En los últimos sondeos, la firma CPI otorgó a Fujimori una ventaja sobre Humala de 7,4% de ventaja (53,7% a 46,3%), Datum señaló una diferencia de 4,2% (45% a 40,8%) mientras que una tercera, Ipsos-Apoyo, la ubicó en 2,8% (51,4% a 48,6%).

Analistas consideran, no obstante, que no todo está dicho, pues en la recta final hacia el balotaje del 5 de junio la situación todavía puede dar la vuelta.

Además, *»aparentemente hay un voto oculto a favor de Humala»*, sobre todo en zonas remotas del país, dijo a la AFP el analista Luis Benavente, de la Universidad de Lima.

Según el analista la campaña, plagada de descalificaciones entre seguidores, puede ponerse aún más agresiva.

*»La elección va a ser muy reñida y pareja, eso hace que el enfrentamiento en la campaña electoral llegue a niveles fuertes e intensos; en lo que queda de campaña pueden salir cartas bajo la manga que pueden tener impacto grande»*, anotó.

Una de esas cartas apareció este martes con la revelación del diario La República de que el suegro de Keiko Fujimori, el estadounidense Joseph Villanella, fue condenado en 2000 por evasión de impuestos por 244.000 dólares en su país, junto con sus hermanos Anthony y Concetta Villanella.

Mark Villanella, esposo de la candidata Fujimori desde 2005, admitió este martes en un comunicado que su padre fue condenado a tres años de libertad vigilada por este caso.

Keiko Fujimori, de gira en los Andes centrales, no ha hecho comentarios, mientras que Humala, en el norte del país, sacó provecho de esa revelación y afirmó: *»Los padres y familiares de nuestra adversaria política han estado presos por ladrones, ¿qué nos espera?»*.

El sociólogo Gonzalo Portocarrero, de la Universidad Católica, dijo a la AFP que hay una campaña que ha polarizado al país y que esta está en un momento en que *»todo se vale»*.

Benavente subrayó que, según las encuestas, hay un promedio de 18% -unos cuatro millones de electores- que rechazan a ambos candidatos, que piensan votar en blanco o anular su voto y que el gran reto en los 12 días que restan será convencerlos.

Portocarrero estimó que a estas alturas ya está claro que *»los fujimoristas priorizan el crecimiento económico y que lo demás es secundario»*, mientras *»los humalistas piensan que eso significaría pasar por alto la corrupción y la impunidad del gobierno del ex presidente Alberto Fujimori»* (1990-2000), padre de la candidata fujimorista, condenado a 25 años de prisión por violación a los DDHH y corrupción.

En medio de la crispación política personajes influyentes han entrado al debate político como el premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien ha anunciado que votará por Humala y que repudia el retorno de la *»mafia del ladrón y asesino»* ex presidente Fujimori.

En la otra orilla, el reconocido economista Hernando de Soto, consultor internacional y autor de ‘El otro Sendero’, como asesor de Keiko Fujimori ha denunciado lo que califica como *»modelo chavista y estatista»* de Humala.

Ambos están enfrascados en agrias acusaciones y, ante un reto de De Soto al laureado escritor a un debate público, Vargas Llosa respondió que no polemizará con *»ningún fujimontesinista»*, aludiendo a Fujimori y su ex asesor, el encarcelado Vladimiro Montesinos.

Vargas Llosa también mantiene un entredicho con el ultraconservador cardenal Juan Luis Cipriani, figura visible del Opus Dei, considerado un partidario de Fujimori. El novelista dijo semanas atrás que el prelado representa *»la peor tradición de la iglesia, la autoritaria y oscurantista»*.