30 giugno 2011 ore 0.10

relato detallado del ataque a Magdalena como se ve desde la barricada de la carretera llamada Stalingrado.

Son las 4:40, cuando ese tipo de vigilancia que nos dimos por un par de horas viene interrumpido por los cañones de los fuegos artificiales que dan la noticia: vienen!
Hasta que lo vives no puedes entender lo que significa que te despierten en medio de la noche, tener que prepararte a toda prisa para hacer frente a un ataque inminente. Llegamos rapidamente a la plaza donde todos se están organizando para afrontar el ataque anunciado. Decidimos bajar la barricada de la central electrica, pero después de casi una hora de espera, decidimos ir hacia atrás, en parte debido a los rumores de intentos de la policia de venir por la parte frontal de la carretera.
Llegamos justo a tiempo para ver a Turi, exponente histórico de la no violencia, pasar por encima de la barandilla y ser arrestado por la policía. Lo traeran de vuelta al final de la mañana.
Después de varios minutos de estancamiento, llegan las topadoras y exigen la presencia de tantas personas como sea posible a la barricada.
Llegamos a aliviar los compañeros que durante casi dos horas estan atracados a las redes, mientras que las excavadoras, equipados con pinzas trancialamiere comienzan a devastar la barandilla. Es un espectaculo doloroso ver las fuerzas del orden destruyendo una carretera para rodear a unos pocos cientos de manifestantes, mientras que los bomberos utilizaron cañones de agua (!!!) para hacer de escudo a las excavadoras.
Los compañeros sobre el ladera de el montaña lanzan verduras, aceite y pintura para frenar el trabajo del excavadora, mientras que otros descargan extintorores creando una cortina de humo.
Al terminar de destruir la barrera de seguridad y las protecciones anti ruidos, la excavadora intenta derrotar la barricada, pero nostro no bajamos y ellos no pueden arriesgarse a un accidente.
Por la honestidad de la cronica debo decir que, esporádicamente, algún compañero lanzaba una piedra hacia el tractor, pero era detenido de inmediato por la mayoría de los manifestantes no violentos, que se habían concentrado en la barrera de la autopista.
Comenzando a lanzar gases lacrimógenos, quedamos inmediatamente intoxicados, y les cuento esto para que puedan entender lo peligrosos que somos: mientras que la policía lanzaba los gases lacrimógenos y los compañeros equipados de guantes tratan de devolverlos, se me acerca una chica con la mitad de un limón, me lo da y huye inmeditamente. Miro el limón, mis ojos están llorosos, no puedo respirar, vómitos de bilis y flema .. Así que me acerco a un compañero que también tiene un limón y le pregunto: ¿qué debo hacer con esto?? Me mira como si yo fuera uno de los Muppets y me dice: pero joder, tiene que comer! Yo miro mi limón, son evidentes los signos de otras mordeduras, pero siento los golpes de otras lagrimogenas que vienen … Cierro los ojos y muerdo el limón.
Volvamos a la historia. cesan de lanzar gases lacrimógenos y llegan los cañones de agua (guanacos se dice en chile). Ahora es posible que seamos quizas medio centenar de personas que se han quedado a la guardia de la barricada. Los cañones de agua no tienen mucho efecto, incluso nos ayudan a recuperarnos de los gases lacrimógenos.
Y aquí empieza lo increíble. Cierran los cañones de agua, nosotros retomamos posiciones en la barricada, y la policía comenzaron a disparar gases lacrimógenos. Los primeros con una parabola alta, para aislar a los de delante de los de atrás, después bajan la mira y apuntan y disparan a la altura del hombre, con el objetivo en la cabeza. un compañero fue golpeado en el casco, yo tengo el tiempo justo para dar la vuelta y gritar no disparar a la altura del hombre, y me golpean en el brazo izquierdo. Debo decir que duele, pero es soportable. Pero tal vez en la cabeza te mata.
El gas lacrimógeno es muy denso, lo hacen para dispersar, sino también para crear una cortina de humo entre ellos y nosotros. y de esta cortina sale la pinza de esta excavadora que rompió el barricada. el operador de la excavadora no podía ver si había algunos manifestantes en las barricadas. Ha desfondado la barricada a ciegas, sin saber si nosotros eramos dispersos o no.
Pero en un grupo de cerca de diez personas estabamos todavía ahí y solamente la casualidad hizo no ser afectados.
Disipado él el humo la excavadora abre decididamente un paso en la barricada.
A este punto, somos sólo cinco o seis manifestantes. la policía avanza a paso de tortuga. Yo que tengo la cara descubierta y no tengo ningún tipo de protección, elevo mis manos y empiezo a retirarme. Repito gritando» retrocedemos lentamente, retrocedemos lentamente» no tendré tiempo para decirlo por tercera vez, un policía disparando hacia delante me golpea dos veces. Esquivo la primera, pero la segunda me golpea en la cara, la nariz. comienza a sangrar mucho, logro no caer y a dar la vuelta y escapar. corro a las barricadas, que ahora son un obstáculo para nuestro retiro.

Subimos más y corremos a la enfermería, donde Ugo me médica como puede. Dejo el lugar a los otros heridos y vamos hacia los baños de la empresa agricola. Tenemos el tiempo justo para entrar y parte otro attaque, hay gases lacrimógenos por todas partes, tiran tambien dentro el baño, escapamos hacia la enfermería, con la esperanza de que no la asalten; nada. Vienen las lágrimogenas también a la enfermeria, la evacuamos a la carrera justo antes del ataque.
Ya es una inútil matanza, nos han dispersado, tienen el control del presidio, pero continuando a cargar y a disparar lacrimógenos en las caravanas, en las cocinas, sobre las cortinas.
Escapamos donde no pueden llegar, por caminos de montaña de Ramat, donde llegaremos por lo menos una hora y media más tarde, y donde nos espera el vehículo para hacer el valle abajo y una ambulancia (sólo una!) que atiende los primeros heridos.

difundir, por favor.

Ivo Ghignoli – Torino, Italia

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http://www.notav.eu