Por deber político y ecológico y sobre todo patriótico, como militante del Socialismo Humanista, partido al que también él pertenece, le transcribo lo siguiente:

La ONU, preocupada por las violaciones a los valores fundamentales de la ingeniería genética, ha elaborado la Carta de Derechos en Genética. Asegura que los entusiastas de esta biotecnología fracasaron en admitir lo poco que se sabe de los sistemas complejos que manipulan, considera que se ha emprendido una aventura imprudente de manoseo biológico del ser humano y del medio ambiente; establece…

Todas las personas tienen el derecho a la preservación de la diversidad biológica y genética de la tierra. Todas las personas tienen el derecho a un mundo en el cual los organismos vivos no puedan ser patentados, incluyendo seres humanos, animales, plantas, microorganismos y todas sus partes. Todas las personas tienen el derecho a un suministro de alimento que no hayan sido genéticamente logrados. Todas las personas indígenas (nativas) tienen el derecho a dirigir sus propios recursos biológicos, a preservar sus conocimientos tradicionales, y a proteger a éstos de la expropiación y biopiratería por intereses científicos, corporativos o gubernamentales. (Bulletin of Medical Ethics, No 158 mayo 2000. p.7)

La Declaración de Gijón en su comité científico recomienda: Las biociencias y sus tecnologías deben servir al bienestar de la Humanidad, al desarrollo sostenible de todos los países, a la paz mundial, y a la protección y conservación de la naturaleza. Los países desarrollados deben compartir los beneficios de las biociencias y tecnología con los habitantes de las zonas menos favorecidas del planeta y bienestar de cada ser humano. Todos los miembros de la sociedad han de recibir una información general, adecuada y accesible sobre la utilización de los avances científicos, las biotecnologías y sus productos (que en el caso de los transgénicos son monstruosidades).

El genoma humano y ambiental es patrimonio de la Humanidad y como tal, no es patentable. Los productos alimentitos genéticamente transformados deben comportar la prueba, de acuerdo al conocimiento científico del momento, de que no son perjudiciales para la salud humana y para la naturaleza con requisitos previos de información, precaución, seguridad y calidad e inspirarse en los principios de precaución (España 24 junio 2000). Esas normas universales son el tesoro ideológico de la Bioética.

Los transgénicos son cultivos que han sido cruzados con otras especies con consecuencias nocivas para la salud humana y el medio ambiente. Una vez que un organismo transgénico es liberado al medioambiente, es imposible retirarlo o prevenir su esparcimiento. La dispersión de polen transgénico es irreversible e incontrolable. Al incorporar semilla transgénica, se estará afectando drásticamente el patrimonio genético de varias especies alimenticias. Se contaminará todas las variedades, todas las especies y ya no ten-dríamos posibilidades de producción orgánica. (Roger Carvajal). Arriesgamos la diversidad nativa y la seguridad alimentaria debido a la contaminación horizontal de pólenes y genes que afecta a la biodiversidad y a los cultivos tradicionales. (Carlos Pelaez Daza).