*»Ha habido enfrentamientos en el límite oeste de la ciudad, el resto se ha limpiado. Quedan algunos soldados escondidos en la ciudad, que tienen miedo a ser matados, pero ya no quedan grupos de militares»*, precisó uno de estos jefes.

Tras los violentos combates y bombardeos que causaron al menos 55 muertos y más de 200 heridos entre sábado y domingo, Misrata vive una cierta calma desde este lunes por la mañana. Sobre algunas zonas de viviendas de la ciudad siguen cayendo esporádicamente algunos cohetes y obuses, que causaron al menos nueve víctimas civiles pero, según un periodista de la AFP, no se escuchan ruidos de combates.

El doctor Mohamed Alfagieh dijo que había *»cadáveres completamente carbonizados»*. Se hallaron obuses pesados de 155 mm entre los restos de algunas viviendas.

Los rebeldes dicen haber *»limpiado»* el céntrico barrio de Zuabi.

En una mezquita, un muecín cantaba *»Dios es grande, es mi único guía»*. *»Canta desde hace horas para calmar a la gente»*, explicó a la AFP Seilam Naas, un habitante de 55 años que perdió a dos primos en 48 horas, uno a manos de francotiradores y el otro por un obús.

En los barrios controlados antes por los pro Gadafi, el avance de los rebeldes permitió liberar a habitantes, algunos de los cuales permanecieron encerrados en casa durante semanas debido a los francotiradores.

En Trípoli, blanco desde el viernes de bombardeos intensivos de la OTAN, la oficina de Gadafi, situada en su inmensa residencia del sector de Bab Al Aziziya, quedó completamente destruida por un ataque aéreo de la OTAN, según un periodista de la AFP.

Tres personas murieron y 45 resultaron heridas, 15 de ellas de gravedad, en el ataque, declaró el portavoz del régimen, Musa Ibrahim, durante una conferencia de prensa frente al edificio destruido. *»Gadafi está en lugar seguro y dirige la batalla»*, añadió.

En Bruselas, la OTAN anunció haber llevado a cabo un ataque selectivo en el centro de Trípoli contra *»un centro de comunicaciones utilizado para coordinar los ataques contra civiles»*.

Saif al Islam, hijo de Gadafi, denunció un *»ataque cobarde»* contra la oficina de su padre. Esto puede *»aterrorizar a los niños pero no abandonamos la batalla y no tenemos miedo»*, declaró a su cadena de televisión Allibiya, a la que afirmó que el combate llevado a cabo por la OTAN *»está perdido de antemano»*.

Por la noche, tres potentes explosiones estremecían el este de la capital.

A nivel internacional, la Unión Africana (UA) calificó *»de inicio alentador»* sus encuentros este lunes con representantes de ambos campos beligerantes de Libia, en su sede en Adís Abeba, para tratar de avanzar hacia un alto el fuego en el país.

Italia se declaró por su parte dispuesta a permitir que sus aviones lleven a cabo *»acciones selectivas»* contra *»objetivos militares específicos seleccionados en territorio libio»*.

Más al oeste, el domingo, las fuerzas leales a Gadafi bombardearon zonas cercanas al puesto fronterizo con Túnez de Dehiba, para tratar de recuperar el control de la ciudad de Wazan, según testigos.

La principal ciudad de esta zona montañosa, Zenten, a 145 km al suroeste de Trípoli, fue blanco de disparos con cohetes Grad de las fuerzas pro Gadafi que provocaron cuatro muertos y nueve heridos, según algunos habitantes.

Desde hace varias semanas, los combates se intensificaron en esta zona, donde las fuerzas de Gadafi intentan cortar las comunicaciones entre las localidades que se sublevaron desde el comienzo de la revuelta contra el régimen.