Es la mujer chilena protectora, principio de orden y disciplina. En eso radica el poderío, la permanencia y la solidez del movimiento.

**¿Por qué? ¿Qué está ocurriendo en Chile?**

La rebelión de los estudiantes es la revuelta de la familia chilena, sustentada básicamente por la mujer, contra las grandes Corporaciones. Esto es importante pues esa realidad doméstica contiene parte de la solución al problema, y la familia puede convertirse, a través de los centros de padres y otras organizaciones, en un eje de cambio de la educación basada en el lucro.

Historiadores dicen hoy que este movimiento retoma los sueños de padres y abuelos que vieron frustrados sus anhelos de la equidad educacional de los años 60, pisoteada luego por la dictadura iniciada en 1973. El lobbista profesional Eugenio Tironi cree que el culpable es la personalidad de Piñera. Otros dicen que esta masiva y permanente protesta social es producto de un movimiento mundial de los indignados o la primavera árabe.

Yo creo más bien que el movimiento chileno tiene una impronta propia. Yo creo que el movimiento estudiantil se sustenta en la rebelión de la familia chilena, contra la grandes Corporaciones abusadoras.

La familia chilena, de modo histórico, ha sido el sostenedor de la cohesión social. Existe una correlación significativa entre la percepción del joven de pertenencia a una familia cohesionada con una mejor educación, con menos enfermedades o menor dependencia del consumo de alcohol y las drogas. Esta evidencia ha sido resumida en muchas publicaciones. El rol de la mujer en la familia chilena, que impone sobriedad, decencia, y disciplina, constituye hoy un punto de apoyo para sus hijos.

Según un informe del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) un 69% de los chilenos declara que la institución principal es la familia, en donde se define su identidad, mientras que el 96% de los chilenos, sostiene que “la familia es muy importante”.

El joven necesita a la familia como una fuente de contención que lo ayude a enfrentar las exigencias de esta etapa. El adolescente necesita de su apoyo constante, a través de vínculos estables y contenedores. Su familia ha sido su soporte.

En la actualidad hay 3 millones 600 mil estudiantes de básica y media. 250 mil van a colegios pagados. La otra gran mayoría, los 3 millones 200 mil, se reparten entre municipales y subvencionados en la misma proporción. El Estado paga aprox. $46.000 por cada alumno que asiste a escuelas con jornada completa y $55.000 a liceos. Esos 3 millones 600 mil estudiantes son sostenidos por 2.267.944 familias, cuyo promedio es de 3,6 personas. Según el último censo, el 40% de los hogares corresponden a la estructura de un padre, una madre, e hijos viviendo juntos; el 48% de los hijos nacen fuera del matrimonio. La jefatura femenina del hogar es de 31,5%. Además, en lós últimos sondeos se manifiesta un aumento de la convivencia sin matrimonio y también las nulidades matrimoniales. Entonces se puede decir que un porcentaje creciente de la familia chilena es gobernado por mujeres. Son ellas la base de la cohesión familiar.

**Las familias exprimidas**
Esa familia chilena ha sido duramente exprimida durante las últimas décadas. Se impuso un modelo de de crecimiento desigual, un proyecto de desarrollo que favorece a las grandes compañías. El sistema legisló para las grandes compañías. La movilidad social era ascendente, pero podía ser descendente también. La pasta no se distribuye en Chile. Por más que las familias se esfuerzan, no les toca a todos por igual. No hay una movilidad social ascendente dura. No hay inclusión real. La educación superior no ha servido de mucho. Las personas con apellido, con contactos, o con pasta, siguen saltándose la cola por delante, en todos los ámbitos de la vida. El 80 % de la población percibía menos de 200 mil pesos mensuales per cápita, lo cual enfatizaba la vulnerabilidad de la población. Basta perder 100 mil pesos –una enfermedad, una cesantía- para caer de nuevo en la pobreza. Es la pelea de la familia chilena contra las Corporaciones, una Corporatocracia insensible, odiosa, que concentra casi todo el poder. Corporaciones que son dirigidas por un círculo cerrado de personas que viven en los mismos barrios, vacacionan juntos y mandan a sus hijos a los mismos colegios privados.

**HOOD ROBIN: Robar a las familias para dárselo a los ricos**
Estamos en presencia de perversión sistémica con efectos desmoralizadores. Tres formas se aplica el modelo aquí para robarles a los reales productores de riqueza

1. La acumulación por Exacción Financiera, repactaciones unilaterales del retail, bancarización de los préstamos universitarios, fijación de Tasa Máxima Convencional usurera, etc.

2. La acumulación Primitiva mediante la privatización de los Recursos Naturales de todos los chilenos como el agua, el cobre, la electricidad.

3. El robo de la plusvalía mediante un código laboral esclavizante.

No son errores. Estamos frente a la acción sistémica y viciosa de mecanismos de expropiación y robo de los ingresos de la familia chilena, para dárselo a una minoría de ricos. Una especie de Robin Hood al revés. De ese modo, unos pocos, los más ricos, los más vivos, obtienen ganancias en el virtual mundo de las finanzas a costas de los muchos, los más pobres. Estos gerentes no viven en el mundo productivo, pero igualmente obtienen lucro. ¿De dónde vienen sus utilidades? ¿Dónde han creado el excedente, si no han producido valor? A través de simples transacciones simbólicas, las fluctuaciones especulativas entre intercambios de instrumentos abstractos, como el que se produce a través de préstamos a tasas de interés usureras y variables, a través de leyes de apañamiento de las riquezas básica y a través de sueldos miserables.

Por medio del arbitraje financiero, la expropiación de grandes recursos naturales y mediante sueldos bajos, le extraen a la gente los ingresos que ellos produjeron con su trabajo en la economía real. Así, de modo sigiloso y cruel, son desposeídos de ellas. Lo único que hicieron los gerentes mediante sus manejos fraudulentos y tolerados por el sistema, fue transferir los ingresos ya existentes desde los trabajadores a los usureros. Esto es el traspaso de ingresos de las familias chilenas a una minoría rica y ladrona, gracias al manejo de una compleja institucionalidad del sistema financiero y de despojo. Todo esto amparado en leyes creadas en tiempos de dictadura, defendida por militares y empresarios, justificadas por economistas neoliberales y no rechazadas por lo que representaron los cuatro presidentes de lás últimas dós décadas, Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet.

**Crece la ira en las familias, mujeres empoderadas**
Frente a esto, primero, la familia se desconcertó, luego les empieza a dar vergüenza y luego rabia.

Son la mayoría de las familias chilenas, siempre inseguras, siempre temerosas de que el sistema, (el banco, la casa comercial, el patrón, la salud), les juegue una mala pasada. La prensa habla de jubilados que ayudan a sus hijos, ya casados, a pagar créditos universitarios o de hijos e hijas que han vuelto al hogar materno.

Vemos en las manifestaciones como claramente detrás de los jóvenes está la madre. Una madre orgullosa de que sus hijos e hijas ya no se dejan engañar.

Entrevistada por varios medios por su coraje, la profesora Malva Silva hizo un llamado al presidente de la República, Sebastián Piñera, a que la educación sea gratuita y de calidad. *“Señor presidente, por favor, terminemos con esto, piense el tema, entregue una educación gratuita para todos los chilenos y sus hijos”*.

Es el tiempo de la familia, es el tiempo de las mujeres. Organizadas localmente en las escuelas, en los barrios, la familia y las mujeres pueden ayudar a destrabar el tema del lucro, si se les permite participar.
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Omar Pérez Santiago es escritor. Ha publicado recientemente el libro de cuentos *“Nefilim en Alhué”* (Mago editores)