El debate presidencial organizado por la Asociación Civil Transparencia y la Asociación Nacional de Radio y Televisión del Perú contó con la participación de los cinco primeros candidatos a la presidencia según los datos de las últimas encuestas. El formato del debate buscó que se confronten las distintas propuestas en temas como lucha contra la pobreza, generación de empleos y seguridad ciudadana y narcotráfico.

**Ataques personales**
En una campaña llena de ataques personales entre los candidatos y campañas psicosociales de parte de ciertos sectores conservadores de la prensa peruana, el debate permitió escuchar una discusión programática y propositiva sobre los planes de gobierno. Sin embargo, también hubo lugar para los ataques personales, la frivolidad de Alejandro Toledo, el anterior gobierno del padre de Keiko Fujimori, las gestiones pasadas de Pedro Pablo Kuczynski como Primer Ministro y de Luis Castañeda como Alcalde Metropolitano de Lima; y la relación de Ollanta Humala con el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fueron algunas de las cosas que se insinuaron.

En el debate se pudo ver a Ollanta Humala presentando propuestas sin responder ataques particulares, aunque eso significó no comentar las preguntas que se hacían sobre la estatización y la revisión de los contratos realizados entre el Estado y algunas empresas. Alejandro Toledo hizo hincapié en los riesgos que podrían significar estas propuestas, buscando polarizar el debate entre los dos. Por su lado, Keiko Fujimori resaltó los logros del gobierno de su padre, el hoy sentenciado a 25 años de prisión por delitos muy serios contra la vida y la salud, Alberto Fujimori. Luis Castañeda, luego del gran descenso en las encuestas, tuvo como estrategia el ataque frontal a las propuestas de todos los candidatos. Finalmente, Pedro Pablo Kucynski se dedicó a proponer aunque dejó en el aire una pregunta fundamental sobre cómo abordar los actuales conflictos sociales existentes en el país.

**¿Cómo afecta el debate en la elección?**
En una elección cerrada como la que vemos en el Perú es difícil predecir la influencia que va a tener el debate. Aunque ha sido difundido y transmitido por varios medios de comunicación en radio y televisión a nivel nacional, el interés general por seguir y escuchar los debates electorales, más si duran casi tres horas, es muy relativo y heterogéneo. Va a ser fundamental, en los próximos días, la forma en que los medios de comunicación aborden los temas que han mencionado cada candidato y las impresiones sobre ellos.

Recordemos que en la elección municipal en Lima del año pasado hubo un final muy ajustado gracias al ascenso en la semana final de una candidata que aprovechó el debate para cuestionar a su oponente y a sus propuestas.

La medición sobre el impacto de este debate es una tarea imposible puesto que en la última semana antes de las elecciones está prohibido publicar encuestas o sondeos de opinión por cualquier medio.

**Encuestas electorales**
El domingo fue el último día permitido por ley para la publicación de las encuestas electorales. Estas encuestas daban como primer lugar a Ollanta Humala con casi seis puntos de ventaja, más rezagados la diferencia entre Toledo, Fujimori y Kuczynski no es de más de cuatro puntos, es decir un empate técnico.
Durante la campaña electoral se ha criticado mucho la influencia de las encuestas en la elección. La exigencia dada por el órgano regulador es que cada una de ellas presente una ficha técnica sobre cada encuesta publicada, inclusive el incumplimiento por parte de una encuestadora significó su inhabilitación.

Desde 1984 la ley peruana ha prohibido la difusión de encuestas y sondeos de opinión en los últimos días previos a las elecciones bajo el argumento que éstas pueden influenciar a un electorado mal informado y sin convicciones partidarias claras. El plazo de prohibición ha sido modificado de 15 días a una semana, aunque se ha discutido mucho la conveniencia de eliminarla.

**Voto estratégico**
Frente a la falta de partidos políticos estructurados y representativos, los ciudadanos suelen decidir su voto sobre la base de las campañas y los resultados mediáticos de estas. Usualmente, las encuestas muestran que el elector peruano decide primero por quien no quiere votar. La volatilidad en las encuestas a lo largo de los últimos meses prueba que el elector va acomodando sus preferencias según el movimiento de los candidatos y sus posibilidades de competir.

Frente a los últimos resultados, la derecha peruana, alineada desde el comienzo con Alejandro Toledo, se ha dividido con la subida del candidato Pedro Pablo Kuczynski, dejando como favoritos al candidato antisistema (aunque ahora más moderado) Ollanta Humala y la hija de un ex presidente sancionado por violación de derechos humanos, corrupción y por atentar contra la separación de poderes y los principios democráticos.

Tenemos una elección abierta, de aquí en adelante cualquier cosa puede pasar.