El día después del desarrollo”, elaborado por José de Souza Silva, 2011 y en
el diálogo pedagógico con el grupo de alumnos/as del Módulo de Pedagogía y Derechos Humanos del PADH,
Universidad Andina Simón Bolívar, 2011.
(3) Hirsch, Tomás, El Fin de la Prehistoria: un camino hacia la libertad, Editorial Tabla Rasa, pág. 187
(4) Reguillo, Rossana, Entrevista para la Iniciativa de la Comunicación, Bogotá, 2006. Publicada en http://
www.comminit.com
(5) Reguillo, Rossana, Entrevista para la Iniciativa de la Comunicación, Bogotá, 2006. Publicada en http://
www.comminit.com
(6) Documento oficial de presentación de Pressenza- Agencia de Noticias Internacional.
(7) Ergas, Dario. “No violencia en un mundo violento”. Charla en la Fundación Laura Rodríguez, Santiago, Chile, Julio
2009
(8) Quijano, Aníbal. “América Latina: hacia un nuevo sentido histórico”, en Sumak Kawsay/Buen Vivir y cambios
civilizatorios, León, Irene, coord., FEDAEPS, Quito, 2010
(9) Postulado central del libro del mismo nombre “El fin de la Prehistoria: un camino hacia la libertad”, Hirsch, Tomás,
Editorial Tabla Rasa.