Al principio, los vecinos no dieron mucho crédito a las noticias aparecidas en los medios acerca de la inminente megaplaya gigante de camiones que instalarían junto a sus viviendas y su escuela primaria. Por un lado les habrían dicho que eran chicanas electorales, por otro lado realmente no podían ni querían creer que el intendente al que vienen votando pudiera hacerles esto.

Pasadas las elecciones locales las máscaras terminaron de caerse y la verdadera intención quedó a la vista. Lo que había sido presentado como un brillante «plan de urbanismo» en el que la ciudad recibía en donación ocho hectáreas para un parque, no era más que la cortina de humo para disimular la megaplaya de camiones de cincuenta hectáreas que dos multinacionales pretenden instalar, más cerca de sus plantas y puertos, aunque arruinen la salud y la calidad de vida de cinco barrios, sobre todo los dos contiguos al monstruoso proyecto.

Los vecinos reaccionaron inmediatamente, juntaron firmas, presentaron pedidos de informes y explicaciones tanto al intendente como a los concejales (mayoría oficialista y sumisa). No hubo respuesta. Incluso Gladys Frutos y Maricel Rossi, conocidas referentes oficialistas del barrio más afectado, intentaron hablar con el intendente Carlos De Grandis pero sólo obtuvieron como respuesta la degradación de su comportamiento cuestionador y ninguna palabra sobre el tema en cuestión.

El Viernes 16 los paredones del barrio aparecieron pintados con frases al estilo «Carlitos, NO a las playas de camiones, NO a la Contaminación, Cuidanos, somos de Puerto».

El Lunes 19, directamente amaneció con el tránsito interrumpido en Av. Belgrano, una de las principales arterias por donde los camiones van a las cerealeras y puertos. Luego de la primer hora, se liberó un carril para buses y automóviles. Participaron vecinos de cinco barrios que serían directamente afectados en diverso grado. Incluso dieron su apoyo las maestras, autoridades y comunidad educativa de la Escuela 221 Basilio Bustos, que quedaría a escasos 100 m del megaproyecto.

Habitantes de cinco barrios exigieron la presencia del intendente para explicar y para firmar un compromiso de que cancelaría ese proyecto. Sólo atinó a enviar a Dantes Gómez, su Secretario de Gobierno, primero a escuchar reclamos, y la segunda vez a invitar a algunos vecinos hacia el despacho del intendente. Casi aceptan hasta que los vecinos dijeron «vamos Irene * «. El funcionario saltó desorbitado gritando y señalando «No Irene no, ella no puede ir» lo que produjo un silencio y una situación absurda. Los vecinos le dijeron al Secretario que irían los que ellos quisieran o ninguno, que así las cosas, seguirían esperando al intendente en el corte, y el mensajero volvió a retirarse acompañado por el Comisario local.

La interrupción parcial de tránsito continuó hasta las 14 hs. como estaba previsto. En una comunicación a esa hora Maricel Rossi confirmó que el mensajero volvió una tercera vez para decir que el intendente se reuniría con los vecinos a hablar sobre el tema. A lo que ella respondió que lo esperaban, siempre y cuando sea para anunciar la cancelación de la megaplaya de camiones junto a sus domicilios y su escuela.

Según Rossi, esperan que la reunión se concrete durante esta semana, sino continuarán con el plan de cortes en diferentes puntos de la ciudad. Y explicó que «en nuestro barrio ya tenemos una playa de camiones mediana, por lo cual conocemos de propia experiencia los problemas de salud y de inseguridad que acarrea. Y en esta megaplaya que planean, se multiplicaría la aparición de polvillo, de la venenosa fosfina, de prostitución, de vendedores, de ladrones, etc, además del tránsito mismo que sería de miles de camiones por día, con ruido, polvillo y vibraciones permanentes. Ni hablar de que dos por tres algún portón se atora y tenemos los camiones pasando por las calles del barrio y la escuela».

En otro apartado comentó emocionada que «La verdad es que nos sentimos defraudados. Siempre lo apoyamos, votamos también a su hijo, no podemos creer que quiera hacer esto. Hay muchos campos vacíos en la zona industrial donde podrían instalarse sin arruinar la vida de nadie. No entendemos cómo estas grandes empresas, que pueden comprar donde quieran, van a instalarse justo acá encerrando nuestros barrios. No lo vamos a permitir».

Miscelánea: A fin de mantener el fujo de tránsito de camiones hacia las empresas, la municipalidad improvisó un desvío que hizo pasar los camiones por una zona casi céntrica por donde hace años no había camiones, lo que disparó la protesta de los vecinos de esos barrios. Ante la experiencia directa a medida que se enteraban del motivo crecía la solidaridad popular con los vecinos de Barrio Esther, Petroquímica, Bella Vista, Fátima y Del Sol, que diariamente conviven con el paso de los camiones y ahora lucha para que no se instale junto a ellos una playa que los arruinaría.

*) Irene Schmidt, participó en esta protesta en sus tres roles: Vecina de Barrio del Sol, uno de los barrios afectados, Presidente de la Asamblea Ciudadana (asociación civil que ya logró imponer dos ordenanzas doblegando caprichos del intendente en 2010), Directora del Periódico Puerto Mío, único medio impreso local, hace tiempo discriminado y ninguneado desde la intendencia. Los vecinos conovocaron a Irene, además de como vecina, justamente por su probada entereza moral cuando hay que defender causas de los vecinos sin distinciones políticas.

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