Un código sin
sanciones, un código como oportunidad de reflexión y cambio para cada un@,
elaborado de común acuerdo y compartido por tod@s. Los más pequeñ@s dejaron claro
que la convivencia en las familias no es siempre como desearían: amorosa, paciente,
con autoridad pero con buen trato, dos características que pueden muy bien ir de la
mano. Finalmente, en un trabajo creativo, otro grupo de niñ@s nos mostró cómo
habían transformado dos juegos tradicionales y competitivos, en juegos totalmente
cooperativos y sumamente divertidos, como un modo de trabajar la colaboración y
el esfuerzo colectivo, desde el juego. Un modo de ir eliminando la competencia y la
eliminación del contrario como un valor.

Mientras esto sucedía en el auditorio, en los jardines del Museo Nacional de Medicina
se habían instalado ya las mesas informativas y los espacios nuevos que se habían
previsto en el último día de Feria para la participación de las escuelas y colegios de
Quito, varios de ellos participantes en la Red de Escuelas asociadas a la Unesco.
Así, a los jardines del Museo llegaron a lo largo de la mañana cerca de 400 niños,
niñas, adolescentes y jóvenes. L@s chic@s del Colegio Berkeley se instalaron con
sus carteles, frases en torno a la no-violencia en el colegio y juegos para trabajar
valores de la convivencia y los compartieron con los l@s estudiantes de los demás
establecimientos educativos, quienes con alegría y desparpajo participaron en la
propuesta de no-violencia del Berkeley.

Otra carpa más había sido ocupada por el Colegio Friedrich Gauss, con videos,
escenografía, carteles y muchísimo entusiasmo, compartieron con grandes grupos
de estudiantes lo que han sido sus procesos de trabajo con la no-violencia dentro
del colegio, la experiencia personal, la colectiva, los resultados, las diferencias y su
convicción, total convicción en torno a la importancia de trabajar esto, ojalá en todos
los colegios. Además, traían canciones: el ritmo de rap se tomo por unos minutos
los jardines y, con letras llamando a la paz y la no-violencia, a la justicia social y al
sentido de la vida, grandes y pequeñ@s se fueron congregando en el césped. Mientras
un@s disfrutaban el graffiti, otr@s disfrutaron el Tai-chi y otros más, la elaboración de
pinturas y de objetos con material reciclabe.

De esta manera, ocho establecimientos educativos de la ciudad de Quito se tomaron,
literalmente, el último día de la Primera Feria de Iniciativas No-Violentas.