Los peruanos decidieron este domingo dar un giro profundo en la política del país al haber decidido que el nacionalista de izquierda Ollanta Humala Tasso, sea el próximo presidente.

En un final ajustadísimo Humala derrotó a la congresista conservadora Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori el presidente peruano encarcelado, por delitos gravísimos contra la vida, a 25 años de cárcel.

**Los días previos a la elección del domingo**
En el Perú la ley lectoral prohíbe la difusión de encuestas una semana antes de las elecciones en la lógica que estos estudios no influencien en la decisión ciudadana. Sin embargo los sondeos privados, solicitados por diversas empresas e instituciones, recorrieron internet a través de las agencias internacionales salvando la prohibición legal y llegando a manos de los ciudadanos que durante los días previos pudieron ver como Humala acortaba la ventaja ligera respecto a su contendora. Nada estuvo claro para el nacionalista hasta las 24 horas antes del proceso.

Pese a la presión en su contra de los grandes grupos económicos y de los principales medios de comunicación, Humala habría sabido disipar el miedo que su candidatura despertaba. Sobre él se cernían serias dudas al respecto de su origen militar y su comportamiento como capitán en la zona de Madre Mía, en la selva del Perú, donde testigos lo identificaron como el capitán Carlos, apelativo de un soldado del ejército peruano que durante los años que el Perú vivió la violencia y la agresión de Sendero Luminoso, torturó y asesinó a pobladores locales.

**Intento de golpe de Estado**
Dudas también en torno a sus credenciales democráticas tras un desafortunado intento desestabilizador al respaldar la toma, vía el uso de las armas, de una comisaría en Andahuaylas – sierra sur del Perú-, liderada por su hermano Antauro Humala, hoy en prisión. El objetivo era buscar la vacancia del presidente Alejandro Toledo. Era el año 2005. El resultado final fue que Toledo terminó su gobierno y en Andahuaylas murieron cinco policías. Eso marcó mucho la percepción negativa en torno al candidato por parte de los sectores medios y altos de todo el país.

Pese a estos antecedentes y dudas sembradas, y explotadas por sus contendores políticos al máximo; pese a su evidente relación con el gobierno de Hugo Chávez; pese su oposición al modelo económico que en los últimos quince años en el Perú ha permitido exhibir cifras importantes de crecimiento; pese a todo ello, Humala supo sortear esos escenario para convertirse en el reemplazante del presidente Alan García.

**El factor Hugo Chávez**
Una campaña que ha costado 3 millones de dólares, para una expresión política, -la de Ollanta Humala- sin capacidad de financiamiento propio, con un partido político precario y poco articulado solo encuentra su explicación en la decidida ayuda de Caracas y de Hugo Chávez. Ayuda explícita en la campaña del 2006 y tácita en esta, expresada en lo económico y en la asesoría política de un equipo de brasileros, cercanos a Lula y por ende al eje de la nueva izquierda nacionalista latinoamericana.

Durante la jornada electoral, la incontinencia verbal de Chávez, -término acuñado por el analista venezolano Ariel Segal- fue evidenciada tras conocerse los resultados electorales. A través de la televisión saludó el proceso electoral peruano e insinuó una felicitación a su candidato al que consideró un buen soldado al inicio de la campaña. Tendría que haber cambiado mucho Humala para haberse alejado del eje bolivariano de Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador y Morales en Bolivia, duda que ha sido el germen de la oposición de los sectores empresariales a su propuesta política. El tiempo lo dirá.

**El voto de Lima**
A la luz de los resultados Fujimori gana en Lima, la capital. La urbe moderna, con acceso al mercado y a los servicios se decantó abiertamente por la candidata. Frente a ella el mundo de las provincias, sobre todo el mundo rural; allí Humala barrió electoralmente. En aquellas regiones del Perú pobre donde la pobreza llega al 60% y al 70 %, zonas como Huancavelica, Puno, Apurímac y Cusco, Humala ha obtenido votaciones cercanas al 80%. Expresión clara de amplias regiones del país, del sur andino y de la selva principalmente, que llevó sus esperanzas de cambio en su voto por el ex comandante ligando ese sufragio con la clara exigencia de ser también partícipes de los beneficios económicos que ha dejado el crecimiento de la última década.

Es también claro que la influencia de los grandes medios de comunicación, los cuales no sólo apostaron por Fujimori desde su línea editorial sino que convirtieron sus páginas informativas en trincheras de propaganda, impactó más en los votantes de Lima por acceso y cantidad frente a la influencia que pudieron tener en el mundo provinciano y rural.

**Voto nulo**
En la medida en que los dos candidatos generaban severas dudas por sus orígenes políticos a muchos electores de centro, -la gran mayoría del país- se pensó que el voto viciado y nulo sería muy alto. Incluso hubo líderes políticos que pidieron el voto nulo. Según la ley peruana, en caso de que en segunda vuelta el voto nulo alcance los dos tercios de la votación la elección se descarta y el proceso comienza de nuevo. Sin embargo esta ha sido una elección con un voto blanco y viciado muy bajo, menor que el de elecciones menos reñidas.

La primera lectura en ese sentido señala que los peruanos, obligados a decidir, dejaron de lado el pragmatismo económico de aquella propuesta que no quería un cambio en el modelo y optaron por la apuesta de la ética ciudadana expresada en su decisión de no querer que los vientos del fujimorismo, responsables en los 90 de inaceptables casos de corrupción gubernamental y por encubrimiento de asesinatos cometidos por las propias fuerzas de seguridad del Estado. Se impuso la ética ciudadana.

**El fujimorismo**
Al promediar las 9:00 de la noche la candidata del Fujimorismo habló a sus simpatizantes. No quiso reconocer su derrota, pese a que la mayoría de encuestas y los conteos rápidos de las principales empresas de investigación estadística la dan ya como perdedora de esta contienda. Estando en su derecho quiso alargar la que parece ser su agonía electoral en unas elecciones que la mayoría de peruanos desean que terminen pronto para que todo vuelva la normalidad alterada por una larguísima campaña.

Keiko Fujimori, y la ligazón con su padre no sólo de índole familiar sino política, era la única llave que abriría la celda del ex presidente y probablemente la de Vladimiro Montesinos. Su aparente derrota complejiza la salida de prisión de Alberto Fujimori, quizá esta vez para que cumpla finalmente y sin dudas su sentencia a 25 años.
Miles de militantes, al cierre de esta nota, esperaban con sus banderas los informes de los organismos electorales que en su afán de ofrecer resultados casi concluyentes demoraron la entrega de datos finales de este proceso.

La izquierda gobierna entonces por primera vez en el Perú. ¿Estará preparada para el reto? Sólo el tiempo lo dirá.